El colega Carlos Carnicero ha escrito en elplural.com un objetivo enfoque sobre cuatro ex presos políticos cubanos, Ricardo González Alfonso, Normando Hernández, Antonio Díaz y Alejandro González Raga, que han pedido a la UE que no revise la posición común hacia Cuba, acordada en 1996 y que condiciona el diálogo con La Habana al progreso en los derechos humanos y la democracia en la isla. Pero el asunto tiene más trasfondo, la avalancha de disidentes cubanos importados por España que no hacen otra cosa que reafirmar la imagen de la península como un corredor aéreo en el denodado afán de llegar, coger y continuar viaje hacia Estados Unidos. Llegan y reciben unas atenciones que paga toda la sociedad española para luego exigir otro destino. La verdad está ya desmontada y este fenómeno no es nuevo, viene desde los tiempos del gobierno Aznar, cuando pasó lo mismo. A España llegaron nombres conocidos de ex presos cubanos como el de Jesús Chamber o el doctor Desi Mendoza -con pasaporte Matutes- recibieron ayudas colosales y terminaron en Estados Unidos. Este hecho desenmascara el buen negocio que tiene hoy una inverosímil disidencia cubana, tras la que hay mucho trasfondo, pues defenderán muchas cosas menos el necesario cambio cubano que piden adentro. (ATP)
LA OTRA OPINIÓN
Ellos podían haber optado por la dignidad
y la coherencia de haber continuado en prisión
Carlos Carnicero
Periodista y analista político
Sólo conozco dos lugares peores que la cárcel: el cementerio y la UCI de un hospital. Dicho esto, hay conductas que exigen una cierta relación entre coherencia, dignidad y protesta. Me refiero a cuatro de los presos cubanos llegados a España que han visitado el Parlamento Europeo invitados por el Partido Popular Europeo. Su primer acto de desprecio fue ningunear al ministro Miguel Ángel Moratinos, que es el artífice principal de que esos señores hayan podido visitar las instituciones europeas y abandonaran las cárceles de Cuba.
Cómo casi todo en la vida puede ser gradual: no tienen por qué estar agradecidos por haber salido de la cárcel, porque el lugar normal del hombre es la libertad. Y por supuesto nadie le pide ningún gesto de reconocimiento hacia el gobierno que les ha mantenido en prisión. Y es muy difícil pedir coherencia cuando se está entre rejas. Sin embargo esto tiene matices que se pueden enumerar sin menosprecio alguno para su condición de presos. Y la cortesía con quien gestionó su libertad es un ejercicio de bien nacido; no hay casi nada peor que el desagradecimiento cuando se aceptan los beneficios de quien los promovió.
Varias consideraciones:
En primer lugar, que ha sido gracias a los esfuerzos del Gobierno de España, de la Iglesia Cubana y de la triangulación con la administración de Barack Obama que esa libertad haya sido posible. También es cierto que la lucha del Gobierno de España por el cambio de la posición común en la UE ha sido piedra angular en la negociación de su libertad.
Ellos podían haber optado por la dignidad y la coherencia de haber continuado en prisión, puesto que las condiciones que les han permitido la libertad les resultan tan odiosas y detestables quienes las han gestionado.
Es cierto que tal posición de coherencia hubiera resultado heroica; comportamientos así son los que hacen pasar a los hombres a la historia, y tal vez lecciones éticas como las de Nelson Mandela son las que permiten progresar a la humanidad. No aceptar ningún beneficio de los que privan de libertad si contravienen los propios principios es una conducta extraordinariamente meritoria.
Pero el otro extremo no está exento de oportunismo y en medio se sitúa la prudencia. Aceptar salir de la cárcel, la hospitalidad y la generosidad de España debiera impulsar si no el agradecimiento, al menos la prudencia.
Están poniendo en riesgo la libertad de los que todavía están presos
Pero hay algo mucho más grave: con su posición estos ciudadanos cubanos que han aceptado la deportación de su propio país están poniendo en riesgo la libertad de los que todavía están presos. Y esa falta de solidaridad merece un juicio mucho más duro que todos los razonamientos anteriores. Y uno puede pensar con la misma legitimidad que ellos desprecian al ministro democrático del Gobierno de España: ¿qué clase de opositores son estos?
Predicar firmeza contra el régimen cubano cuando ellos se han beneficiado de la política contraria y poner en peligro que los que quedan puedan hacer lo mismo, es un acto difícilmente justificable y dice poco de la coherencia de estos señores que se permiten el lujo de extralimitar su dignidad sacudiéndose de encima el sacrificio de la coherencia. Sé que esta posición, como tantas otras, provocará un alud de críticas e insultos. Pero cada día me produce más satisfacción escribir llanamente lo que de verdad pienso.
Blog de Carlos Carnicero: http://www.ccarnicero.com/
LA OTRA OPINIÓN
Ellos podían haber optado por la dignidad
y la coherencia de haber continuado en prisión
Carlos Carnicero
Periodista y analista político
Sólo conozco dos lugares peores que la cárcel: el cementerio y la UCI de un hospital. Dicho esto, hay conductas que exigen una cierta relación entre coherencia, dignidad y protesta. Me refiero a cuatro de los presos cubanos llegados a España que han visitado el Parlamento Europeo invitados por el Partido Popular Europeo. Su primer acto de desprecio fue ningunear al ministro Miguel Ángel Moratinos, que es el artífice principal de que esos señores hayan podido visitar las instituciones europeas y abandonaran las cárceles de Cuba.
Cómo casi todo en la vida puede ser gradual: no tienen por qué estar agradecidos por haber salido de la cárcel, porque el lugar normal del hombre es la libertad. Y por supuesto nadie le pide ningún gesto de reconocimiento hacia el gobierno que les ha mantenido en prisión. Y es muy difícil pedir coherencia cuando se está entre rejas. Sin embargo esto tiene matices que se pueden enumerar sin menosprecio alguno para su condición de presos. Y la cortesía con quien gestionó su libertad es un ejercicio de bien nacido; no hay casi nada peor que el desagradecimiento cuando se aceptan los beneficios de quien los promovió.
Varias consideraciones:
En primer lugar, que ha sido gracias a los esfuerzos del Gobierno de España, de la Iglesia Cubana y de la triangulación con la administración de Barack Obama que esa libertad haya sido posible. También es cierto que la lucha del Gobierno de España por el cambio de la posición común en la UE ha sido piedra angular en la negociación de su libertad.
Ellos podían haber optado por la dignidad y la coherencia de haber continuado en prisión, puesto que las condiciones que les han permitido la libertad les resultan tan odiosas y detestables quienes las han gestionado.
Es cierto que tal posición de coherencia hubiera resultado heroica; comportamientos así son los que hacen pasar a los hombres a la historia, y tal vez lecciones éticas como las de Nelson Mandela son las que permiten progresar a la humanidad. No aceptar ningún beneficio de los que privan de libertad si contravienen los propios principios es una conducta extraordinariamente meritoria.
Pero el otro extremo no está exento de oportunismo y en medio se sitúa la prudencia. Aceptar salir de la cárcel, la hospitalidad y la generosidad de España debiera impulsar si no el agradecimiento, al menos la prudencia.
Están poniendo en riesgo la libertad de los que todavía están presos
Pero hay algo mucho más grave: con su posición estos ciudadanos cubanos que han aceptado la deportación de su propio país están poniendo en riesgo la libertad de los que todavía están presos. Y esa falta de solidaridad merece un juicio mucho más duro que todos los razonamientos anteriores. Y uno puede pensar con la misma legitimidad que ellos desprecian al ministro democrático del Gobierno de España: ¿qué clase de opositores son estos?
Predicar firmeza contra el régimen cubano cuando ellos se han beneficiado de la política contraria y poner en peligro que los que quedan puedan hacer lo mismo, es un acto difícilmente justificable y dice poco de la coherencia de estos señores que se permiten el lujo de extralimitar su dignidad sacudiéndose de encima el sacrificio de la coherencia. Sé que esta posición, como tantas otras, provocará un alud de críticas e insultos. Pero cada día me produce más satisfacción escribir llanamente lo que de verdad pienso.
Blog de Carlos Carnicero: http://www.ccarnicero.com/
cuando leo que un extranjero escribe tantas verdades sobre cuba me da verguenza el gran negocio que se ha orquestado en españa sobre cuba es asqueroso de miles de cubano que vivimos trabajando en este pais el 95 por cientoestamos en contra de estos ex preso parasito cubano despertemos y a demascarar a estos chupa tinta
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