Reproducimos a continuación el enfoque de Ricardo Santamaría, ex embajador de Colombia en La Habana, publicado en el diario colombiano El Tiempo, acerca de las últimas renovaciones de cargos en La Habana.
Ricardo Santamaría
Ex embajador en Cuba
Con las destituciones que hubo en la isla, la vieja guardia de la Revolución retomó los cargos clave, pero los cambios están a la orden del día y vendrán de forma sostenida.
"El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos". Esta es la frase clave de todo el affair cubano de esta semana. La escribió Fidel Castro el martes, luego de que su hermano Raúl destituyó de sus cargos a Carlos Lage y Felipe Pérez, considerados los sucesores, las cabezas de la generación del relevo dentro de la Revolución cubana.
Ambos llevaban dos décadas trabajando con Fidel Castro.
¿Qué es lo que ocurre hoy en Cuba? Que a pesar de que la Guerra Fría terminó, Cuba y Estados Unidos siguen siendo enemigos como si el reloj de la historia se hubiera detenido. Washington mantiene sobre Cuba el bloqueo económico y comercial. Una política orientada, directa y explícitamente a derrocar el gobierno revolucionario.
Por ello, en Cuba, todo lo relevante que sucede a nivel político, casi sin excepción, tiene que ver con Estados Unidos. Con su gobierno, su Congreso o su pueblo.
Cuando Fidel habla del "enemigo externo" se está refiriendo a Estados Unidos. Y cuando dice que se "llenó de ilusiones con ellos" se debe referir a un incidente o a una actitud asumida por Lage y Pérez que considera inaceptable.
Habría que seguir la pista de los encuentros recientes de ellos con legisladores o funcionarios estadounidenses, si es que los hubo, o pronunciamientos públicos suyos, para encontrar, quizás, la explicación de este incidente. Ni los hermanos Castro ni Lage ni Pérez van a revelar lo que ocurrió.
Supongo que Fidel y Raúl se mantendrán en la tesis que estas personas cometieron un error y punto. Fin de la discusión. Pero el tema es más de fondo. ¿Si las dos personas más importantes del gobierno, revolucionarios leales como lo reiteraron en sus cartas de renuncia, cometieron un acto "indigno", qué puede ocurrir con el resto de dirigentes cubanos?
El mundo ha cambiado vertiginosamente en las dos últimas décadas y Cuba también. Hoy su economía y aparato comercial se mueven enteramente dentro de la economía de mercado. La información fluye libremente a lo largo de todo el planeta por Internet.
Hasta ahora Raúl ha mantenido la misma línea de Fidel: cambios y apertura económica, propiedad privada controlada para la inversión extranjera y la producción agropecuaria, impulso del turismo, salarios diferenciales. Pero ningún cambio político. Régimen de partido único y periodismo partidista.
Si en Estados Unidos leyeran con inteligencia y cabeza fría lo que ocurre hoy en Cuba, concluirían que lo mejor es levantar el bloqueo. Es la opción que tiene Obama para clausurar la Guerra Fría en el hemisferio occidental. Que miren la historia. El caso de México. Cómo un país a todo lo largo del siglo XX se desarrolló y perfeccionó su democracia sin abandonar los principios de la Revolución nacionalista iniciada por Pancho Villa. La combinación perfecta entre autodeterminación y avance democrático.
¿Por qué Lage y Pérez hacen semejante sacrificio de aceptar su destitución sin decir una palabra, manteniéndose leales a Fidel y Raúl? Porque para ellos, por encima de todo, está la supervivencia de la Revolución.
Fidel, cuando escribió su columna, no le estaba hablando a Lage y a Pérez, sino al resto de funcionarios cubanos y al mundo entero. Aquí no hay debilidad en su mensaje: seguimos firmes en nuestros principios y el que se desvíe, se va.
Es cierto que con lo que ocurrió esta semana la vieja guardia de la Revolución retomó los cargos clave. Lage fue sustituido por un General de Brigada y Pérez, por un funcionario de carrera dentro de la diplomacia. Pero no es menos cierto que los cambios están a la orden del día en Cuba y vendrán. De forma pacífica, pero sostenida.
¿Y qué significa para Estados Unidos clausurar la Guerra Fría en este continente? Respetar la autodeterminación de los pueblos y privilegiar las vías de diálogo, negociación y cooperación por encima de la imposición y la amenaza militar. Es un signo de estos tiempos.
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