«Su línea canina, que se mueve entre lo mágico y lo real, conforma cuadros surrealistas de un colorismo impresionante.» (JDL)
Interpretar la realidad desde la abstracta dimensión de la mirada de un perro, se ha vuelto una obsesión en él. No hay día en que su muro no conozca las alaridos coloreados de sus perros. Hoy, yo he sido "el emperrado" de su mundo mágico. Entonces, me fui a galope con su manada, entre recuerdos, añoranzas y, de vez en cuando, un ladrido.
En la enjundia del mundo de sus colores, Gazapo tuvo hoy un momento de bonanza y me salpicó con el color encantador de sus perros, donde armoniza el retrato en el mágico mundo que se ha creado con los perros. Y le salió un "Perro majá".
LA PINTURA QUE ME HIZO GAZAPO
En la enjundia del mundo de sus colores, Javier Gazapo (Caibarién, Cuba), tuvo un momento de bonanza y me salpicó con el color encantador de sus perros, su línea actual, donde armoniza el retrato en el mágico mundo que se ha creado con los canes. Y le salió esto que Gazapo ha llamado un "Perro majá".
http://atriopress.blogspot.com/2016/03/los-perros-de-javier-gazapo.html
"Amarren el perro que está vacuna'o
Cuida'o con el perro que muerde calla'o", dice una ocurrente guaracha-son de Faustino Oramas "El Guayabero" de Cuba, El Rey del doble sentido.
Desde hace algún tiempo, el pintor cubano Javier Gazapo, afincado en Palma de Mallorca, lleva ese doble sentido a su obra con perspectivas del emblemático personaje del perro en una enjundia de razones, donde entremezcla todo su pasado, y se retrotrae a las tiempos de los que no se ha desprendido jamás, y más bien viajan íntimamente con el curso de su vida.
Javier Gazapo (Caibarién, Villa Clara, Cuba) está inmerso en una nueva línea y desde su alegre nostalgia —canina— sin proponérselo, está escriturando todo su pasado con el poema sin palabras que es cada obra suya.
Gazapo, sueña con perros y mil demonios..., quizás sea ese el golpe de suerte de su musa divina para que cada día despierte con sus ideas cristalizadas.
Si línea canina, que se mueve entre lo mágico y lo real, conforma cuadros de un surrealismo impresionante. Tal pareciera que Javier es parte de una manada que invade la civilización de sus días. Cuando una idea le baja, le mueve el color del fuego, que son todos los colores juntos en un mundo perro y vacío.
En la óptica de sus perros el mundo es más perfecto, o mas bien encendido, porque ellos son sus dioses, los astros que le guían: Ora pinta sus rostros, ora de largas patas arriba. Sus colores mezclan el fuego y los naranjos, la miel y el ámbar, pero sus rabias son como el sueño de la sal.
Destella luz Gazapo con sus perros, con cabezas cortadas en la piedra del orgullo. Mucho orgullo el de este cubano costeño, que no pudo vivir sin el olor del mar ni el sol del océano y se fue a vivir a una isla del archipiélago Balear, porque tal vez el día y el invierno, el silencio turbio y desordenado de la Costa, son la sangre, el ritmo, el incitante tesoro de la vida de Javier Gazapo que ahora galopa sobre el color de sus mascotas como un perro desperdigado y empedernido.
Yo sé que allá en Cuba, desde muy pequeño, Javier andaba a la vera de su padre, impregnándose del color de la vida. Su pasión por los paisajes de su entorno marinero, era voraz. Un día tomó el pincel, hizo época en su natal Caibarién, y el óleo y los colores le han acompañado toda su vida.
"Cuida'o con el perro que muerde calla'o
Amarren el perro que está vacuna'o", dice la guaracha de 'El Guayabero'. Digo yo, cuida'o con el perro si viene Gazapo...
TRILOGÍA: "Can cerbero", "La vuelta" y SN (Obras cortesía de Javier Gazapo)
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