El Partido Popular gana por abrumadora mayoría
las elecciones generales de 2011
Al menos esa es la esencia que en los últimos días ha trasladado el nuevo presidente, Mariano Rajoy con sus mensajes de tranquilidad y sosiego para que España salga del vaho económico actual.
"Un primer plan de medidas económicas", ha dicho Rajoy, debe mostrar que "España se toma en serio el asunto del déficit público".
Por eso el primer gran desafío que ya difunden los medios es que el país quiere bajar su déficit, del 9,3% del PIB en 2010, al 6% en 2011 y después al 4,4% en 2012 y al 3% en 2013, cita El Economista. Pero, el Banco de España y la Comisión Europea son escépticos con estos pronósticos. Y no es para menos con los ruidos de que España podría caer en la recesión a principios de 2012, vaticinan los bancos Goldman Sachs y Natixis, y el instituto francés de estadística Insee.
El otro gran dolor que le depara a Rajoy su mandato, será el de socorrer los cinco millones de parados, pues escandalosamente la tasa de desempleo que recibe es del 21,52%, un nivel desproporcionadamente alarmante entre los países industrializados.
Si hay paro, la economía no conseguirá sanearse, de manera que los Populares vendrán a una gran carrera, donde la capacidad de enfrentamiento será definitoria para rendir un mandato de frente alta y no de capa caída, tal como abandonan el suyo los socialistas.
La banca será otro escoyo a enfrentar, por lo que tendrá que entrar en un saneamiento urgente frente a los 176.000 millones de euros en créditos dudosos e inmuebles y terrenos intervenidos.
Ya se habla de que España podría necesitar el próximo año una ayuda regional de 100.000 millones. Tal vez este lunes, ya Mariano Rajoy podría estar negociando con la canciller alemana Ángela Merkel las condiciones de una ayuda financiera urgente de la Unión Europea.
Toda la esperanza en un Rajoy más popular
Ahora todas las esperanzas de los españoles están puestas a partir de este lunes en Mariano Rajoy, quien anoche mismo afirmó que será "el presidente de todos".
Sin embargo, en su primer discurso ha tenido prudencia asegurando que "no va a haber milagros" porque "no los hemos prometido".
Advirtió Rajoy que para nadie es un secreto que vamos a gobernar en la más delicada cobertura en la que se ha encontrado España en los últimos 30 años: “Gobernaré al servicio de España y de los españoles, procurando que por ninguna circunstancia nadie se sienta excluido de la tarea común. Nadie tiene que sentir inquietud alguna. Mis únicos enemigos son el paro, el déficit, la deuda excesiva y el estancamiento".
Dio un primer paso: "Convocaré inmediatamente a todas las CCAA a una reflexión compartida sobre la forma de afrontar las exigencias de esta delicada situación".
Rajoy prometió tras su triunfo recobrar la imagen de España: "Queremos ser grandes también en la UE. Nuestro destino se juega en y con Europa. España tiene que ser respetada en Bruselas, Frankfurt y todo el continente. Dejaremos de ser un problema para volver a formar parte de la solución".
La jornada electoral del domingo en España deja datos sintomáticos: 9,4 millones de personas se han abstenido de votar, pero el PP consiguió su victoria con casi diez millones y medio de votantes, mayoría que secunda la confianza con que los Populares aseguraron que gobernarán durante los próximos cuatro años.
Por su parte, Alfredo Pérez Rubalcaba, líder socialista ya en la oposición admitió que "el escrutinio de los votos muestra que el PP ha ganado ampliamente las elecciones".
Antes de la medianoche, el nuevo presidente Mariano Rajoy había hablado ya con el Rey y con líderes internacionales como David Cameron, premier británico, el presidente chileno Sebastián Piñera, la brasileña Dilma Rousseff, en tanto había cursado ya mensajes a Ángela Merkel, un curso político que ya justifican la urgencia de la proyección con que los populares asumen el gobierno de España.
las elecciones generales de 2011
Mariano Rajoy asume la presidencia entre el dolor del
desempleo y el déficit público
Los socialistas afrontan el peor desempleo y el déficit público
resultado en la historia de la democracia.
Anoche (20-N), cuando ya se habían escrutado prácticamente el 99 por ciento de los votos, el Partido Popular ya tenía en mano todas sus premoniciones con 186 escaños ganados, en tanto el Partido Socialista se tenía que conformar con 110 peldaños y echarse a cuesta la cruz de su peor resultado desde el inicio de la democracia española.
Como se suponía, el Partido Popular ha ganado las elecciones en España y el primer gran reto estará en tranquilizar a los mercados, porque allí se concentra la gran barrera para salir adelante.Al menos esa es la esencia que en los últimos días ha trasladado el nuevo presidente, Mariano Rajoy con sus mensajes de tranquilidad y sosiego para que España salga del vaho económico actual.
"Un primer plan de medidas económicas", ha dicho Rajoy, debe mostrar que "España se toma en serio el asunto del déficit público".
Por eso el primer gran desafío que ya difunden los medios es que el país quiere bajar su déficit, del 9,3% del PIB en 2010, al 6% en 2011 y después al 4,4% en 2012 y al 3% en 2013, cita El Economista. Pero, el Banco de España y la Comisión Europea son escépticos con estos pronósticos. Y no es para menos con los ruidos de que España podría caer en la recesión a principios de 2012, vaticinan los bancos Goldman Sachs y Natixis, y el instituto francés de estadística Insee.
El otro gran dolor que le depara a Rajoy su mandato, será el de socorrer los cinco millones de parados, pues escandalosamente la tasa de desempleo que recibe es del 21,52%, un nivel desproporcionadamente alarmante entre los países industrializados.
Si hay paro, la economía no conseguirá sanearse, de manera que los Populares vendrán a una gran carrera, donde la capacidad de enfrentamiento será definitoria para rendir un mandato de frente alta y no de capa caída, tal como abandonan el suyo los socialistas.
La banca será otro escoyo a enfrentar, por lo que tendrá que entrar en un saneamiento urgente frente a los 176.000 millones de euros en créditos dudosos e inmuebles y terrenos intervenidos.
Ya se habla de que España podría necesitar el próximo año una ayuda regional de 100.000 millones. Tal vez este lunes, ya Mariano Rajoy podría estar negociando con la canciller alemana Ángela Merkel las condiciones de una ayuda financiera urgente de la Unión Europea.
Toda la esperanza en un Rajoy más popular
Ahora todas las esperanzas de los españoles están puestas a partir de este lunes en Mariano Rajoy, quien anoche mismo afirmó que será "el presidente de todos".
Sin embargo, en su primer discurso ha tenido prudencia asegurando que "no va a haber milagros" porque "no los hemos prometido".
Advirtió Rajoy que para nadie es un secreto que vamos a gobernar en la más delicada cobertura en la que se ha encontrado España en los últimos 30 años: “Gobernaré al servicio de España y de los españoles, procurando que por ninguna circunstancia nadie se sienta excluido de la tarea común. Nadie tiene que sentir inquietud alguna. Mis únicos enemigos son el paro, el déficit, la deuda excesiva y el estancamiento".
Dio un primer paso: "Convocaré inmediatamente a todas las CCAA a una reflexión compartida sobre la forma de afrontar las exigencias de esta delicada situación".
Rajoy prometió tras su triunfo recobrar la imagen de España: "Queremos ser grandes también en la UE. Nuestro destino se juega en y con Europa. España tiene que ser respetada en Bruselas, Frankfurt y todo el continente. Dejaremos de ser un problema para volver a formar parte de la solución".
La jornada electoral del domingo en España deja datos sintomáticos: 9,4 millones de personas se han abstenido de votar, pero el PP consiguió su victoria con casi diez millones y medio de votantes, mayoría que secunda la confianza con que los Populares aseguraron que gobernarán durante los próximos cuatro años.
Por su parte, Alfredo Pérez Rubalcaba, líder socialista ya en la oposición admitió que "el escrutinio de los votos muestra que el PP ha ganado ampliamente las elecciones".
Antes de la medianoche, el nuevo presidente Mariano Rajoy había hablado ya con el Rey y con líderes internacionales como David Cameron, premier británico, el presidente chileno Sebastián Piñera, la brasileña Dilma Rousseff, en tanto había cursado ya mensajes a Ángela Merkel, un curso político que ya justifican la urgencia de la proyección con que los populares asumen el gobierno de España.
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