El reportaje
Fotos tomadas de CubaDebate
85 años, nueve horas, ¡Y aguantó!
¿Cómo lo vieron?
¿Qué hay detrás de esa obcecada fijación por Fidel?
Jesús Díaz Loyola
Fidel Castro tiene hoy 85 años. Se ha sentado durante nueve horas en La Habana con 69 intelectuales de 21 países participantes en la XXI Feria Internacional del Libro de La Habana y con otros 48 escritores y científicos cubanos.
Fidel Castro tiene 85 años, aunque para el gallego Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique en español, el legendario líder “es el Fidel de siempre”.
Castro estuvo nueve horas en Palacio el viernes 10 de febrero. No es el Fidel de 50 ni de 60, el de los tiempos célebres, en que puesto en pie con su uniforme verde oliva y al calor bravo del Caribe, rendía discursos interminables de cuatro, seis y más horas, en cualquier rincón de la isla donde se le antojara y donde oyéndole, a pleno sol, muchos se desvanecían porque había que oír a Fidel.
Ahora Fidel Castro tiene 85 años. Lo del viernes fue un desafío, tal vez. Las fotos no las he buscado a propósito. Están en la web oficial CubaDebate (http://www.cubadebate.cu) tomadas por los fotorreporteros oficialistas Roberto Chile y Alex Castro. Es Fidel, tal como es.
Los que participaron en el encuentro salieron sorprendidos sin importar tanto sus 85 como que era un encuentro con Fidel. El fraile brasileño Frei Betto celebró en presencia de Fidel “su excelente estado de salud y brillante lucidez”. Y tal vez, sonrió Fidel.
Lo mismo comentó la poetiza cubana Fina García Marruz, Premio Nacional de Literatura: “Qué memoria inagotable y privilegiada” tiene Fidel. Fina está al borde de los 90. A juzgar, ella también tiene un talento vital como él.
El uruguayo Daniel Chavarría, lo llamó “adivino histórico”. Cualquiera el viernes en La Habana salió de ese encuentro alucinando. El huracán mediático no demoró en llegar. Después de nueva horas con Fidel, una fiebre de respaldo incondicional se propagó en los medios nacionales y rápidamente invadió la red, por la lucidez y semblante esperanzadores que todo el mundo allí, en Cuba, vio y ha visto siempre en Fidel.
Las fotos están colgadas en el sitio web Cubadebate con la misma fijación con que los periodistas de los medios cubanos llenan de opiniones la red sobre un vigoroso Fidel. Algunas de esas opiniones, me permito reproducirlas en Atrio Press junto a las fotos del octogenario Fidel.
Y si en definitiva, Fidel Castro con 85 está estupendamente bien, a juzgar mejor con la vista que siempre hace fe.
¿Cómo lo ven en Cuba?
inagotable
de ideas,
fuerte y
vigoroso
de ideas,
fuerte y
vigoroso
a televisión no engaña. Se le ve fuerte y vigoroso, totalmente recuperado, con su voz firme y el cerebro como un surtidor inagotable de ideas irrebatibles". L
(Jesús Alvarez López / CMHW, Villa Clara)
Fidel tiene ahora 85 años y abandonó el poder en julio de 2006, cuando se anunció que había sufrido una operación. Por la salud y sus vaivenes debió delegar el gobierno en su hermano Raúl, aunque hoy todos lo sigan viendo como un inagotable Fidel.
Los corifeos que llevan 50 años de moda, están de pláceme y le hacen carantoñas a Fidel. Los corceles de la incompetencia que se arrimaron a Fidel, son los responsables de que en Cuba todo se haya vuelto teoría sin atreverse a decir un día, ¡esto no Fidel! Tal vez Fidel habría sido todavía más Fidel sino le hubieran abrumado tanto los corifeos adulones de la teoría que le han rodeado siempre, esa sumisión apestante de espíritu obcecado, cuartelero y burocrático, el de los súbditos que fueron arrimándosele y, en definitiva, ensombrecieron las ideas en los años más vitales cuando el líder sí era un vigoroso Fidel.
Y no estoy diciendo nada nuevo que a lo largo de la historia no haya sancionado el mismo Fidel.
Todo el mundo lo sabe en Cuba, que fue en ese carisma del todo lo apoyo y todo está bien, como la Revolución de Fidel Castro fue adoptando el modelo social de la Unión Soviética (URSS) y de todo el bloque socialista del este europeo hasta convertirse en una reproducción sólida de aquel prototipo de régimen de Partido único, porque cuando llegó al poder, aquel era otro Fidel.
Que pasó el 19 de abril de 1959. La esencia de su Revolución la reafirmó ante la cadena norteamericana NBC: “Mis actos prueban que hay libertad de prensa en Cuba (…) lo primero que hacen los dictadores es acabar con la libertad de prensa, establecer la censura, No hay duda que la libertad de prensa es el primer enemigo de la dictadura"
Muchas veces en mis años del periodismo oficialista en Cuba, estuve en los actos con Fidel. Era un mérito más que la praxis necesaria que demandaba el oficio. Lo seguía, le aplaudía, y después en la redacción me regodeaba con Fidel, aunque yo mismo era consciente de que no todo era lo que decía Fidel.
Ahora soy un castigado por la lejanía y el tiempo. Y por más que a mi me digan, para ser periodista en Cuba, siempre habrá un cerco entre lo que verdaderamente uno piensa y lo que, en realidad, conviene que se diga. Al menos, es lo que en los 90 interiorizábamos en Cuba, aunque luego otra cosa se decía, porque a la corta o a la larga, el efecto de la censura se anteponía con el mandato de lo que decía Fidel.
¿A quien no le espetaron alguna vez? "Esto no ayuda". Así me pasó en Cuba con mil cosas que nunca publiqué, porque siempre predominaban las ideas de Fidel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje su comentario aquí