La insólita imagen de la puerta de Alcalá y las arterias que allí confluyen.
En algunos lugares superaba los 10 centímetros de espesor y llegaba a los 15. Fue sorpresiva, como un antojo de la naturaleza, en Madrid, el nueve de enero de 2009. Comienza a considerarse como la gran nevada de esta década, la primera del siglo XXI y del milenio 2000.
La capital madrileña ofreció este enero, cual regalo como epílogo de las fiestas navideñas, una estampa insólita con todas las calles cubiertas de nieve y los parques y jardines totalmente blancos. Los árboles ofrecían un aspecto navideño, con enormes capas de nieve en todas sus ramas.
Madrid nevado
Fotorreportaje: Desiloy
La Gran Vía /Atrio Press, 01-2009
No se recuerda otra nevada igual, incluso la última ocurrida el 23 de febrero de 2005 no advirtió el espesor de esta vez. Los termómetros bajaron hasta -3 grados durante el día y se mantuvieron estáticos durante horas.
Los comentarios son disímiles en el estado de satisfacción que manifiestan los madrileños y visitantes. “Por fin ha nevado", "Cuando menos te lo esperas, así es la nieve en Madrid”.
"Sobre las nueve de la mañana me he levantado, me he asomado a la ventana y me he quedado sin respiración al ver el espectáculo si igual”, son algunas de las impresiones tomadas en plena calle.
Durante toda la jornada diurna del nueve de enero hasta bien caída la tarde, en Madrid nevó abundantemente. En los techos de los coches, en cualquier rincón de la urbe, se pudieron apreciar hasta 15 centímetros de nieves.
Las nevada de Madrid ha sido la gran sorpresa de la borrasca que en la primera mitad de enero atravesó la península de norte a sur, y que bloqueó con fuerza inesperada a la Comunidad de Madrid y otras provincias del norte y centro del país.
El parque del buen Retiro.
Reportaje gráfico de Atrio Press de las singulares escenas vividas el nueve de enero en Madrid,
entre la emblemática puerta de Alcalá y el parque del buen Retiro, justo en el centro de la ciudad.
Masivo acceso al Retiro.
Todas las calles de la ciudad se vieron repletas de madrileños y turistas con cámaras de foto como testigos impertinentes de la nieve, a la par que un avispero de periodistas dejaban constancia histórica del insólito día sobre la capital española que regaló el enero de 2009. (ATP)
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