José Agustín Hernández, Adela, es la primera transexual que ocupa un cargo político en la historia de Cuba. Tras un año de mandato como delegada vecinal explica al diario español 'Público' su gestión.
Tomado de 'Público'
José Agustín Hernández es en realidad Adela, la primera transexual que ocupa un cargo político en la historia de Cuba. Fue elegida por sus vecinos como delegada, una especie de concejal municipal del Poder Popular. Vive en la ciudad portuaria de Caibarién, en la provincia de Villa Clara, centro-norte de la isla.
Tras un año de ejercer su mandato aceptó una entrevista con Público para hacer un balance de su gestión. La reproducimos en Atrio Press.
Por elección popular directa y secreta se convirtió en la representante política y administrativa de su barrio, "me toca atender la necesidad de mis más de 500 electores, pero además bajo mi responsabilidad tengo dos bodegas en las que se venden los alimentos normados (subvencionados), una pescadería, un consultorio médico y 3 escuelas. He tenido bastante éxito si tienes en cuenta que hicimos siete gestiones ante los organismos del Estado y todas han sido respondidas positivamente", explica.
Los delegados y diputados en Cuba no son políticos profesionales, viven de un trabajo normal y ejercen su mandato sin recibir dinero. Fue ese trabajo el que le dio muchos votos a Adela porque es "enfermera con un postgrado de electrocardiograma y pertenezco al cuerpo de guardia", explica.
No hace mucho un dirigente cerró el local donde se reunía la comunidad gay de Caibarién, decía que "por órdenes de arriba". Así que empecé a subir averiguando quien había dado la orden. Nunca di con el responsable pero el centro se reabrió".
Cuenta que también le toca hacer gestiones con sus electores, labor social hacia la comunidad. "Por ejemplo, en mi zona hay una muchachita que es jinetera (prostituta) y quedó embarazada. Como había riesgo se la trasladó a una clínica prenatal con buena alimentación y atención médica permanente. El problema es que ella se fue del centro y Salud Pública me pidió que tratara de convencerla para que regresara. Después de mucho hablar con paciencia y humanidad logré que volviera al hogar materno".
Adela vive en un barrio marginal de Caibarién y, antes de ser delegada, fue presidenta de un Comité de Defensa de la Revolución (CDR) durante 29 años. Siendo muy joven estuvo presa por sus preferencias sexuales, la denunció su propio padre, quien además la maltrataba "por maricón". Pero nada logró quebrarla. "Me tracé la meta de que nadie me pueda doblegar, que nadie pueda obligarme a hacer lo que yo no quiera. Yo soy un ser humano igual que cualquier otro, pero no me detengo frente a las dificultades, por el contrario, cada obstáculo me hace crecer y sentir más confianza en mí misma", relata.
"Ni i los maltratos ni los insultos ni los golpes alteraron mis sentimientos... Yo no puedo seguir arrastrando rencores por mis sufrimientos porque todo país comete errores y Cuba los cometió con nosotros pero ha tenido la osadía de reconocerlo. Ahora yo tengo el derecho de escoger como voy a vivir, a tal punto que dentro de poco tiempo me darán un nuevo carné de identidad donde se me reconoce mujer".
Mirando hacia el futuro explica que Cuba está cambiando mucho, tanto que "Mariela (Castro) ha dicho que un día no va a ser necesario el CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual que protege los derechos de la comunidad de gays lesbianas. Yo también espero que eso suceda, que un día ya no sea necesario defender nuestros derechos. Y por ese camino es posible que "llegue a ser diputada, depende de cómo evolucione en el puesto de delegada para ser candidata a la provincia y después ser propuesta para la Asamblea Nacional. Yo como revolucionaria estoy dispuesta a llegar hasta allí si el país me necesita y los cubanos me eligen".
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