Se acuerdan de la jaba o del Plan Jaba, para decirlo mejor, aquellos tiempos de limitaciones cruentas (¿y cuando no?) en que las prioridades se limitaban a un sector más desfavorecido de la sociedad.
Pues bien,esos tiempos, casi olvidados volverán a Cuba este año con el plan de recortes a gran escala al gasto público que han evidenciado las últimas circunstancias adversas que han asolado el país.
A todas luces, 2009 será un singular por la coincidencia de un plan de recortes en gran escala al gasto público y la celebración del sexto Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que según el presidente Raúl Castro discutirá los anunciados cambios “estructurales y de concepto”.
El análisis corresponde a un profundo articulo de fondo del diario La Jornada de México que tiene en la isla un punto fijo de atención en sus coberturas noticiosas del día a día latinoamericano.
Según vaticina el corresponsal de La Jornada en La Habana, Gerardo Arreola, "todo ocurrirá mientras siga abierta la pregunta de si se repetirá en la Cuba un viraje como el de la Unión Soviética y Europa del este, en la medida en que el sistema surgido de la Revolución que triunfó en 1959 está amenazado desde dentro, como dijo Fidel Castro en 2005, y no tiene garantizado el futuro, como insistió su hermano menor el primer día de este año".
En 2008 el déficit presupuestal creció en más del doble del ejercicio anterior y proporcionalmente es el más alto en 13 años. El déficit en el comercio de mercancías se disparó en cerca de 70 por ciento y aunque el saldo se atenúa con el turismo y los servicios médicos, cuyos resultados aún se desconocen, son rubros que no soportan la carrera contra las compras de alimentos y petróleo.
De la época de las vacas gordas de los años 80, la isla heredó subsidios y prestaciones, ahora insostenibles, que se sumaron a un pesado aparato estatal, que incluye al sector empresarial, mientras que las vacas flacas de los 90 dejaron al salario sin valor para garantizar el sustento familiar, subraya La Jornada.
La salida espontánea es el robo-hormiga de bienes y servicios del Estado, el mercado negro, los ingresos en moneda fuerte por sobresueldos, micronegocios legales o no, propinas del turismo, remesas familiares y hasta la delincuencia común, que no son precisamente las herramientas que puedan garantizar el crecimiento, denuncia el rotativo mejicano.
El conflicto es el mismo del que habló Fidel Castro en la Universidad de La Habana el 17 de noviembre de 2005, cuando preguntó si es irreversible o no el sistema político y social alcanzado por Cuba tras la Revolución que ahora cumple medio siglo.
Fidel concluyó que ya no Estados Unidos, sino los propios cubanos, pueden destruir su sistema. La alternativa es “primero que todo una cuestión ética”, dijo entonces el líder histórico. “Pero, además, es una cuestión económica vital”.
Tres años más tarde Raúl anunció que eliminará subsidios y prestaciones, endurecerá la aplicación de la ley y exigirá más productividad para recuperar el valor del salario, hasta que “las personas sientan la necesidad de trabajar, para satisfacer sus necesidades, independientemente de la conciencia de todo ciudadano honesto”.
Raúl ha sido mas tajante para dibujar un escenario insólito en el lenguaje oficial: la posibilidad de que una futura generación de dirigentes termine siendo incapaz e impotente para impedir el colapso del sistema.
Raúl Castro anunció cambios “estructurales y de concepto” y pidió a la población opinar “con valentía” sobre los problemas cotidianos. En barrios y sindicatos la gente habló de todo el arco imaginable de conflictos y aspiraciones.
El proyecto presidencial apunta a enderezar la economía, el trabajo y el funcionamiento institucional del país, para que todo sea lo que dice ser.
Qué lástima que los jóvenes de este siglo tengan que estar gobernados por seres de 200 años
ResponderEliminar