26 mayo, 2018

JUAN CARLOS ROQUE GARCÍA: “MI LIBRO NO ES UNA PANACEA; RECONOCE LO BUENO Y LA MALO DE CUBA”

«Nunca me fui» 
"Yo celebro la vida con los pies en la tierra donde estoy, y con el corazón allá."🇨🇺



📖Presentado en Madrid "Nunca me fui", autobiografía del periodista cubano emigrado a Holanda hace ahora 23 años.


◾️La historia de la emigración cubana estaba contada en testimonios memorables como "Los que se fueron" y "Los que se quedaron", escritos por el desaparecido periodista y escritor Luis Báez Hernández. Ahora es Juan Carlos Roque García, también cubano y emigrado a Holanda hace 23 años, quien acaba de presentar en Madrid un documento no menos trascendental: "Nunca me fui” (Círculo Rojo, 2017), un relato autobiográfico sobre su vida de emigrante entre el oficio de informador en la radio y la convivencia en Cuba y el extranjero. 

Tal pareciera una premonición en los cursos de Juan Carlos la inspiración que llevó a Luis Báez a escribir su memorable testamento sobre los cubanos que a lo largo de los años decidieron cruzar el océano. En la plenitud de los 80, el propio Roque fue coautor junto a Báez de la versión radiofónica de sus libros memorables, en los años en que todavía un joven Juan pulía estatura y oficio en la Radio Cubana.

Ahora llega con un documento de autoría única. Roque García cuenta en su libro: “Fue todo un reto porque cuando él (Báez) hizo las entrevistas ni siquiera les puso el micrófono cerca a sus invitados, algunos de ellos exiliados cubanos radicados en distintos países de América Latina... Muchos fueron los entrevistados, algunos famosos en su época como el comentarista radial José Pardo Llada, el empresario de la radio y la televisión Goar Mestre, el cantante René Cabel. Todos ellos marcados por la añoranza, la nostalgia del verdor y la inigualable alegría del suelo natal..." 

Le pregunté entonces al autor: ¿Por qué el título de "Nunca me fui", cuando más de dos millones de cubanos están hoy dispersos por el mundo, y familias enteras se dividieron y nunca pudieron volver? Me respondió contundente: "Mi libro no es una panacea; reconoce lo bueno y también critica lo malo de Cuba”.

Juan Carlos Roque (La Habana, Güira de Melena, 1960), tras su paso por radios de la isla, desde 1995 estuvo destinado en Radio Nederland (ya desaparecida). Ahora escribe en libros-testimonios el monumental tesoro de sus historias guardadas, allende y aquende los mares. Lo hizo primero en “Cuando Cuba puso a bailar al mundo”; en “Cartas de una madre”, después. Y ahora sorprende con “Nunca me fui”, la historia mejor guardada de su vida y su pasión por la radio.

Por eso, quizás no evita en su relato hablar de frustraciones que vivió su familia con el proceso revolucionario “que trajo aparejados, momentos buenos y otros no tan buenos” al país donde nació, dijo en la presentación de una autobiografía medular en La Colonial de Huertas, el viernes por la noche en Madrid.

Explicó por qué su “padre vivía muy frustrado ante una de las primeras medidas revolucionarias” tras la llegada de Fidel Castro al poder: la nacionalización de la propiedad privada que le arrebató sus bienes. Sin embargo, después ese padre fue un agradecido cuando comprendió que gracias a otras medidas cimeras como la campaña de alfabetización aprendió también a leer y a escribir. 

Para Juan Carlos Roque, escribir "Nunca me fuí” es celebrar la vida que ha llevado porque “yo no puedo abandonar Cuba”, exclama emocionado.

La española Desi Martín Fernández, exaltó en la presentación la valiosa compilación de hechos y entrevistas a personajes como la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú que encierra el libro de este cubano, que ha recorrido medio mundo y que encontró en la emigración el soporte y la realización de sus sueños por la vida.

Algunos participantes en la presentación de "Nunca me fui”, admitieron que muchos cubanos en la diáspora viven hoy con la obcecación de poder entrar a la isla; deseo que muchos no han podido realizar, incluso, grandes cubanos de la historia como Celia Cruz. Y no porque no lo desearan.

Cuando 'La reina de la salsa' murió en Nueva York en 2003, la enterraron con un puñado de tierra cubana, el país al que tanto amó y cantó, pero al que nunca pudo volver desde su partida en 1960. 

En la foto, el autor Juan Carlos Roque (segundo por la izquierda) arropado por varios colegas cubanos durante la  presentación del libro en La Colonial de Huertas, en Madrid.

Milena Recio, colega cubana radicada en Madrid, matizó que un cúmulo de motivos que históricamente han rodeado a los emigrantes cubanos, llevan a concluir que “las futuras generaciones tendrán que aprender también a vivir sin Cuba”.

"Nunca me fui” es un libro que en las justas confesiones de su autor, exalta y recela de las promesas de la Revolución Castrista bajo las cuales nació y creció. Encierra una historia real contada que, probablemente, no va a gustar a muchos. 

Juan Carlos Roque se define a toda costa como un hombre de martiana fe patriótica: “Yo no puedo abandonar Cuba. No puedo. No lo admito”. Pero en su libro es consciente de que muchas cosas andan mal en el continuismo cubano que dura ya seis décadas.

Al presentar ayer “Nunca me fui”, dejó clara la incondicionalidad con sus raíces, no exponiéndose al baño de mugre de otros que optan por la critica implacable contra Cuba.🇨🇺



25 mayo, 2018

Juan Carlos Roque García: El caballero andante de la radio




LA HISTORIA DE ESTA HISTORIA

La radio viaja con él. La lleva consigo a cualquier parte. Se pasa la vida cruzando el Atlántico y moviéndose por el mundo, rastreando cada imagen que se pierde en el ocaso de sus destinos. Con su mejor arma, el arte de hacer la radio, cada día nos regala una nueva historia de la vida en los más recónditos parajes que alcanza con su osadía de viajero incansable. Ahora esas vivencias las vuelca en "Nunca me fui”, su más reciente libro que se mueve entre el testimonio y su pasión por la radio.

Juan Carlos Roque García, una voz que hizo época en Cuba y también desde la desaparecida Radio Nederland de Holanda, atesora ya más de 30 años de desandar por las ondas. Esta es la crónica escueta de su vida.

El caballero andante de la radio

“Nunca me fui”

Juan Carlos es noticia estos días por su nuevo libro -el tercero en menos de dos años- “Nunca me fui” (Círculo Rojo, 2017) Un testimonio autobiográfico, con la radio como trasfondo y una sugerente portada que ilustra el humorista, también cubano, Angel Boligán.

“Nunca me fui” aborda la vida, encuentros, relaciones y sueños de Juan Carlos Roque. Es su visión apasionada de la radio y un enfoque personal de la migración, sus ventajas y sacrificios. Una alegoría de la nostalgia nacida en la distancia y la separación. El libro ya se vende en Amazon y en la propia editorial Círculo Rojo.

▪️La mas reciente criatura de Roque García está al alcance de la mano en estos enlaces: 

AMAZON
https://www.amazon.com/dp/8491756892

CÍRCULO ROJO
http://editorialcirculorojo.com/nunca-me-fui/

SU VIDA EN UN REPASO

Jesús Díaz Loyola
AtrioPress ✍🏻
La constancia le ha dado la virtud de un hombre íntegro de radio, y hoy por hoy es un auténtico caballero andante de la radio por el mundo.

A Juan Carlos Roque García lo encuentras en muchas páginas de las redes, pero hay una esencial: http://www.haciendoradio.blospot.com/.com/

En la desaparecida Radio Nederland dejó su huella como antes hizo en Radio Rebelde de La Habana, pero su propuesta en la red sugiere e invita: El arte de hacer radio.
En la radio se le estiró el cuerpo en el común empeño de armar historias y comunicar. Muchas están colgadas en su blog. La pasión de su vida es ya un legado a la historia desde las ondas a juzgar por las cosas que cuenta y descubre cada vez, lo mismo en Norte, Centro y Sudamérica que en la lejana Europa.

El triunfo de su arte no es ni más ni menos que la constancia que aprendió en La Habana de la cincuentenaria Radio Rebelde. Allí se forjó, y no por poco Juan Carlos dejó su impronta durante siete años bien valederos.
De allí recuerdo al colega fogueándose entre los ases de la voz y del sonido que le impregnaron el don primero. Tres nombres, sólo tres: Jorge Ibarra, Daniel Torres e Ismael Rensoly.

Con ellos alcanzó figura y estatura, y juntos sentaron cátedra en las innumerables emisiones de Haciendo Radio, Hablando Claro, Noticiero Nacional y Exclusivo.
Aquella tropa se dispersó, muchos como Ibarra, Nancy Aymé, José Arteaga y Daniel Torres, ya no están. Otros, como el propio Juan Carlos viajsn por el mundo, expandiendo como los ángeles la buena nueva que siempre trae la radio, cada día, cada hora, minuto a minuto sobre las ondas del éter.
Fue en ese medio y en ese ambiente que Roque aprendió a dejar de vivir de la radio para consagrarse a ella. Con el paso del tiempo, ya en los noventa, no tardó en ser gloria y figura en la radio holandesa que le cambió el camino.
Entre los avatares de su día a día, siempre le queda tiempo para replantearse algo nuevo en su blog (El arte de hacer radio) y en las redes para mantener el liderazgo de un radiofonista consagrado.

Generalmente, en las noches europeas, cuando Juan se ha bajado de su fecundo día, sin importarle el cansancio, es por excelencia el hacedor nocturno de la radio en la red hasta que se va del aire con el silencio sepulcral de la madrugada.

En esa franja horaria, Roque García desde su alcoba holandesa, es un líder indiscutible en la red, domina el ciberespacio, porque es cuando más internautas visitan su blog radio: http://www.haciendoradio.blogspot.com/

El arte con que este comunicador de la palabra hablada salido de Cuba hace la radio, a cualquier hora y en cualquier parte, justifica la razón para que muchos le veamos como un integro hombre de radio con el micrófono siempre en ristre, en busca de alguna historia en cualquier rincón del planeta.

Perfil de Juan C. Roque García

La pasión de este hombre nació en 1976, en el habanero San Antonio de los Baños (Cuba).
Allí le brotó el delirio por la devoción desenfrenada hacia la realización de los radiodocumentales que en su punto de escucha son un retrato de la realidad de este mundo. Ahora los lleva a libros. Ya tiene tres: “Cuando Cuba puso a bailar al mundo”, “Cartas de una madre” y “Nunca me fui”. Muy pronto hará furor con “La vendedora de rosas”, una visión de los niños de la calle de Colombia. 

Juan Carlos Roque es graduado de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana.
Periodista en las ondas por los cuatro costados: Las huellas de sus realizaciones están dispersas por las radios de toda la isla, desde Radio Cadena Habana hasta la Rebelde que le dio estatura.

“Siempre la radio”

Desde 1995 estuvo destinado en Radio Nederland hasta que la emisora mundial de Holanda cerró hace unos años. Pero allí dejó otra huella y estableció una identidad propia en la producción del programa multicultural “Voces”. Juan Carlos lo conserva todo para la posteridad. 

🎙¿Por qué la radio y esa devoción siempre de caballero andante de las ondas por el mundo?

—El carácter insular de Cuba. El hecho de que uno siempre quiere ir más allende los mares, conocer, recabar información y contrastarla… te lleva, en el caso de un cubano, a sintonizar radios de otros países. Y así, un día, buscando en el dial, encontré Radio Praga, otra experiencia en mi vida. Y me llamó la atención el hecho de que tuviera programas que además de informarte también te daban la posibilidad de recorrer Praga. Me fui a Praga y por eso nació ese estilo de comunicador viajero que también me ha llevado a colaborar con Radio Francia Internacional. 

Hoy, las crónicas sonoras me dan la percepción del mundo en que vivimos, desde los pueblos más recónditos hasta las grandes ciudades; sus culturas, su gente y, sobre todo, su amor por el bien. Todo eso me llama también la atención en cualquier parte y, por supuesto, que terminas convirtiéndote en un asiduo oyente de esas aventuras a través de la radio. Por eso ando y desando en busca de historias, siempre historias valederas y de enseñanzas. Y no me canso.

Ahora Juan Carlos escribe parsimoniosamente en libros testimonios el monumental tesoro de sus historias guardadas toda una vida. Lo hizo primero en “Cuando Cuba puso a bailar al mundo”. El pasado año nos regaló “Cartas de una madre”. Y ahora sorprende con “Nunca me fui”, la historia mejor guardada de su gran pasión: la radio.

Durante una sesión junto al colega en la desaparecida Radio Nederland, en 2011

06 mayo, 2018

EL BIGOTE MÁS INNOVADOR DEL SIGLO XX

EVOCACIÓN A JOSÉ MARÍA ÍÑIGO, EL
GRAN INNOVADOR DE LA TELEVISIÓN 
▪️Murió a los 75 años, víctima de cáncer, este sábado cinco de mayo, siendo uno de los tipos que más sabía de la historia de la televisión y de música española. Pero José María Iñigo fue algo más, el hombre que logró colar programas experimentales en la Televisión Española (TVE) en plena dictadura franquista. 

El bigote más innovador del siglo XX 

 ▪️Modestino     
 (Cajón de sastre)

cualquier jovenzano al que en la actualidad menciones el nombre de José María Íñigo le sonará a un individuo con la cabeza pelada, más bien fondón y pasadete,  con más pasado que presente ... y, por supuesto, futuro. Pero quienes hemos entrado en el clan de los "cincuentones" tenemos un recuerdo mucho más dinámico del personaje, porque Íñigo fue en su día todo un innovador, un periodista que rompió moldes y aportó un toque de dinamismo y modernidad a su trabajo. 

Estábamos demasiado acostumbrados a las sobrias y casi tétricas intervenciones de nombres como David Cubedo, con su voz profunda, a la forma de hacer con cierto toque superficial de José Luis Uribarri o a las maneras mucho más radiofónicas que televisivas de Joaquín Prat y José Luis Pecker. 

José María Íñigo fue un gran comunicador, tenía una soltura notoria y notable y ofrecía una imagen de modernidad en unos tiempos en los que un bigote de las características del suyo y unas patillas llamativas destacaban entre tanto formalismo y tanta ortodoxia. El periodista vizcaíno hablaba con frescura y fluidez, a lo que cabía añadir algo que resultó innovador: la actuación en directo, un toque de valentía que en su momento le convirtió en un pionero y, a la vez, en líder indiscutible. 


José María Íñigo irrumpió en la pequeña pantalla en el programa musical "Ritmo 70", que presentaba junto al periodista valenciano Pepe Palau, ya fallecido; ese programa ya tenía un toque nuevo, distinto. 

Pero donde el éxito de Íñigo llegó arrolladoramente fue con "Estudio Abierto", su primer gran "magazine" en directo, emitido por la segunda cadena (UHF), a mitad de semana y en horario de noche. Era un programa de un gran dinamismo, con entrevistas y actuaciones en directo; por allí pasaban los grandes intérpretes de la época -estuvo en antena de 1972 a 1974- como Nino Bravo, Mari Trini o Los Bravos, a la vez que tenían su oportunidad los cantantes noveles como Camilo Sesto. En la foto podemos ver a Íñigo entrevistando a la mismísima Catherine Deneuve. 


El éxito incontestable de "Estudio Abierto" llevó a Íñigo a la primera cadena.  Hoy en día ésto sería algo sin demasiada trascendencia: están la Sexta, el Plus, Tele-5, Antena-3, las teles de cable, los partidos de pago,  ... pero a mediados de 1975 pasar a TVE-1 era alcanzar el zenit televisivo. Así, los sábados por la noche "Directísimo" se convirtió en el "magazine" por excelencia; la presencia del aleman Uri Geller, que aseguraba doblar cucharas y arreglar relojes con la mirada, entre otras cosas, pudo ser el punto culminante del programa, y los españolitos de entonces estuvieron polemizando durante semanas sobre la veracidad de lo que el tal Geller hacía. 

Pero hubo otros momentos célebres, como el encuentro entre dos toreros rivales del momento, Paco Camino y Palomo Linares, quienes casi llegan a las manos en el plató, o la actuación del "hombre orquesta", un tal "John Balán" que era capaz de hacer sonar música con la única ayuda de una puerta, o la presencia en directo de dos viejos actores de Hóllywood, Johnny Weismuller, un Tarzán decrépito que hizo sonar su grito de manera triste y ridícula o una Rita Hayworth demolida por el alzheimer de la que no quedaba ni rastro de lo que fue en "Gilda", sin olvidar la socióloga argentina Esther vilar, que llenó las tertulias de polémica alpresentar su libro "El varón domado". Las anécdotas del programa daban lugar a comentarios para toda la semana, pues "Directísimo" era uno de los líderes de audiencia del momento. 

José María Íñigo siguió trabajando, con un remake de "Estudio Abierto", un programa llamado "Fantástico" y otros, pero su momento cumbre en la televisión española lo tuvo, sin ninguna duda, con sus programas en directo. Era un hombre que caía bien y supo sacar un partido enorme a sus capacidades, que demostró sobradamente en cuanto plató pisó.



CUANDO ÍÑIGO DETESTABA EUROVISIÓN
José María Íñigo interpretó un papel de relativa importancia la ya mítica película Un Dos Tres al Escondite Inglés. Dirigida por Iván Zulueta, quedó lista en 1969 pero no pudo ver la luz hasta el año siguiente, de modo que esta primavera se cumplen 45 años de su estreno. El argumento de esta cinta psicodeliciosa es simple pero efectivo: un grupo de jóvenes independientes que regenta una tienda de discos decide boicotear el Festival de Mundocanal, trasunto del Festival de Eurovisión.
Lo que son las cosas. El joven Íñigo en el papel de Rosco, un esquivo personaje que detesta Eurovisión / Mundocanal y conspira contra el certamen, y también en el papel de sí mismo, que se autointerpreta como el crítico musical implacable que ya era en la época. Junto a él, un reparto coral, juvenil, divertido e irreverente dando forma a una película libérrima y experimental que apenas tuvo guión y que es una de las escasas muestras de cine psicodélico español.
EL SÁBADO SE FUE PARA SIEMPRE 
⚫️ José María Íñigo, profesional de una amplia cultura, voz emblemática de Eurovisión durante siete años, entre 2011 y 2017, e identidad incuestionable de la Radio y Televisión Españolas, ha fallecido este sábado 5 de mayo, a los 75 años. 
El reconocido periodista nacido en Bilbao en 1942 se convirtió en el rostro de Televisión Española (TVE) en la década de los 70 gracias a programas como Fiesta, Directísimo o Estudio Abierto. Desde septiembre de 2000 colaboraba en ‘No es un día cualquiera’, el dominical que presenta Pepa Fernández y que hoy ha adelantado la triste noticia de su muerte. José María Íñigo presentaba desde 2011 el Festival de Eurovisión, uno de los eventos más seguidos del viejo continente. 
➕DEP un icono de la televisión.



03 mayo, 2018

EL HOMBRE MÁS VIVAZ Y PARRANDERO DE CAIBARIÉN, LA VILLA BLANCA 🌊

Juan Carlos Rosa Álvarez, "La Cotorra"
CRÓNICA DEL ADIÓS A UN HIJO NOBLE DE UN PUERTO CUBANO Y PESCADOR 

«Son buenas gentes, que aman, 
sueñan y piensan, y que un buen día, 
como tantos, reposan bajo la tierra». 
▪️Antonio Machado.
JUAN Carlos Rosa Álvarez era de pico fino allá en mi pueblo cubano y pescador. Y no porque le llamaran "La Cotorra”, más bien porque su sorna irónica y burlona estaba siempre en el centro de las tertulias, en llevar la euforia a las congas callejeras y ponerle alma, corazón y vida a las parrandas de Caibarién, un puerto norteño a más de 300 kilómetros al este de La Habana, donde nació y creció y se pasó toda una vida.
Juan Carlos era bajito de estatura pero inmenso para llevar la alegría a cualquier rincón del pueblo y montar el jolgorio sobre cualquier tema. Me acuerdo bien de Juan Carlos en mis años de infancia y juventud. Todos nos poníamos bobos escuchando a "La Cotorra" que no tenía para cuando acabar. Cuando se ponía a hablar fruncía permanentemente su frente amplia y sudorosa que guardaba tras de sí el tesoro de sus historias.

Juan Carlos Rosa Álvarez ("La Cotorra”), ya es leyenda de Caibarién. El martes 1º de mayo se volvió su día más ingrato porque un infarto se llevó para siempre y dejó un profundo vaho de tristeza sin que nadie –dentro y fuera de la isla– pudiera retractarse de la noticia sin evocar siquiera su costumbrismo callejero, sus carcajadas espontáneas y el tono de su voz rasgada animando las tertulias de las peñas parranderas y beisboleras en cualquier esquina de Caibarién (El Cayo).

Ya no quedará alma en aquel pueblo callado y costero que pueda reemplazar su aureola de hombre alegre a toda hora porque nadie niega en Caibarién que la fiesta era "La Cotorra".

Siempre andaba por los portales del pueblo sujeto a las caderas de la mujer que amó toda la vida y siempre estuvo a su vera: Ofelia "Ofelita" Balbin, a quien desafortunadamente una afección cardiorespiratoria le arrebató también la existencia días antes del martes ingrato que se llevó  a “La Cotorra”.

Ofelia Balbin era de los Balbin célebres de Puerto Arturo, los que dieron vida a aquella esquina caliente y bullanguera de Alonso y Malecón, el rincón que era una enjundia de alegría y felicidad con el espíritu siempre alegre de los Vicente Balbin, padre e hijo (Vicentico), aquella otra voz rasgada que también ya está con Dios. 

El portal de los sillones y las cervezas mas deseadas respirando el aire puro con el olor del salitre, y el ir y venir de los pescadores con sus vendutas marineras de pargos y de cuberas, de las minutas caseras y de cuanto manjar daba el mar. Eso era aquella esquina célebre donde nunca faltaba "Cotorra” con sus controversias coloquiales entre “Los Balbin” y cuanta gente se le plantaba.
Era lo mismo que pasaba en el número 22 de Jimenez (hoy el 911 de la calle 14) por dónde cada día se llena y se vacía el centro de la ciudad, un punto de encuentro donde nadie se retraía ante las ocurrencias espontáneas de Juan Carlos "La Cotorra".

PURA SANGRE CUBANA

Voy a contar todo lo que yo se de “La Cotorra”. No se si será por la sangre de sus raíces ese carismático espíritu que le acompañó en la existencia. Pero lo que muy pocos conocen en Caibarién es que Juan Carlos Rosa y Álvarez, era la viva mezcla de cubano y español porque tenía el Álvarez por su madre, María Justa la maestra que también es leyenda. Y a Maria Justa a su vez, le venía por su padre Constantino, un asturiano, tío de Manolín, el hombre que a Cuba llevó la radio, y los dos fueron nombres prolíficos en Caibarién. 

Por eso yo supe que Juan Carlos, hijo único de María Justa, nació y creció impregnado de la vivacidad castiza que le venía de su raíz maternal. Pero por los poros, al fin y al cabo, le brotaba pura sangre cubana. "La Cotorra” era un hombre de bien y caía bien por su particular simpatía. Era como su padre, Juan Rosa, otro hijo del pueblo, buen hombre y buen corazón porque así era el alma de "Los Rosa”, colorida como el Tocororo y locuaz como “La Cotorra”.

Ya solo queda su nombre como un personaje de leyenda, inolvidable y popular,  que se enamoró de la vida de la misma manera vivaz de parrandear que exteriorizaba todo el santo día. 

En fechas de festejos, los "cangrejeros" nativos de Caibarién salíamos a parrandear desde muy temprano y no parábamos hasta el siguiente día. En el centro de esos ambientes siempre estaba "La Cotorra”. Era alma, corazón y vida entre el ritmo impenitente de las congas, los toques de los tambores, las trompetas y  las gangarrias y el boom de las tumbadoras. Él, defendiendo a su barrio La Loma y extasiándose en La Marina. 

Al abuelo de Juan Carlos, lo llamaban también Constante, aunque todo un pueblo le conocía con el mote de «milhombres». De ahí le venía  a "La Cotorra” el ímpetu que le acompañó en la vida.

Constantino se ganaba la vida en el Caibarién de principios de Siglo, en el negocio que regentaba en una de las esquinas de más afluencia de la ciudad: Céspedes y Padre Varela. Juan Carlos también tuvo un paso vital por la vida empresarial de la cuidad. Hecho ingeniero brilló en sus años prósperos y fecundos como timonel del ICRM, una planta local de la industria siderúrgica nacional. 

La tienda del abuelo se llamaba La Covadonga como la Virgen, y al dueño asturiano le llamaban el rey de las ventas. "La Cotorra” no vendía nada, pero era el rey de la sorna y de la risa.

En la vida de sus ancestros no tenían cabida ni el pesimismo ni la pereza. ¿Qué no se podrá decir también de la que llevó Juan Carlos Rosa? Fue como el abuelo y la madre que lo parió, un emprendedor por la vida, afanado y luchador. 

La madre de Juan Carlos destacó toda una vida como educadora ejemplar. Estudió en la escuela elemental de los Hermanos Maristas, donde se formó Juan Carlos después. María Justa era orgullo de su hijo y todo un pueblo. Por eso hoy pocos no guardan un recuerdo suyo o, al menos, conservan ya para siempre la alegría de su mejor herencia.
Juan Carlos se fue el martes tras una vida plena. En sus últimos días le embargaba el desconsuelo desde la pérdida ingrata de "Ofelita”, su mujer. Lo sabrán mejor sus hijos, Juan Carlitos y Junior, pero mejor es el eco alegre con el que hoy lo despiden sus paisanos de Caibarién: "...extrañaremos sus porfías –dentro y fuera de Cuba– por la pelota y los dicharachos que utilizaba para bromear con todo el que pasaba, lo mismo a pie que en bicicleta o en carretón, por la acera o el portal de su casa de Caibarién",  escribió emocionado en desde Miami, Douglas DeDios, otro coterráneo innato que nunca lo olvidó.

La partida de Juan Carlos Rosa Álvarez de Caibarién, fue como una premonición del destino que la vida le tenía guardada. Él estaba de viaje en la Florida y una noticia nefasta le hizo acortar su estancia y retornar a la isla. No hace 15 días todavía fallecía Ofelita, su mujer. Juan Carlos se fue ayer en el mismo Caibarién, donde los dos se pasaron toda la vida.

Ay Caibarién!!, La Loma!!, La Marina!!; Puerto Arturo!! barrio mío, ayer se fue con el vuelo de la muerte ingrata, Juan Carlos “La Cotorra”, aquel que nos alegraba el alma y jamás nos hizo llorar. 

Gritaba, siempre gritaba, y era esa su cualidad divina. En realidad, su espíritu de la alegría lo sacaba a las calles todos los días. Por eso decía al principio que se calló para siempre Juan Carlos  "La Cotorra”, el alma parrandera de Caibarién, la villa que hoy también le llora.▪️
_________
Con esta crónica, además de mi admiración a un hombre bueno y agradecido, quiero expresar mi más sentido pésame a sus hijos, Juan Carlitos y Junior; a Tico y Chirri, los padres extraordinarios de la mujer que siempre amó; a su hermana Xiomara y a todos los Balbin numerosos de Caibarién. También a todos los que de alguna manera se contagiaron de su alegría. 

DEP Juan Carlos Rosa Álvarez, "La Cotorra" de Caibarién y su mejor tesoro, la eterna "Ofelita” Balbin.

📜 DÉCIMAS PARA EL HIJO PRÓDIGO
🅿️ara un cangrejero innato, recurrente y costumbrista como Juan Carlos Rosa Álvarez, no podía faltar un adiós en clave de décimas bien cubanas y bien pensadas como las que hace Noel Guzmán Boffill, porque él durará toda la vida, porque su vida está cogida por abajo, por la raíz, por la tierra húmeda y fecunda que lo engendró; está enraizada en el pueblo de cuyo espíritu se nutrió y al que tanto siempre amó: Caibarién. 
Adelante “Cotorra” en tu viaje largo y eterno cuando ya te has hecho leyenda. Ve directo a las estrellas que nosotros desde abajo estaremos riendo tus historias todavía. 
Hasta siempre, Juan Carlos!!
      ⚫️
«Cupido con la saeta,
dejaba la historia escrita,
con Juan Carlos y Ofelita,
y la tarea a un poeta.
El pintor con la paleta,
era un chapín en vaivén,
y la partida del tren,
esa fue tu despedida,
de dolor por esa herida,
que penetró en Caibarién.
      ⚫️
Décima con consonante,
hoy desde mi entraña asoma,
para el barrio de La Loma,
carroza que va adelante.
La mano te da Contante,
y Juan Carlos no declina,
y tu partida es espina,
que hiere los corazones,
por tus cuentos, mil razones,
de La Loma y La Marina.
   ⚫️
Mi verso es como un clarín,
como una flor sin corola,
de arena y de caracola,
y de Maratón sin fin.
Tiene de Ofelia Balbín,
y de ensueño y de modorra,
detente amigo no corra,
quiero que detenga el paso,
para brindarte un abrazo,
extraordinario Cotorra.
    ⚫️
Juan Carlos tiene de Rosa,
porque en el cortejo ido,
tiene de flor florecido,
por la vida caprichosa.
El sepulcro es una choza,
latitud del infinito,
te vas sin un solo grito,
amigo del redentor,
con la vida y el amor,
de tu pueblo Juancarlitos.
  ⚫️
Adiós amigo querido,
adiós noble cangrejero,
dolido está el pueblo entero,
Jesús Loyola está herido,
y tu pueblo está sumido,
bajo un mantón muy oscuro,
porque lo noble y lo puro,
de toda tu población,
no cabe en el Malecón,
Alonso, ni en Puerto Arturo.»
▪️Autor: Noel Guzmán Boffill Rojas.

▪️Fotos del sepelio tomadas del muro de Facebook de Víctor Hernández Delgado.

La palabra hablada y escrita

En la antigua Roma, atrio era un espacio abierto en sus míticas casas cercado de pórticos y destinado a reuniones familiares y a los huéspedes. En las iglesias romanas, atrio se describía en un patio amplio que miraba al exterior. Atrio son los extensos corredores al aire libre que se disipan a la majestuosidad de muchos templos y palacios en la fisonomía de las grandes ciudades de este mundo.

Y eso es @trio press, un espacio permanentemente abierto a los acontecimientos que han rodeado y rodean la vida. @trio Press (ATP Foro de Noticias) es una ventana a la actualidad en todos los horizontes del quehacer humano, y que dibujaremos con la imagen, el sonido y la palabra hablada y escrita.

@trio press-foro de noticias es una plaza pública en la red, un epicentro de atención cultural e invitación constante al foro libre.

El atrio triunfó en Roma tal como el ágora en Grecia como punto de encuentro y opinión tras la caída de la civilización micénica en el siglo VIII (Antes de Cristo). Hasta nuestros días, la más famosa, el Ágora de Atenas, es la única belleza arquitectónica de la Antigua Grecia que conserva, al menos, su techo original. Y allí, como marcándole el paso del tiempo está al aire libre el extenso corredor, el atrio, que se disipa al Ágora de Atenas.

En honor a esa pauta primera del derecho al foro y a la opinión sale @trio press. Como un foro público, un espacio para difundir actualidades. Vamos a contar la historia que vivimos a partir del testimonio que es uno mismo. Queremos, sobre todas las cosas, encontrar los protagonistas del pasado y del presente del derrotero que es la vida.

Esto es @trio press el espacio donde invitamos a contar la historia, la de este mundo y que, a veces, pasa inadvertida. Contáctenos y cuéntenos lo que quiera en Atrio Press, el foro de noticias. Nosotros lo diremos tal como nos lo cuenten. Bienvenido a @trio press.

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