LAS CRÓNICAS DE MI VIDA
Celebró hoy los ocho años de este blog, una aventura por el ciberespacio que emprendí un jueves 7 de febrero, como hoy, también cumpleaños 74 de mi madre, allá en La Habana.
Asisto a este día con la doble satisfacción de haber vivido en 2015, la publicación de mi primer libro, «Crónicas del Caribe». Al blog le caen ocho años. Celebro hoy esta doble alegría, con todos los que me siguen en la pasión de compartir trabajos, adrenalinas, penas y alegrías, que han hecho de Atrio Press, una manera particular de mantenerme vital en esta profesión maravillosa que me dio la vida y el ímpetu innegable de mis padres: el periodismo.
Ocho años después de haberme subido a la aventura fantástica de las redes, admito que son los amigos internautas, seres a veces anónimos, los coprotagonistas esenciales de esta camino: fuentes valiosas, entrevistados, postores de las noticias que nos marcan los días.
Por eso digo, que estos ocho años de Atrio Press que celebro hoy, son también de vosotros, de ustedes cubanos, y de los amigos todos que en cualquier lugar forman parte de mis empeños afanados por contar historias.
Son coprotagonistas de todo cuanto escribo, un millar de amigos que me siguen en Facebook , las 63 mil visitas al blog y las más de 92 mil veces en que os habéis detenido en las páginas de sus entradas a lo largo de ocho años.
Hoy hace ocho años que escribí mi primer post en este blog —casi un millar en todo este tiempo—, y fueron "Crónicas de viaje a Egipto", una pasión que también marca mi vida. En 15 años de residencia en España, he viajado como nunca lo hice —o no pude hacer—en mis 35 años de convivencia en Cuba. He viajado a 38 países de todos los continentes, y no me arrepiento. Pienso que la mejor inversión que se hace en la vida es la de viajar, conocer y escribir. Eso he hecho y seguiré haciendo hasta el final de mis días.
En todo este tiempo me han pasado muchas cosas, en mi vida familiar y profesional.
Este 2016, hará seis años de la muerte de mi padre, mi mayor ídolo y mi mejor consejero, a quien siempre deberé todo mi ímpetu por la vida. Dicen que tras una muerte llega un alumbramiento. Muy pronto, hará cinco años también de que el vacío que dejó mi padre, lo supliera mi primera nieta: Danna Isabel, una alegría innegable de toda la familia.
En lo profesional, la otra satisfacción con la que asisto hoy a los ocho años de Atrio, es la publicación de mi libro «Crónicas del Caribe». Lo he estado compartiendo por España, en Cuba y más reciente aún en Estados Unidos, entre las ciudades de Miami y Tampa. Y de vedad, no puede ser mayor mi regocijo, y solo le pido la vida larga existencia para poder seguir escribiendo contando.
Hoy os debía esta crónica como pasaje evocador de aquel siete de febrero, cuando animado y estimulado por mi colega Juan Carlos Roque, mi blog Atrio Press llegó al universo de la información en la red.
Cuando lo creé en 2008 , lo hice con la fascinación por contar historias recurrentes de la actualidad cubano-española y del mundo, para escribir la crónica de la vida.
«Crónicas del Caribe», el libro que este año le ha dado un doble mérito a mi bitácora, fue una de las dos galardonadas entre 68 obras presentadas al I Premio ‘Stella Maris’ de Biografía Histórica, fallado en 2015 Barcelona.
Pero más relevante aún, al tratarse de mi tema mas querido y apasionado, la vida del emigrante Manuel Antonio Álvarez Álvarez ("Manolín"), que he pulido entre las dedicaciones en el blog y la búsqueda contrastante de la historia.
Manuel se pasó 80 años en Cuba y fue erigido en Padre de la Radio en la mayor de las Antillas. Su historia impactó en una Jurado de prestigio y compitió con trabajos de otros autores de trayectoria. Lo mejor de todo es que la obra ya está publicada.
Ver el libro en mis manos, fue un mérito doblemente estimulante en una época de decadencia cultural en beneficio de vulgaridades, novelones y literatura barata.
Hoy que celebro ocho años de Atrio Press, también destaco las tres décadas de búsquedas profusas, en que apunté pacientemente la vida de Manuel, rastreé las huellas de su infancia española y armé su historia, sazonada en una complicidad idílica del hombre con la radio. Un libro para la historia que es un retrato del camino afanoso que llevó al protagonista por las rutas creativas del diálogo con el pueblo, la creación de emisoras y la recreación artística e informativa.
Un año más agradezco a todos mis seguidores y lectores, su fidelidad y constancia en el mejor de los regalos de cada día: leer y contarlo.
Es lo que he hecho con mis viajes todos estos años, lo que hice en Vietnam y Camboya en 2014, lo que hice en las ciudades francesas de Lyon, Estrasburgo y Burdeos en 2015, lo que volví a hacer entre Miami y Tampa este mismo enero, escribir la crónica del día día.
Celebro hoy los ocho años de Atrio Press con otro mérito en mis manos: el de miembro del Colegio Nacional de Periodistas Cubanos en el Exilio, y sobre todas las cosas, el lauro más preciado de más de 92.000 páginas de mis trabajos vistos en todo este tiempo (más de 10.000 por año, unas 800 cada mes)
El agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien. A todos expreso mi gratitud por la constancia y los seguimientos, y la certeza de que seguiré armando y contando historias en la esencia de seguir haciendo de Atrio Press un referente en el ámbito de la información y la crónica costumbrista.
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