al Kremlin
La llegada hoy a Moscú del presidente cubano Raúl Castro inicia dos década después una visita de una semana, que marcará la renovación de una alianza histórica entre los dos países en medio de una política de acercamiento del estado ruso hacia América Latina.
Cuba y Rusia "son socios estratégicos que relanzan sus vínculos cuando las condiciones históricas han cambiado", dijo el vicepresidente ruso, Igor Sechin en rueda de prensa reportada desde Moscú por la página de Internet de la Cancillería cubana.
Esta será la primera visita de un mandatario cubano en los últimos 20 años, desde la época de la Guerra Fría cuando la Unión Soviética era el soporte económico fundamental de la isla comunista.
Hasta ahora Rusia --cuyo intercambio con la isla alcanzó sólo 362 millones de dólares en 2007 en contraposición con los miles de la era soviética--, había ofrecido créditos a Cuba para adquirir aviones, ómnibus camiones y maquinarias, informa un cable de AP.
El hermano menor de Fidel, ahora en el poder, llegará a Moscú invitado especialmente por su colega Dmitry Medvedev, quien concluyó a finales de noviembre una visita a Cuba con la cual a su vez cerró un periplo por Perú, Brasil y Venezuela.
La gira de Castro, que en cierto modo entraña el regreso de los Castro al Kremlin, será la tercera de la temporada de un gobernante latinoamericano a Moscú, luego de la presidente argentina, Cristina Fernández y el nicaragüense Daniel Ortega.
En febrero esperan en Moscú al presidente boliviano, Evo Morales, y para abril próximo está prevista la visita de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, sin hablar ya de que el jefe del Estado venezolano, Hugo Chávez, es huésped frecuente y socio privilegiado del Kremlin.
'Nuestra cooperación no está dirigida contra terceros países y no está supeditada a la coyuntura política', dijo recientemente Lavrov al explicar que el acercamiento de Moscú con los países latinoamericanos es producto de 'coincidencias objetivas'.
Según datos del Ministerio de Exteriores ruso, el intercambio comercial entre Rusia y América Latina se incrementa anualmente entre el 25 y el 30 por ciento y el año pasado rondó los 15.000 millones de dólares.
'América Latina es una región especial, a la que, reconozcámoslo, en los últimos años no prestamos la atención que se merece', admitió el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, al término de la gira que a fines del año pasado le llevó a sudamérica.
Estas palabras del jefe del Kremlin pueden aplicarse en particular a las relaciones con La Habana tras la desintegración de la Unión Soviética, en 1991, cuando Moscú prácticamente abandonó su otrora principal aliado en el hemisferio occidental.
'Hemos superado la pausa que se produjo en nuestras relaciones durante el pasado decenio; hoy nuestros contactos tienen contenido y son amistosos', dijo Medvédev al recibir el año pasado al canciller cubano, Felipe Pérez Roque.
El jefe del Kremlin ha recalcado que 'Cuba ha sido y es' uno de los 'socios clave' de Rusia en América Latina.
Según un despacho de la agncia EFE, Rusia ha intensificado sustancialmente su cooperación militar con algunos países latinoamericanos, en particular con Venezuela, pero asegura que el armamento que vende a América Latina es defensivo.
'Los armamentos que suministramos no son armas de ataque. Por sus parámetros técnicos, se trata de medios estrictamente defensivos', ha declarado Lavrov, quien destaca que la cooperación rusa con los países latinoamericanos en este ámbito es 'completamente transparente'.
No sé cuantos años hace que el Presidente cubano no ha vuelto a pisar la plaza roja de Moscú, tal vez desde mucho antes del desplome del socialismo europeo.
Han pasado más de tres lustros, dos décadas dentro de muy poco y justo a esta altura de la historia un Castro retorna al Moscú de la Rusia de la gran mano tendida que la Revolución cubana tendrá que agradecer siempre para sustentar una existencia de ya casi medio siglo, suscriben los cables en todo el mundo.
La noticia circula desde este miércoles y se entrelaza con la mirada expectante que el gobierno de La Habana pone ante la llegada de un Presidente negro y por demás demócrata, a la Casa Blanca.
El otro Castro
Raúl Castro llegó al poder en 2006, cuando su hermano e icono revolucionario Fidel Castro tuvo que alejarse de la presidencia por problemas de salud. Desde entonces Cuba se ha acercado más a Rusia, a pesar del distanciamiento de más de 10 años tras la caída del muro de Berlín.
Desde la llegada de los hermanos Castro al poder (en la foto Raúl y el Che en los primeros años de Revolución), Rusia jugó un rol importante
durante décadas en la estabilidad de Cuba.
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