HA MUERTO EL AUTOR MÁS
ADMIRADO DE LA HISTORIA
Si el idioma inglés es el más bello para cantar; el español, sin duda, es el más perfecto para escribir. Un claro ejemplo es la literatura de Gabriel García Márquez, el padre del realismo, que ha terminado su existencia este jueves en su casa de Ciudad México, a la edad de 87 años.
Su estilo literario dividió la escritura en dos, ya lo había hecho cuando marcó el antes y el después en
«Crónica de una muerte anunciada», la novela que representó un acercamiento entre lo periodístico y lo narrativo, y una aproximación a la novela policíaca.
Su muerte, también anunciada, ha
teñido de luto al mundo entero
Sus problemas de salud comenzaron en 1999, cuando tuvo que ingresar en una clínica en Bogotá para tratarse de un linfoma. El escritor padecía desde hace años de un deterioro neuronal progresivo, según revelara su hermano Jaime, lo que le impidió continuar la publicación de sus memorias, que sólo vieron la luz en un primer volumen, «Vivir para contarla», en 2002.
Dos años después entregó a la imprenta su último trabajo, «Memoria de mis putas tristes». En 2010 se editaría «Yo no vengo a decir un discurso», una selección de discursos que van desde el que pronunciara a los 17 años para despedir a sus compañeros de Bachillerato hasta el que leyese ante las Academias de la Lengua y los Reyes de España cuando cumplió los ochenta.Este jueves, desde horas antes de que su entorno confirmara la noticia, un halo de muerte sobrevolaba su floreada casa y decenas de periodistas se reunían como zopilotes frente a su puerta, narra el corresponsal de El Mundo desde México.
Su mujer, Mercedes Barcha, y sus hijos Rodrigo y Gonzalo, esperaban dentro el desenlace hasta que su entorno lo confirmó vía Twitter. "Así es, ha muerto García Márquez", dijo Roberto Perea, funcionario de CONACULTA (Ministerio de Cultura). El presidente Colombiano, Juan Manuel Santos aseguró que había muerto el Colombiano más importante de todos los tiempos.
Apenas hace 8 días Gabo había dejado el hospital donde estuvo ingresado durante una semana por una infección pulmonar. Poco después se supo que, en realidad, no era un problema pulmonar sino un agravamiento del cáncer que lo aquejaba y que se había extendido por pulmón, ganglios e hígado y que estaba recibiendo cuidados paliativos en su casa. Tras la última recaída su familia decidió no castigarlo más con agresivos tratamientos y darle sólo cuidados que le aliviaran los dolores.
Apenas hace 8 días Gabo había dejado el hospital donde estuvo ingresado durante una semana por una infección pulmonar. Poco después se supo que, en realidad, no era un problema pulmonar sino un agravamiento del cáncer que lo aquejaba y que se había extendido por pulmón, ganglios e hígado y que estaba recibiendo cuidados paliativos en su casa. Tras la última recaída su familia decidió no castigarlo más con agresivos tratamientos y darle sólo cuidados que le aliviaran los dolores.
"Yo vivo sólo para que me quieran más mis amigos".
Así solía decir Gabo, y hoy sus amigos de todo el mundo se levantan para decirle adiós, aunque ya solo quede su nombre para recordarlo.
Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 1928- México, 2014) es la figura
más representativa de lo que se ha venido a llamar el «realismo
mágico» hispanoamericano. Periodista, cuentista y novelista,
alcanzó la fama tras la publicación en 1967 de Cien años de soledad,
donde recrea la geografía imaginaria de Macondo, un lugar aislado del mundo en el que realidad y mito se confunden.
El premio Nobel de Literatura 1982 y padre del realismo mágico, ha muerto en la cúspide de los genios de la literatura del siglo veinte. Lega otras obras memorables como El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, El amor en los tiempos del cólera y varias colecciones de cuentos magistrales.
Las crónicas de los periódicos y personajes de todo el orbe, lo recuerdan como un genio imperecedero.
Nació en la caribeña Aracataca, un poblado colombiano, un domingo novelable a partir del cual el niño viviría una infancia a la que volvió muchas veces. Entró a la literatura en 1947 con su cuento La tercera resignación; pero la gloria le llegó indiscutiblemente en 1967 con Cien años de soledad. "Ahora, el ahijado más prodigioso de Melquiades se ha ido, para quedarse entre nosotros un hombre que creó una nueva forma de narrar; un escritor que con un universo y un lenguaje propios corrió los linderos de la literatura; un periodista que amaba su profesión pero odiaba las preguntas; una persona que adoraba los silencios, y con un encanto que cautivó a intelectuales y políticos, y hechizó a millones de lectores en todo el mundo", destaca el diario español El País.
El escritor y periodista polaco, Ryszard Kapuscinski, aseguró que aunque lo admiraba por sus novelas, consideraba que “la grandeza (de García Márquez) estriba en sus reportajes. Sus novelas provienen de sus textos periodísticos. Es un clásico del reportaje con dimensiones panorámicas que trata de mostrar y describir los grandes campos de la vida o los acontecimientos. Su gran mérito consiste en demostrar que el gran reportaje es también gran literatura”.
En 1961, cuando se instala en México DF, hace vida con sus amigos, las parejas Álvaro Mutis-Carmen Miracle y Jomí García Ascot-María Luisa Elío (dos españoles exiliados de la guerra). Un día Mutis le da dos libros y le dice: “Léase esa vaina para que aprenda cómo se escribe”. Eran Pedro Páramo y El llano en llamas, de Juan Rulfo. Ese año publica El coronel no tiene quién le escriba.
—“¿Fue tu abuela la que te permitió descubrir que ibas a ser escritor?”, le preguntó en los años setenta su amigo y colega Plinio Apuleyo Mendoza.
—“No, fue Kafka, que, en alemán, contaba las cosas de la misma manera que mi abuela. Cuando yo leí a los 17 años La metamorfosis, descubrí que iba a ser escritor. Al ver que Gregorio Samsa podía despertarse una mañana convertido en un gigantesco escarabajo, me dije: ‘Yo no sabía que esto era posible hacerlo. Pero si es así, escribir me interesa”.
—“No, fue Kafka, que, en alemán, contaba las cosas de la misma manera que mi abuela. Cuando yo leí a los 17 años La metamorfosis, descubrí que iba a ser escritor. Al ver que Gregorio Samsa podía despertarse una mañana convertido en un gigantesco escarabajo, me dije: ‘Yo no sabía que esto era posible hacerlo. Pero si es así, escribir me interesa”.
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