27 enero, 2014

26 AÑOS HASTA ENCONTRAR A SU HIJA ROBADA


TRES TIEMPOS DE LA NIÑA MARINA

    Bebé

    Niña

    La joven Marina en
        la actualidad 

Su hija biológica la está buscando.
—Creo que se equivoca de persona.
—¿Es usted Alfonsa Reinoso...?
—Sí.
—¿Tuvo un parto el 18 de junio de 1987 en el Instituto Dexeus de Barcelona?
—Sí, pero es un error. Yo di a luz a un niño y murió.
—No señora, fue una niña que vivió y que fue adoptada. Se llama Marina. Como ya le he dicho, la está buscando.

26 años después:
la madre (arriba) y 
su hija (abajo)  


La extremesedora historia de la bebé robada en Barcelona.

En 1987 a Alfonsa le dijeron que subebé nació muerto, en la elitista clínica Dexeus. Ahora se descubre que tuvo una niña y está viva... Se han reencontrado.

Apellidos ilustres están implicados, como el hermano de la presidenta del Parlament.

SOLEDAD ARROLLO

El mundo se congeló en torno a Alfonsa cuando en mayo de 2013 llamó a un funcionario de la DGAIA (Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència de Cataluña) para aclarar el contenido de una carta que había recibido.

Sentada en la terraza de su casa con vistas al mar de Barcelona, Alfonsa, hoy una sólida empresaria de éxito de 41 años, se cruza la chaqueta mientras habla para Crónica (El Mundo). A su derecha, su marido, Manuel, le toma la mano con cariño y la mira atento. Ella de reojo mira a su hija Marina y sonríe dulcemente. «Se parece mucho a mí, en cuanto la vi se me fueron todas las dudas».

Porque después de aquella llamada que le ha cambiado la vida a Alfonsa, madre e hija no tardaron en encontrarse. Les aconsejaron mediación familiar, pero ambas lo tenían claro:«Las dos queríamos vernos, no había razón para esperar», dice Marina. Alfonsa asiente. Sólo una semana después del shock, el 17 de mayo pasado, se encontraban en las oficinas de la DGAIA. Marina, con 26 años, desde la ventana vio a una mujer bajarse de un coche. «Es ella», se dijo. «Estaba nerviosísima --reconoce la madre--, no pude dormir. Y en cuanto la vi, llorar y abrazos, abrazos y llorar. No podía ni hablar, la miraba...».
Aún quedaban sorpresas. Marina preparó para Alfonsa un álbum de fotos. «¿Y ésta quién es?», preguntó sorprendida Alfonsa cuando reconoció una cara de mujer en una de las imágenes del álbum. «Es mi madre adoptiva --contestó sin darle importancia Marina--, Cristina Rimbau». Desconcertada, Alfonsa verbalizó su escalofrío: «Es la asistenta social que me llevaba al ginecólogo».
Tres años antes de que robaran a Marina, la Dexeus fue célebre porque logró el primer bebé probeta español
Tras el reencuentro en ese mayo llegó, rodando ante la evidencia de lo ocurrido, la denuncia por el secuestro de su hija. Por el robo del bebé. Y no en cualquier hospital. No. Sino en el prestigioso y privado Instituto Dexeus de la capital catalana.
La de Alfonsa puede ser la primera querella de un caso de bebé robado que llegue a juicio oral. Hay mimbres suficientes. Los encausados están vivos en su mayoría, y con buena salud. Algunos pertenecen a familias conocidas de la burguesía y la política catalana. Es el caso de los de Gispert. A Ignasi, hermano de Nuria, actual presidenta del Parlament Catalán y Secretaria de Justicia cuando se produjo el parto, le señalan en las declaraciones que ya se han producido como el hombre que orquestó la adopción junto a su mujer ya fallecida, Teresa Cervelló, relevante jurista que llegó a miembro del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
En la denuncia que Alfonsa ha presentado aparece otra de Gispert. En un informe del expediente de adopción de Marina se recoge que «la menor fue entregada, por mediación de la abogada Teresa de Gispert, a sus actuales guardadores, quienes desde el momento de su nacimiento se hicieron cargo de la menor».
Otro de los imputados luce apellidos con hueco en la historia española del siglo XX. Es la doctora Victoria López-Rodó, la mujer que atendió a Alfonsa durante el embarazo (familiar de quien fuera ministro de Franco). Pasó por la comisaría de La Verneda el viernes 17 de enero pasado a prestar declaración como imputada.
Es también la primera vez que se denuncian hechos ocurridos en un centro de referencia internacional en fertilidad humana tan prestigioso como el Instituto Dexeus. Allí se consiguió en 1984 el primer bebé probeta español. La entidad guarda silencio. Ni la hija, ni la madre, ni siquiera el juez que solicitó información del parto en noviembre, han obtenido toda la documentación sobre el nacimiento de Marina, sobre los profesionales que participaron y sobre quien, entidad o persona, se hizo cargo de las facturas. Ocurrió en 1987.
Los genes hablan.                
De lo que no hay duda es de que el ADN ha confirmado la filiación, y de que la adopción nunca podría haberse realizado dentro de la legalidad tratándose de una menor tutelada por la administración, como era el caso de Alfonsa, que contaba con 15 años cuando dio a luz.Nadie tenía potestad para acceder a esa adopción.
Y Alfonsa tratando de digerir este laberinto y recordando aquel tiempo complicado del primer embarazo. Hacía pocos meses que había cumplido 14 años. Ella y cuatro de sus ocho hermanos, medio abandonados por sus progenitores, fueron tutelados por los servicios sociales y llevados a centros de acogida. La niña Alfonsa, embarazada, fue internada en un centro de monjas de Barcelona, el Santa Eulàlia.
En mayo, nadie sabe por qué, fue trasladada a la Casa de la Jove, un centro de vinculación católica. El mismo día que llegó, una asistente social, que Alfonsa ha identificado ahora como la madre adoptiva de su hija, la acompañó a la Dexeus. Así conoció a la doctora López-Rodó, que le siguió el embarazo. Asegura Alfonsa que en otras visitas fue Mercedes Porrera, la directora de La Casa de la Jove, quien la condujo al ginecólogo. «Desde el principio, la doctora [López-Rodó] me dijo que era un varón y que era un poco pequeño, pero que todo iba bien».
El 18 de mayo, el Tribunal Tutelar de Menores de Barcelona envía notificación a la directora del centro para que Alfonsa «quede retenida a disposición de este tribunal, por lo que no podrá ser entregada a persona alguna, sin previa autorización escrita de este organismo».

Alfonsa, poco después del parto de su hija. Tenía 15 años cuando la llevaron a la Clínica Dexeus de Barcelona para dar a luz. Estando embarazada fue internada en un centro de monjas. Hoy, felizmente casada y con tres hijos, ha podido añadir al álbum de familia a la hija que le faltaba.

Pastillas y un taxi.             
Pero lo cierto fue que cuando el embarazo contaba 37 semanas prepararon a la joven para llevarla de nuevo a la Dexeus, sin autorización alguna. «La directora me dio dos pastillas para estar tranquila y me las tomé. Cuando llegó el taxi, además de una asistente social, venía el marido de mi hermana Mariana. No hice preguntas. Pensé que a lo mejor tendría que acompañarme alguien de mi familia. Ya no recuerdo nada más, ni siquiera la llegada a la clínica».
Cuando despertó estaba en la cama, molida de dolores. «No había nadie conmigo. En cuanto pude pregunté por mi bebé. Fue la misma ginecóloga López-Rodó la que me informó. Me dijo que el parto había ido mal y que el niño había muerto. Fue horrible. Aquel bebé era lo único que tenía en la vida, mi única familia. Le quería. Fue un golpe muy duro».
Tras darle el alta, una desconsolada niña y madre doliente volvió a la Casa de la Jove. Allí ya no querían tenerla. Tuvo que rogar y explicar que aún tenía los puntos, para quedarse unos días más. Cayó en una larga depresión.
A mediados de julio, y sin sitio a donde ir, la pequeña Alfonsa recurrió a un conocido llamado Manuel, quien ya tenía dos hijos y que, pese a todo, se hizo cargo de su tutela. El tiempo transformó en amor esa amistad. Manuel y Alfonsa se casaron, y ella supo por primera vez lo que era una familia cuando formó la suya. Con Manuel, que desde entonces sigue a su lado, tuvo tres hijos.
«Todos los 18 de junio los he pasado sola. Para mí eran días tristes. Cuando me quedé embarazada por segunda vez pensé que la criatura me ayudaría a olvidar al hijo que se me murió. Pero no fue así. Mi sufrimiento fue aún mayor, viendo a mi bebé».
Conocer a Marina ha sido también conocer la verdad: que cayó en una trampa. Aunque está encantada por recuperarla, necesita ayuda psicológica. Para la hija, otra verdad dolorosa: que fue robada. Marina intenta reconstruir cómo se produjo su nacimiento. Sus padres adoptivos, que nunca estuvieron casados, se separaron hace tiempo. El padre quiere colaborar. Le ha escrito a su hija un documento explicando lo que sabe, que Alfonsa ha adjuntado a la querella. Relata que después de luchar sin éxito por un embarazo en la Dexeus, «unos amigos nuestros abogados, Ignasi de Gispert y Teresa Cervelló, ya muerta, que ya tenían un niño adoptado, nos dijeron que tenían una vía abierta. Se trataba de una joven menor que estaba embarazada, que quería tener su hijo, pero que, según nos dijeron, no podía ni quería quedárselo... La versión que Cristina (Rimbau) me dio es que una tercera persona se encargaría de ver a la futura madre que residía en una residencia para jóvenes solteras y ayudarla (...). Lo siguiente es que dimos un dinero para cubrir los gastos (...)».
«El 18 de junio fuimos a la Clínica Dexeus. Yo me quedé en la sala de espera y sobre el mediodía apareció Cristina con Marina en brazos, que acababa de nacer. Salimos de la clínica con el coche de unos primos míos».
¿Quién pagó los gastos?          
Pero esa adopción era imposible. Nadie podría haber hecho una renuncia legal que permitiera la apertura de un expediente de adopción. Ni Alfonsa, ni la propia administración. Tratándose de menores, habría tenido que tutelar a ambas hasta la mayoría de edad de la madre.
¿Quién pagó los gastos de las consultas y del parto en el prestigioso Instituto Dexeus? ¿Quién consintió su ingreso sin permiso de su tutor legal? ¿Por qué pone en los documentos de la madre «NO INFORMAR» o «ADOPCIÓN» (así, en mayúsculas) escrito a mano? ¿Por qué la directora de la Casa de la Jove, Mercedes Porrera, consintió la salida de Alfonsa contraviniendo la orden del Tribunal Tutelar de Menores? ¿Quién autorizó a la pareja de adoptantes a llevarse a la criatura, como han testificado los primos del padre, con sólo unas horas de vida y no con tres días como marcaba la ley? ¿Por qué Cristina Rimbau pudo inscribir ella misma a Marina, que sería después legalmente su hija adoptiva, en el registro civil con sus propios apellidos y los de su pareja?
Para contestar a estas preguntas el juez Juan Emilio Vila investiga la denuncia de Alfonsa. Ya han prestado declaración muchos testigos e imputados. La ex directora de la Casa de la Jove, Mercedes Porrera, imputada en la causa, aseguró a la Policía que fue Teresa Cervelló, que se presentó como miembro de un reputado bufete de abogados, la que llevó al centro a Alfonsa. También que Cervelló le hizo saber que era cuñada de Nuria de Gispert, a la que Porrera conocía porque había colaborado con la Casa de la Jove anteriormente. Además aseguró que nunca le dio pastillas a Alfonsa y que si la dejó salir, a pesar de la orden del Tribunal Tutelar de Menores, es porque la institución que dirigía era «un centro abierto».
La ginecóloga Victoria López Rodó se jubiló hace un año y se trasladó a una tranquila urbanización a las afueras de Guadalajara. En su declaración aseguró que no fue ella la que informó de la muerte del bebé, que Alfonsa sabía que su hija estaba viva. Para demostrarlo presentó un documento hecho supuestamente 11 años después del parto,en el que se explican los detalles del alumbramiento, pero que, según ella misma reconoce, nunca llegó a las manos de la denunciante.
Por segunda vez, el juez Vila, que ya lo hizo en noviembre, ha ordenado a los responsables de los archivos del Instituto Dexeus, al Tribunal Tutelar de Menores y a la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) toda la documentación relativa a la tutela de Alfonsa, de su hija, al parto y a los gastos ocasionados por el alumbramiento.
«Quiero la verdad. Nadie tiene derecho a decidir sobre la vida de nadie», afirma Alfonsa. Marina la mira hablar y asiente: «No quiero pensar en lo que nos hemos perdido, prefiero mirar al futuro, pensar en lo que nos queda y aprovechar el tiempo que está por venir».
La búsqueda de Marina ha terminado. Ha encontrado a su madre biológica y a una familia muy amplia en la que ha encajado como la pieza del puzle que faltaba. En el perfil de WhatsApp de Alfonsa Reinoso figuran entre corazones los nombres de tres hijos: Roser, Lucía y Manu. Ahora, tras unos puntos suspensivos ha añadido, junto a un corazón rojo, a Marina, su primer bebé, su hija mayor recuperada 26 años después de su alumbramiento.

26 enero, 2014

DOMINGO EN LA BASTILLA FRANCESA


FRANCIA SE MUEVE

Julie Gayet

La actriz que provocó la ruptura del presidente francés con su esposa,

Valérie Trierweiler 


17.000 personas en el
'Día de la Ira' contra François Hollande.

Mal día para Francois Hollande, la jornada después del anuncio de su ruptura sentimental con la periodista  Valérie Trierweiler —48 años—, tras ocho años de relación y cuatro de vida en común. 

La separación era inevitable a raíz de las revelaciones realizadas por el semanario Closer sobre el amorío secreto del Jefe de Estado francés con la actriz Julie Gayet, —41 años—,  que hoy es el centro de todas las miradas.

El frio y la intensa lluvia no importaron para que unos 17.000 franceses, protagonizaran este domingo "El Día de la Ira" contra Hollande en recorrido por las principales calles de Paris, reporta Javier de Rotaeche.


La manifestación que ha partido de la céntrica Plaza de la Bastilla ha tardado más de dos horas en llegar a las inmediaciones de los Inválidos. Precediendo esta manifestación una pancarta que dejaba clara las intenciones de los congregados "Hollande dimisión". "Vamos a perseguir al presidente en la calle antes de echarle en las urnas" ha asegurado uno de los convocantes de este "Día de la Ira" al que se unieron más de 60 organizaciones desde la extrema derecha, ultra católicos como Civitas, artesanos y agricultores o agrupaciones contrarias a los impuestos especiales como los Boinas Rojas.

«Sobre un mar de paraguas sobresalían cientos de banderas de todos los colores —describe  Javier de Rotaeche para El Mundo—. La mayoría eran insignias francesas, pero muchas con las consignas más diversas como esas banderas bretonas con la flor de lis en la esquina, símbolo monárquico; banderas de "Manif pour Tous", o pancartas donde se podía leer "Gobierno Guiñol".

Las banderas que muchos portaban eran una muestra del hartazgo hacia la política fiscal, social, y de la familia del gobierno francés.

Al comienzo varios manifestantes han gritado "Journalistes Collabos" (Periodistas colaboradores) a los medios de comunicación presentes. Y, según algunos testigos, un grupo de jóvenes, con la cara tapada y cazadoras de cuero han gritado "judío, judío", brazo en alto a un hombre que recriminaba la manifestación. No se precisa de donde provenía el fuego en el entorno de la Bastilla, aunque pudo deberse a la quema de algún artefacto público.

Pero lo variopinto de la convocatoria ha permitido ver escenas de lo más extrañas. Al lado de padres con hijos, un grupo de "hommen" ha protestado desnudo llevando una gran bandera tricolor. Incluso al final de la manifestación un centenar de partidarios del humorista Dieudonné, sancionado por el gobierno francés por sus comentarios racistas, llevaban pancartas a favor de la libertad de expresión, y banderas con piñas dibujadas, en referencia su canción "Shoa Nanas" de carácter antisemita.

La Bastilla fue tomada por asalto el 14 de julio de 1789 por el pueblo, en el que es considerado popularmente como el primer acto de la Revolución gala.

De este episodio de la historia de Francia proviene el carácter simbólico de esta plaza, lugar de numerosas manifestaciones, a menudo con connotaciones políticas de izquierda.

EL OCASO DE SCHUMACHER


Michael Schumacher lleva casi un mes en coma desde su accidente en la estación de esquí de Meribel, en los Alpes franceses, y los medios alemanes han pasado de cubrir portadas a especular sobre los efectos cognitivos en el caso de recuperarse el siete veces campeón de Fórmula 1. 

TEMOR PORQUE SCHUMACHER EN ESTADO VEGETATIVO

JOSÉ-PABLO JOFRÉ 

«Cada día en coma disminuye las posibilidades de que la situación mejore», explica un experto en Neurología

Michael Schumacher lleva 25 días en coma desde su accidente en la estación de esquí de Meribel, en los Alpes franceses, y los medios alemanes han pasado de cubrir portadas a especular sobre los efectos cognitivos en el caso de recuperarse el siete veces campeón de Fórmula 1. Ayer, la noticia publicada por el británico «Daily Mirror» en la que se asegura que «Schumi»...

«Cada día en coma disminuye las posibilidades de que la situación mejore», explica un experto en Neurología

Cuatro semanas después de que el equipo médico indujera a Michael Schumacher a un estado artifical de coma, el temor a que el expiloto alemán permanezca en un estado vegetativo permanente, incluso aunque despierte, crece.

La leyenda de la Fórmula 1 permanece en una unidad de cuidados intensivos desde su accidente en una estación de esquí de los Alpes franceses. Schumacher fue inducido al coma para ayudar a su cerebro en la recuperación después del fuerte impacto que sufrió al golpearse con una roca, pero esta medida normalmente no suele alargarse más de dos semanas.

Jean-Marc Orgogozo, profesor de Neurología de la Universidad de Burdeos consultado por el diario británico 'Daily Mail', explicó sobre el estado del expiloto que «cada día en coma disminuye las posibilidades de que la situación mejore».

Pese a todo, la familia de Michael Schumacher ha insistido en que el expiloto es «un luchador y no abandonará» y agradeció las muestras de apoyo y ánimo recibidas de todo el mundo.

22 enero, 2014

EL CUBANO VUELVE A OFRECERSE EN IVÁN CAÑAS

Cuando Iván iba por caminos y guardarrayas 

EL CUBANO SE OFRECE (Ediciones Unión, La Habana, 1982) es un libro emblemático, un retrato en imágenes ya míticas que hablan por sí solas de la Cuba que nos marcó.


"El cubano se ofrece" es, sobre todas las cosas, la obra cumbre de Iván Cañas (La Habana, 1946) donde este fotorreportero que creció con la revista Cuba Internacional,  instintivamente lo dio todo por el hombre del campo y del mar, por el pueblo y la ciudad, cuando él hurgaba con su Leica rudimentaria por caminos y guardarrayas en la ruta de la caña de azúcar.

Pocos como Iván corrieron entonces tras el olor del guarapo y el herrumbre de los trenes. Hoy, ahí está el legado de aquella realidad difusa, una Cuba que solo sus imágenes justificarán para siempre como verdaderas obras de arte del lente sobre el papel

Iván Cañas vuelve a retomar las imágenes del gran álbum de sus recuerdos. Cobran vida en la Retrospectiva suya que la American Fototeca de Cuba presenta desde el sábado 18 de enero en sus pabellones de Miami.


«RETROSPECTIVA» es una selección de las imágenes que Iván lleva consigo a cualquier parte. Son decenas de fotos, tomadas al azar en el viaje imperecedero por la Cuba profunda de los 60 y 70, y que ahora cuelgan de las salas expositoras en el Bird Road Art Walk Distrito.

Ahí está el Caibarién que cautivó las pupilas de un inquieto veinteañero; la negra y el blanco, todas las miradas  juntas que buscaban su lente instintivo cuando el joven Iván era un aferrado a los carretes y el revelador de los laboratorios.

Sus fotos eran "adustas, en blanco y negro, enfocaban ambientes y sujetos “espontáneos”, concentrados más en sus actitudes individuales, que en las proyecciones del discurso oficialista".
(Del ensayo acerca de Iván Cañas: el fotolibro El Cubano se Ofrece, escrito por Grethel Morelly Abelardo Mena)

En el gran legado de su fotografía está el abuelo, el obrero y hasta el historiador: Feliciano Reinoso (junto a estas líneas), el armador de tantas historias juntas de toda la vida anterior. 
El lente de Iván es un viaje a un pasado de creencias y carencias que encontró el fotógrafo en su derrotero tras el mundo de sus imágenes.

Casi medio siglo después, con casi 68 años encima, el cubano vuelve a ofrecerse en Iván Cañas. Por eso llenó el sábado  la sede de la American Fototeca en el 4260 SW 74 Ave, en Miami. Y allí estarán sus obras como oro en paño, hasta que las retinas de los visitantes se cansen de incursionar en ese viaje retrospectivo que es el teleobjetivo de Iván Cañas por el tiempo y por la vida.
POSTDATA PARA IVÁN 

Cuando hiciste lo mismo con Lezama Lima —fueron 40 magistrales imágenes— y se lo contaste a Eliseo Alberto de Diego —tus dos amigos del alma (DEP)—, yo te dediqué una crónica. 
Entonces me dijiste: "Gracias por tu post, los amigos y admiradores de la obra de estas glorias de la cultura cubana siempre te lo agradeceremos".

Ahora el homenaje eres tú y la maestría con que rescataste todo el tiempo que se nos fue. 

Gracias, Iván por ese viaje en el recuerdo que nos confirma que allá, al otro lado, en cualquier rincón, un cubano siempre estará para ofrecerse, aún en la ignominia de la desolación.

“El Cubano se Ofrece” tiene casi medio siglo. Muchas de las fotos salidas del lente generoso de Iván Cañas encontraron su escenario preferente en Caibarién, un pueblo cubano junto al mar, a más de 300 kilómetros de La Habana, al norte centro de la isla.
Hasta allí viajó este fotorreportero innato cuando su vida a penas pasaba de los 20 años y encontró lo que buscaba: un pueblo de obreros, fabril y laborioso. “...deseaba testimoniar algo que tuviera ciertos límites, es decir, un pueblo, una ciudad, una etapa, y que al mismo tiempo reflejara, por supuesto, la personalidad de nosotros mismos, los cubanos...”, ha contado Iván Cañas. 

Ahora el lente le busca a él por la culpa exquisita de la grandeza de sus imágenes. 


       IVÁN CAÑAS, AL CENTRO


19 enero, 2014

MANOLÍN ÁLVAREZ, UN PIONERO DE LAS ONDAS QUE ES REFERENTE PERMANENTE EN LA RADIO

Asturiano en Cuba
Jesús Díaz Loyola (ATP)
Su nombre es Manuel Álvarez Álvarez (Manolín para Cuba) Es un referente permanente para la historia del medio que forjó. A él se debe en gran medida, la introducción y expansión de la radio en Cuba. Su pujanza y su ímpetu se impusieron para que conquistara el éter cuando en todo el Caribe no existía emisora alguna.

En la foto, el asturiano Manolín en los albores de los veinte 
en su primera estación, la 6EV de Caibarién, Villa Clara.

Su paternidad sobre la radio fue ninguneada por mucho tiempo en la isla, donde hizo gloria en las ondas. No fue hasta 1982, cuando ya ciego y sembrado en su vejez, el oficial Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) reivindicó en Manuel Álvarez el mérito de padre indiscutible de la radio. 

Por eso ya nadie niega en Cuba que mil novecientos diecisiete fue el año de los grandes emprendimientos por la radio. Ese año, y muchos otros, hay que agradecerlos a la figura de Manolín, que se fue a La Habana un día de 1905 y no volvió nunca.

Yo no tenía veinte años cuando comenzaba mis andaduras por el periodismo, y tuve la suerte fortuita de conocer a Manolín, el maestro y padre de la radio cubana.

Al llegar a La Habana de 1905, Manuel vivió en Tiscornia la cruenta página de la leyenda negra de la inmigración en Cuba. Después, a lo largo del camino toreó el chantaje y las incomprensiones de petulantes cuando pretendió enseñar la radio como un invento humano, "lo mas humano que se ha hecho", me decía siempre. 

En 1917 transmitió las primeras señales y en 1920 ya estaba en posesión de la primera estación de radiotelefonía de Cuba: la 6EV desde Caibarién, a la que luego sucedieron la 6LO y la CMHD.

Hoy lo vuelven a recordar  en sus años más vitales, porque  la muerte  no se lleva a un hombre valioso, sino que lo guarda y lo retiene en sus tiempos más adorables, porque como ya  digo, Manolín es un referente permanente para la radio.

UN LEGADO ESPAÑOL

AHORA el colega Rafael Solano vuelve retomar el referente de mis incursiones por la historia y por la vida de Manuel. Hoy, recrea la figura del asturiano como pionero indiscutible de la radio en Cuba. 

Después de contarle las grandezas de este hombre extraordinario, Solano escribió una nueva estampa para «Amigos de la onda corta», el punto en la radio que los domingos de 13.00 a 14.00 horas UTC y los lunes de 01.00 a 02.00 horas UTC, Antonio Buitrago presenta desde Radio Exterior de España y para el mundo. 

Otra vez Manolín Álvarez está en el punto de escucha de medio mundo justificando que en aquel pueblo cubano que los dos habitamos, Caibarién, comenzaron a transmitirse las primeras señales de radio en la isla. Escúchelo en este enlace, en el minuto 34 del programa de Buitrago. Gracias, colegas.

http://www.rtve.es/m/alacarta/audios/amigos-de-la-onda-corta/amigos-onda-corta-museo-retransmision-19-01-14/2318649/?media=rne

UN HOMBRE RADIO QUE VIAJA POR EL MUNDO
Una semblanza sonora de Radio Exterior de España, estuvo también no hace mucho en el punto de escucha de Mundo Radio, de Radio Isla.
                                              

Caibarién, mi pueblo.                             Manolín en el crepúsculo de su vida.
http://www.goear.com/listen/86149ea/--
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Aquí el colega Rafael Solano recrea la figura del asturiano como justificación de la historia que estoy escribiendo. Escuchen y disfruten este link que es un viaje a los tiempos míticos de la radio.

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http://www.goear.com/listen/86149ea/---

COMO UN MARCONI DE SU TIEMPO


En su día, otro colega que vive para la radio, Juan Carlos Roque García, dedicó una emisión de su ahora recordado «Voces»  de Radio Nederland para hablar del libro con el que pretendo reivindicar al asturiano Manuel Álvarez (Manolín) como introductor de la radio en Cuba. 

He hablado mucho de él a lo largo de los años. El libro ya acabado, aún no ha salido. Se lo contamos a Juan Carlos en la esencia de la vida de Manuel como un reflejo del emigrante de América y su afán emprendedor por imponerse: "A sangre y fuego hice la radio", así me lo decía mi amigo Manuel todavía vital en los años ochenta.  Cuba lo sabe.

                                              El programa «Voces» fue un testigo permanente de la vida y la cultura en toda la América hispana. Lo fue esencialmente con la radio. Y en él no podía faltar la vida de Manuel. Desafortunadamente, como tantos programas de Radio Nederland, ya no está en parrilla. Los que aman a la radio empedernidamente como Juan Carlos, como la amó Manuel, saben que es el invento más humano que se ha hecho. Hoy nos vamos a regocijar una vez más con la radio que nos inculcó esta sana obsesión de comunicar con la palabra hablada.

Escuchen aquí esta edición del siempre recordado «Voces» de Juan Carlos Roque y la historia de Manuel
http://www.rnw.nl/espanol/radioshow/manol%C3%ADn-un-marconi-de-su-tiempo


Reproduzco tres comentarios aparecidos en la web de Radio Nederland, asociados a este enlace, por la fuerza expresiva de lo que plantean.

Nelson Álvarez (hijo de Manolín)

22 Octubre 2011 - 12:41 de la mañana / Miami. Florida. USA
Manolín, sobrenombre que llevó consigo por toda la vida y bautizado así por los criollos cubanos caibarienenses de entonces por culpa de su acento asturiano; desembarcó en Cuba con apenas 12 años. Bien pudo ser un delincuente, pero soñaba con los ojos abiertos sobre las sacas de granos que se almacenaban en una bodega en donde trabajaba. Y germinó un día, no sin muchísimos esfuerzos,en el experimentador de la radio en Cuba más proverbial. Y creo una gran familia con su sudor y tesón residiendo en uno de los lugares mas espectaculares de la Ciudad de Caibarién y mostró a los demás lo que para entonces era un misterio. Lo se muy bien porque hablo de mi padre. QEP quien vivió para nosotros humildemente

Españolito de a pie (un aldeano asturiano)

22 Octubre 2011 - 10:40 de la tarde / España

Preciosa y entrañable la historia de tu padre, Nelson. Es una sorpresa muy agradable.
Asturias puede sentirse muy honrada por haber dado siempre al mundo hijos como Manolín, un claro exponente de esas personalidades muy despiertas pero al mismo tiempo poseedoras se ese rasgo que caracteriza a aquellos hombres que dejan su huella en la historia y las gentes: la alta capacidad de soñar lo imposible y poner en el empeño todo el corazón, como tú muy bien dices.
Yo, particularmente, como asturiano me siento muy orgulloso, y contento por que ahora se reivindiquen y difundan su nombre, sus logros e historia.
Os felicito a ti y a tu familia por el privilegio de haber tenido con vosotros su persona; a buen seguro, un alma llena de Astures viviendo en el Caribe.
Que en paz descanse, Manolín Álvarez.
Un abrazo desde Uviéu.

Luis Machado Ordetx (periodista y escritor cubano)

21 Octubre 2011 - 4:01 de la tarde / Cuba

Excelente estudio. No solo reivindicará a la histórica figura del asturiano Manolín Álvarez y Álvarez, sino que hará justicia a muchos que olvidados, fomentaron los cimientos de una radio participativa, de amplia aceptación y de rigor contemporáneo en los anales universales del medio. Ojalá que el afán del Sr. Díaz Loyola no aguarden por más tiempo en el sueño de una editorial y conviertan en revelador un suceso sin muchos parangones en la historia de la cultura cubana y española.

Enlace de Radio Nederland:http://www.rnw.nl/espanol/radioshow/manol%C3%ADn-un-marconi-de-su-tiempo


En la figura de Manolín Alvarez, un asturiano 
emigrante, que llegó con 13 años y echó 
raíces en Cuba, se centra el libro que lo 
reivindica como pionero de la radio en Cuba, 
desde 1917, cuando emitió las primeras señales 
de radio desde la norteña ciudad portuaria de 
Caibarién, en Villa Clara.












PADRE DE LA RADIO
En este blog @trio press (ATP), ya he ha adelantado un fragmento 

de esta biografía, en la que Manolín Álvarez es una memoria viva de 
la radio que forjó. Hoy la comparto nuevamente:
Caibarién
“El año 1920 será recordado
por las numerosas transmisiones
 de telefonía sin  hilos
que difundían informaciones
y programas de entretenimiento
 con el mismo espíritu
que tiene hoy la radiodifusión”.

Guillermo Marconi (BBC, 1944)


Verano de 1920

FRAGMENTO

Como empecé en la radio

...¡Era una voz humana! ¡Alguien hablaba! 
¡Después leía! ¡Y hasta se escuchó una música!...

Llevábamos varios días sin pegar ojos en espera del momento que iba a poner a prueba todo el esfuerzo de varios años, cuando en el verano de mil novecientos veinte, en el número siete de la calle de Céspedes, en la ciudad portuaria de Caibarién, nació la radio en Cuba.
El tándem de radiofonistas lo formábamos un grupo de jóvenes, a quienes  nos movía una obsesiva pasión por comunicar. El equipo era sólido y agrupaba hombres claves en materia de tecnología, redacción y creación artística, nombres que después fueron figuras en la radio.
Lo primero que hicimos fue instalar una antena en un punto alto de la ciudad, y el mejor emplazamiento estaba en el Cuerpo local de Bomberos. En pocos días ya teníamos dispuesto un pedestal de cien pies de altura para trasladar la señal mediante ondas eléctricas al mayor radio de distancia posible.
Aquellos días, mi casa era un centro permanente de operaciones radiofónicas por todo el caudal de equipos que había allí montado. Nada más entrar en ella resaltaba su sala inmensa, compartida en departamentos, donde estaba el grueso de los aparatos y una mesa de transmisión.
Mi casa era modesta con vistoso portal como muchas de las viviendas típicas que daban vida a la ciudad junto al mar; el suelo deslumbraba por los mosaicos estampados del tiempo español, y su altura favorecía la acústica.
Varias almas de Dios habían pasado ya sus vidas por la casa de Céspedes, pero el embrión de la radio estaba ahora allí para comenzar a ser testigo veraz de los momentos míticos de la radiodifusión en Cuba.

En dirección norte, resaltaba el puerto; más al centro atraían la imagen imponente de la institución Hispano-Cubana de Cultura y la Sociedad Liceo; y bordeando todo el litoral estaban los barrios de las familias más adineradas.

En las tardes de la Villa, el aire fresco agradecido de la bahía corría por entre la casa levantando las cortinas de puertas y ventanas.

El día del verano inaugural, una multitud improvisada comenzó a formarse en torno a la naciente estación radiodifusora, y en cuestión de dos o tres horas, la aglomeración de público abarrotaba todos los rincones de Céspedes. Podría decirse que todo Caibarién estaba volcado al acontecimiento: políticos, intelectuales, hombres, mujeres y niños. Todo el pueblo estaba allí.
En pleno vestíbulo de la casa-planta, todo el mundo mostraba elegancia: las mujeres hechas un encanto con sus vestidos largos, trajes a tono y sus peinados imponentes; los colegas del gremio, igualmente deslumbraban con sus portes. A media mañana, mi casa era un ajetreo entre la amplia concurrencia y el ruido de los aparatos.
Uno de los primeros  en llegar fue el Alcalde Municipal, el liberal Francisco Bolaños Santiago. Saludó y en gesto sólido exclamó: ¡Gracias Manolín! ¡Enhorabuena y bienvenida la radio al pueblo!

Además de Feliciano Reinoso, Bernardo G. de Santamarina y el doctor José Cabrera Saavedra, fueron también partícipes Lorenzo Martín y Miguel Baláis, y muchos otros hombres del pueblo convertidos después en artífices de las ondas desde sus cometidos cotidianos.

El tío Constantino, con quien comencé mis andaduras cubanas, tampoco faltó aquel día.

-¡Vuelves a ser Manuel Álvarez! –dijo nada más verme.
-¡Cuánto he tenido que pasar!
-Ya no soy el ayudante de La Covadonga ni el maquinista de la Casa López.
-¡Eres tú, Manuel, orgullo de los Álvarez de Ambás y de todo Carreño! Vas por buen camino.
-Toda mi elocuencia te la agradezco a ti.

En el fondo, Constantino manifestaba el placer de padre adoptivo al ver que todos los vaticinios se cumplían . Su cuidada educación a lo largo de los años en que acabé de estirar el cuerpo, ahora nos premiaba a los dos.

Era un día excepcional de mi vida, en el que tampoco faltó el Vice Cónsul de España en Caibarién, Celestino Amat, quien se congratuló con el acontecimiento salido de las manos de un español.
Por primera vez llevábamos la palabra hablada a los hogares del pueblo. Todavía no la llamábamos 6EV, pero era mi primera emisora real, la primera en toda de Cuba.
Como la fachada miraba en dirección Este, el sol de levante delataba todo el esplendor de una jornada histórica. 

Manolín muestra el hórreo de plata que le obsequió el Ayuntamiento de Carreño, como recuerdo de su tierra asturiana que no volvió a hacer nunca.

Listos los equipos, pronuncié las primeras palabras frente a un armatoste de micrófono conectado a una vitrola.

Hola, hola, me escucháis bien por ahí…

Feliciano, que era como un edecán en aquellos comienzos, estaba ahora situado en su casa de Maceo, a varias calles de Céspedes, pero los dos intentábamos comunicarnos mediante receptores muy rudimentarios.
Con aquel saludo, aquel ¡Hola! espontáneo, mi voz llegó clara y nítida. Comprobé varias veces para asegurarme el estado de los equipos, posiciones y ajustes. Y lancé entonces un mensaje más definido. Ofrecí los buenos días al aire y me identifiqué:
¡Manuel Álvarez, desde Caibarién, Cuba!
Lo volví a decir:
¡Manuel Álvarez, desde Caibarién, Cuba!

Risas y aplausos de todos los presentes y curiosos espontáneos daban crédito a lo que oían. La voz había llegado con total nitidez y así comenzábamos a vivir el esplendor de la radio de los veinte.
¡Ahora sí, señores! ¡Nació la radio!
Aquellas primeras palabras llegaron al espacio como arte de magia desde mi propia casa. Los rostros impávidos acuñaban el hecho, pero ninguno allí dábamos crédito a lo que oíamos. Todos estábamos sorprendidos. Mi voz sonaba extraña y tuve la sensación de una voz latosa, como suenan en las míticas placas shellac que entonces se escuchaban por los fonógrafos.

La radio se pasó el día repitiendo el mismo mensaje: “Esta es la estación de Manuel Álvarez, transmitiendo desde Caibarién, Cuba”. Y dije más: “Estamos en la banda de doscientos veinticinco metros con potencia de veinte watts. Esto es la radio, escúchennos…”.
Poco a poco, el estado emocional se fue generalizando por todo el pueblo a medida que los primeros radioescuchas de las ondas daban fe de lo que captaban las pocas radios de galena improvisadas por la ciudad. Entre la concurrencia en el escenario de la transmisión, los más sorprendidos eran las autoridades locales y representantes de la prensa y la cultura.
Una tormenta intermitente de los flashes de los fotógrafos, captaron el acontecimiento para la historia. Después, las crónicas daban crédito del interés público y social del invento.
Feliciano Reinoso, que además era activo hombre de prensa de la época, salió de su casa como un bólido, pero otros siguieron allí, pegados a su aparato durante todo aquel célebre día.
Al filo del mediodía, la sede de la estación era de una concurrencia total.

-¡Manuel!, ¡Manuel! –la voz de Reinoso retumbó por entre la multitud aglomerada en el portal.
            -¿Qué pasa? ¿Se oye? –le pregunté con asombro.
            -¡Se oye, y muy bien!
            -¿Qué dicen en la calle?
            -¡Que es un éxito, Manuel! ¡Un éxito! –acuñó.
            -¿Le escuchasteis bien?
            -Con total nitidez –aseguró.

De entre hombres y mujeres que no paraban de desfilar, se oía todo tipo de comentarios y las miradas se volvían cada vez más atónitas.

-Tu voz sonaba amable y sencilla –calificaba una madre mi timbre relamido cuando apenas contaba veintinueve años.
-¡Lo has conseguido, Manuel!
            Ese día exclamaron de todo: ¡Te felicito! ¡Es espléndido! ¡Espectacular! ¡A ver que dura!
            Tenía la sensación de estar viviendo la emoción de un campeón en un baño de multitudes.

            En medio del tumulto inagotable de gente, apareció entonces Bernardo G. Santamarina, quien desde su puesto de editor del El Comercio, era también voz reconocida en los periódicos. El Comercio atesoraba casi veinte años de vida desde que inició sus tiradas en mil novecientos dos; Santamarina comenzaba a ser un hombre entrado en años porque se veía encanecido y rechoncho.
-¿Y qué tal, Santamarina? ¿Cómo lo ha visto usted? –le pregunté con sorpresa.
-¡Es genial lo que se oye, una maravilla de invento...! –se deshizo en elogios.
-¿Acompañó el tiempo? –indagué.
-Sólo un poco de viento del norte al principio, pero después, todo fue más diáfano y la recepción de la señal muy clara. ¡Se oían hasta las moscas, Manuel!
-¡Jo’! no me digas –exclamé sorprendido.

Santamarina era un fumador empedernido. Ese día no dejaba de soltar bocanadas de humo, una tras otra, desde su inseparable cachimba y su bolsita de tabaco criollo. Las cosas que decía incentivaban mis ansias por la radio.

-¡Has encontrado la inmortalidad, Manuel!

Fue tanta la expectación, que hubo momentos en que todos soltábamos lo que teníamos en mano y levantábamos los brazos en señal de alegría. Unos a otros nos tendíamos las manos. Nos apretábamos los puños, saltábamos y expresábamos frases de satisfacción por el triunfo de las ondas: ¡Hurraaa! ¡Qué bien! ¡Lo conseguimos!
Los asistentes aclamaban el éxito alegrándose por lo que oían. Ni los más incrédulos evitaban en las calles sus elogios.
Los mensajes emitidos desde Caibarién volaron a la velocidad de la luz como lo hizo valer Marconi en su día. Tan perfectamente fue el lanzamiento de las primeras señales que no hubo interferencia alguna. Los veinte vatios de lo que comenzaba a ser la primera estación radiodifusora cubana, superaron la prueba y todas las expectativas.
En realidad, todos nos sobrecogimos ese día, los que emitíamos y los  que recibían la señal.
El estado de euforia era descomunal, y sentí una sensación de júbilo que jamás había vivido. Fue el primer baño de multitud de mi vida. Hasta altas horas de la madrugada fuimos unos locos obsesionados por el hecho consumado de la radio. 

Todo el mundo estuvo de fiesta. Todos estuvimos festejando en un ambiente enloquecido. En toda la ciudad y sus alrededores no hubo acontecimiento con tanto revuelo desde su fundación en mil ochocientos treinta y dos como la llegada del invento de las ondas.

Esa noche me acordé de muchas cosas, sobre todo de cómo lo habrían vivido mis padres, que me auguraban un futuro de éxito. Ahora de seguro era tan suyo este triunfo, que se lo ofrecía desde lo más profundo de mi alma. Me acordé de muchos ese día, de mi madre, que ya estaba con Dios, y de tanta gente que me ayudó en la vida.

Después de aquellos días, una programación experimental se dejó escuchar desde Caibarién en un amplio radio a la redonda por todas Las Antillas y el Caribe. Lo mismo se oía un paso doble, sonaba un vals y hasta los acordes de un danzón; a intervalos mi voz salía al aire dando las gracias y pidiendo que escribieran contando lo que oían desde Caibarién, Cuba:“Estamos en la banda de doscientos veinticinco metros con potencia de veinte watts. Esto es la radio, escúchennos…”.

Junto a estas líneas, la mítica 6EV, la primera estación de radio telefonía cubana, salida de las manos de un asturiano de la emigración: Manuel Álvarez Álvarez, de Ambás, en Carreño (a la derecha)

UNA FAMILIA AGRADECIDA

Manolo Álvarez Jr, heredero vocacional del pionero de las ondas, justifica toda la veracidad del testimonio de su padre tras muchos años de investigación.

Amigo y hermano Jesús

Acerca de tu artículo en el blog, lo he leído y re-leído muchas veces.
Si repitiera las palabras típicas de mi padre (Manolín), el estaría diciendo, Jesús es de ley.
Mi madre (Olimpia Casado) me decía en una de sus cartas, hay un muchacho recién graduado de periodismo que pasa mucho tiempo con tu padre hablando de la radio, y hasta ha escrito artículos poniendo en claro la verdadera progenitura de la radio en Cuba...
Gracias Jesús, por este y otros tantos artículos sobre mi padre, gracias por quererlo como lo has demostrado y, sobre todo, darle la posición que siempre mereció y que le fue negada.
Gracias de nuevo Jesús, 
Manolo

El menor de los cinco hijos de Manuel, Nelson Álvarez Casado, al cumplirse  120 años del natalicio de su padre elogió a este hombre que sobre todas las cosas, vivió para la radio.

Hermano Jesús. Cuando recibí tu correo con el adelanto de lo que sera el libro, fueron tantas las emociones que decidí cerrar la página en varias ocasiones para sosegar mi apetito de querer verlo todo de a una. Al fin ahora lo culminé. Y Jesús, has recibido en mis sentimientos a mi padre en su forma y estatura y eso te lo agradezco mucho porque lloré leyendo tu trabajo.

Quiero felicitarte porque has adquirido con la madurez de los años, un estilo profesional impecable de la narrativa, del periodísmo; hasta tal punto en que un puñado de letras me han robado a mi padre para bien.

Gracias infinitas. Mis hijos han de saber de tí y han de estarte siempre agradecidos.
Gracias mil.
A tus órdenes. Tu amigo
Nelson Alvarez.
Que estés mejor cada día.

Con gestos como el de Roque, Solano y Buitrago, la obra poco conocida del forjador asturiano en Cuba, alcanzará más latitudes.


SU ADIÓS

Un lustro faltaba para que su vida llegara al centenario: ¡el Siglo!, cuando Manuel Antonio Álvarez Álvarez (Santiago de Ambás, 1891- Caibarién, 1986),  quebró su vida en Caibarién, mi pueblo cubano junto al mar, adonde él llegó con 14 años y se sembró para siempre.

En mil novecientos noventa y uno, Manolín habría cumplido 100 años, ocasión en que el Ayuntamiento de Carreño le dedicó una placa en su memoria en la casa donde nació en Ambás, “como homenaje a uno de sus hijos más distinguidos y que llevó en su corazón y en las ondas, el título para él más amado de ser español y de su asturiana Ambás, en Carreño”. 

Su libro, aún sin publicar, es una deuda con el hombre y con la radio. 

La palabra hablada y escrita

En la antigua Roma, atrio era un espacio abierto en sus míticas casas cercado de pórticos y destinado a reuniones familiares y a los huéspedes. En las iglesias romanas, atrio se describía en un patio amplio que miraba al exterior. Atrio son los extensos corredores al aire libre que se disipan a la majestuosidad de muchos templos y palacios en la fisonomía de las grandes ciudades de este mundo.

Y eso es @trio press, un espacio permanentemente abierto a los acontecimientos que han rodeado y rodean la vida. @trio Press (ATP Foro de Noticias) es una ventana a la actualidad en todos los horizontes del quehacer humano, y que dibujaremos con la imagen, el sonido y la palabra hablada y escrita.

@trio press-foro de noticias es una plaza pública en la red, un epicentro de atención cultural e invitación constante al foro libre.

El atrio triunfó en Roma tal como el ágora en Grecia como punto de encuentro y opinión tras la caída de la civilización micénica en el siglo VIII (Antes de Cristo). Hasta nuestros días, la más famosa, el Ágora de Atenas, es la única belleza arquitectónica de la Antigua Grecia que conserva, al menos, su techo original. Y allí, como marcándole el paso del tiempo está al aire libre el extenso corredor, el atrio, que se disipa al Ágora de Atenas.

En honor a esa pauta primera del derecho al foro y a la opinión sale @trio press. Como un foro público, un espacio para difundir actualidades. Vamos a contar la historia que vivimos a partir del testimonio que es uno mismo. Queremos, sobre todas las cosas, encontrar los protagonistas del pasado y del presente del derrotero que es la vida.

Esto es @trio press el espacio donde invitamos a contar la historia, la de este mundo y que, a veces, pasa inadvertida. Contáctenos y cuéntenos lo que quiera en Atrio Press, el foro de noticias. Nosotros lo diremos tal como nos lo cuenten. Bienvenido a @trio press.

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