Se fue el Tercero
Juan Almeida Bosque, el histórico número tres de la Revolución cubana, incondicional a Fidel Castro hasta el final, murió el viernes en La Habana cuando ya era un octogenario, víctima de un paro cardiorespiratorio.
Juan Almeida Bosque, el histórico número tres de la Revolución cubana, incondicional a Fidel Castro hasta el final, murió el viernes en La Habana cuando ya era un octogenario, víctima de un paro cardiorespiratorio.
Se fue el Tercero. El Uno y el Dos, Fidel y Raúl, siguen en pie.
Uno de los tres históricos Comandantes de la Revolución, que destacó como miembro del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Estado, antes de morir a las 11: 30 de la noche del 11 de septiembre, requirió en su última voluntad que sus restos mortales no fueran expuestos y se inhumaran con honores militares.
Según informes desde La Habana, esa voluntad será cumplida "en fecha que se anunciará posteriormente", indica un comunicado del gobierno.
Corresponsales destinados en la isla dan cuenta de que "en los últimos años Almeida aparecía poco en público y entre sus responsabilidades estaba recibir las credenciales de los embajadores que llegaban a la isla", indica AP.
Almeida, un albañil de raza negra estuvo entre los más cercanos y determinantes colaboradores de la lucha guerrillera. Fue junto a Ramiro Valdés y Guillermo García, uno de los tres incondicionales en ostentar el grado honorífico de "Comandante de la Revolución".
Fueron ellos y no otros, los más invariables desde el principio, los que no titubearon y fueron inclaudicables junto a Fidel y Raúl en el proceso revolucionario cubano de ya medio siglo.
El cubano de a pie que conoció a Juan Almeida, le define "simpático y de trato agradable". tal vez por eso hoy miren consternados hacia su muerte sorpresiva.
Había nacido en La Habana el 17 de febrero de 1927, y conoció a Fidel en marzo de 1952 en la Universidad de La Habana, cuando compartían estudios de derecho.
Fidel le cambió su destino y Almeida estuvo a su lado hasta el final. De Fidel ha dicho: "A su lado nunca me sentí negro".
En julio de 1953, Almeida formó filas entre el centenar de jóvenes que encabezados por Castro, asaltó el cuartel Moncada en Santiago de Cuba, el detonante que determinó el derrocamiento en años posteriores de la dictadura de Fulgencio Batista.
Fidel Castro, Almeida y todos los que sobrevivieron el fallido asalto, fueron condenados a 10 años de prisión, pero la sentencia fue sobreseida en mayo de 1955 por una amnistía.
Uno de los tres históricos Comandantes de la Revolución, que destacó como miembro del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Estado, antes de morir a las 11: 30 de la noche del 11 de septiembre, requirió en su última voluntad que sus restos mortales no fueran expuestos y se inhumaran con honores militares.
Según informes desde La Habana, esa voluntad será cumplida "en fecha que se anunciará posteriormente", indica un comunicado del gobierno.
Corresponsales destinados en la isla dan cuenta de que "en los últimos años Almeida aparecía poco en público y entre sus responsabilidades estaba recibir las credenciales de los embajadores que llegaban a la isla", indica AP.
Almeida, un albañil de raza negra estuvo entre los más cercanos y determinantes colaboradores de la lucha guerrillera. Fue junto a Ramiro Valdés y Guillermo García, uno de los tres incondicionales en ostentar el grado honorífico de "Comandante de la Revolución".
Fueron ellos y no otros, los más invariables desde el principio, los que no titubearon y fueron inclaudicables junto a Fidel y Raúl en el proceso revolucionario cubano de ya medio siglo.
El cubano de a pie que conoció a Juan Almeida, le define "simpático y de trato agradable". tal vez por eso hoy miren consternados hacia su muerte sorpresiva.
Había nacido en La Habana el 17 de febrero de 1927, y conoció a Fidel en marzo de 1952 en la Universidad de La Habana, cuando compartían estudios de derecho.
Fidel le cambió su destino y Almeida estuvo a su lado hasta el final. De Fidel ha dicho: "A su lado nunca me sentí negro".
En julio de 1953, Almeida formó filas entre el centenar de jóvenes que encabezados por Castro, asaltó el cuartel Moncada en Santiago de Cuba, el detonante que determinó el derrocamiento en años posteriores de la dictadura de Fulgencio Batista.
Fidel Castro, Almeida y todos los que sobrevivieron el fallido asalto, fueron condenados a 10 años de prisión, pero la sentencia fue sobreseida en mayo de 1955 por una amnistía.
Almeida, Castro y un puñado de guerrilleros marcharon entonces al exilio en México, donde organizaron la expedición del yate "Granma", que antecedió al triunfo del Ejército Rebelde en 1959.
Con Juan Almeida nació una de las consignas políticas cubanas que ha marcado la historia: "Aquí nadie se rinde" exclamada en momentos en que el "Che" Guevara fue herido en medio del intenso cerco tendido por las tropas oficiales a los expedicionarios del Granma en el preludio del 59.
Con Juan Almeida nació una de las consignas políticas cubanas que ha marcado la historia: "Aquí nadie se rinde" exclamada en momentos en que el "Che" Guevara fue herido en medio del intenso cerco tendido por las tropas oficiales a los expedicionarios del Granma en el preludio del 59.
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