VIVIÓ EN CUBA LA MARCA CRUENTA DE LA DISCRIMINACIÓN SEXUAL: SANIDAD NO LE DEJABA (NI LE DEJA) DONAR SANGRE, CUMPLIÓ DOS AÑOS DE CÁRCEL POR SER HOMOSEXUAL, SU PADRE LE IMPONÍA LAS MUJERES. AHORA LA MUJER ES ELLA, AÚN SIENDO HOMBRE
“Toda mi vida me he sentido una mujer de pensamiento y acciones ligadas, atrapada cruelmente en este cuerpito de varón que no pedí”.
La noticia circula en la red de la mano de los blog Paquito, el de Cuba y Red Observatorio Crítico.
Sin embargo, el mismo sitio critico el “largo historial de 48 años de adversidades, inadaptaciones, prevalencias” homofóbicas, lo que denota que la discriminación sexual tiene en Cuba sus lagunas y solo ha dejado de ser.
Esta fue su narración obligada a Red ObservatorioCrítico, porque aunque él se sienta Adela, en Cuba sigue figurando como Agustín: “Me llamo José Agustín Hernández González. Soy enfermero especializado en electrocardiogramas del Hospital Gral. María Escobar Laredo en Caibarién. Laboro allí desde hace 14 años. Primero como auxiliar de limpieza, luego como asistente de enfermería, más tarde como enfermero y ahora ya como técnico entrenado en esto que hago con los corazones ajenos: tratar de diagnosticarlos antes que se me apaguen en el monitor”.
“Toda mi vida me he sentido una mujer de pensamiento y acciones ligadas, atrapada cruelmente en este cuerpito de varón que no pedí”.
Espera en Cuba por una cirugía de reasignación genital para
realizar el sueño de su vida: contraer matrimonio con el hombre que la ama, un
joven de 21 años.
“Llámame Adela, que me es más familiar. Y confianzudo. Hoy todo el que vino a votar ha pasado por mi casita a preguntar por mi verdadero nombre. No me conocen sino como ADELA, LA ENFERMERA”
Le llaman Adela, pero en realidad es José Agustín
Hernández González, un transexual cubano que fue elegido delegado en las últimas elecciones
municipales de gobierno (Poder Popular) en Cuba por la localidad portuaria de
Caibarién, en la central provincia de Villa Clara. Prefiere que lo llamen Adela.
Adela ha pasado de un anonimato intrínseco a
convertirse en el primer transexual con un cargo público en Cuba.La noticia circula en la red de la mano de los blog Paquito, el de Cuba y Red Observatorio Crítico.
Adela tiene 48 años y labora como enfermera
especializada en electrocardiogramas en el hospital de Caibarién, ciudad
costera situada al norte de la isla. Su triunfo en las elecciones locales fue
por abrumadora mayoría en una segunda vuelta electoral por la circunscripción
No. 5 de Caibarién.
Adela ganó a otros dos candidatos con una diferencia
de casi 100 votos (270 contra 180), el domingo 4 de noviembre, luego de que en
la primera vuelta de los comicios, el 21 de octubre, ninguno de sus oponentes
obtuviera el 50% más uno de los votos requerido. En esa primera ronda, Adela ya
se daba por virtual ganadora con 240 votos, el 36 por ciento.
La transexual política cubana que ha vivido de la
noche a la mañana un cambio de su
aceptación social, hace 14 años se emplea en el Hospital General de Caibarién,
adonde llegó como auxiliar de limpieza, luego fue asistente de enfermería,
enfermera y ahora es la técnica de electrocardiogramas erigida en la primera
transexual cubana con cargo público.
Adela (José Agustín) vivió en carne propia la
homofobia cubana de dos décadas atrás cuando fue condena a dos años de privación
de libertad entre 1980 y 1982, por ser transexual. La Sanidad Pública de la
isla le impidió también donar sangre en gesto humanitario como medida preventiva
de una vieja política discriminatoria hacia las personas homosexuales.
Aún así, Adela, erigida ahora en estandarte político
de la sociedad que la eligió, manifestó su optimismo y agradecimiento a la
comunidad donde vive y de la que ahora es una representante de gobierno.
Según cuenta Paquito, el de Cuba, aunque Adela no
tiene un diagnóstico médico de transexualidad, desde su más temprana niñez adoptó
una identidad de género femenina, en la juventud fue artista transformista y
manifiesta interés en una posible cirugía de reasignación genital para realizar
el sueño de su vida: contraer matrimonio con el hombre que la ama, un joven de
21 años.
De acuerdo con la legislación cubana, Adela podría ser
nominada ahora por las comisiones de candidaturas para las próximas elecciones
a la Asamblea Provincial (Gobierno) de Villa Clara o hasta para la nómina de
diputados la Asamblea Nacional (Parlamento) cubano, órganos de gobierno que
Cuba justifica que hasta el 50 por ciento de sus integrantes tienen que
provenir de la base. Cuba ha comenzado a cambiar y Adela se está riendo de la
discriminación.
En una
extensa entrevista que publica Pedro Manuel González Reinoso, en Red ObservatorioCrítico, Adela es
citada como “un homosexual confeso, travesti notorio, transexual
plenipotenciario y archiconocido en el ámbito municipal por sus méritos
humanos, su simpatía y su desplante ortodoxo, así como por la ostentación
desprejuiciada de su condición” Sin embargo, el mismo sitio critico el “largo historial de 48 años de adversidades, inadaptaciones, prevalencias” homofóbicas, lo que denota que la discriminación sexual tiene en Cuba sus lagunas y solo ha dejado de ser.
Esta fue su narración obligada a Red ObservatorioCrítico, porque aunque él se sienta Adela, en Cuba sigue figurando como Agustín: “Me llamo José Agustín Hernández González. Soy enfermero especializado en electrocardiogramas del Hospital Gral. María Escobar Laredo en Caibarién. Laboro allí desde hace 14 años. Primero como auxiliar de limpieza, luego como asistente de enfermería, más tarde como enfermero y ahora ya como técnico entrenado en esto que hago con los corazones ajenos: tratar de diagnosticarlos antes que se me apaguen en el monitor”.
A José Agustín se le apagó hace tiempo el motor de su
masculinidad, porque sencillamente, es transexual. Quiere hacerse una cirugía
de reasignación genital para realizar el sueño de su vida: contraer matrimonio
con el hombre que la ama, un joven de 21 años.
“Mi padre ha sido
el peor enemigo”
El testimonio de Agustín-Adela es revelador: “Mi padre
no quiso saber mucho de mí, por tan evidente amaneramiento. Mi madre tenía que
robarle dinero para que yo comiera, y me llevara algo extra cada 15 días de
internamiento, a la escuela. No deseaba volver nunca a casa, por tal de no
verlo sufrir (a su padre) con ganas de triturarme. Siempre digo que mi padre ha
sido el peor enemigo que tuve… y no creo que esa justipreciación por dicha, me
convierta en un ser inicuo al valorarlo así. Me odiaba ferozmente”.
ESTE SEÑOR LLAMADO AGUSTÍN ES UN AJENTE DE LA SEGURIDAD CUBANA Y A MI ME DETUVO LA SEGURIDAD DEL ESTADO COMO ORGANIZADOR DE SALIDA DEL TERRITORIO NACIONAL SOY TESTIGO DE SU COMPLICIDAD Y SU TAPADERA DETRÁS DEL DISFRAZ DE LA HOMOFOBIA DE QUIENES LO DISCRIMINARON SEGÚN EL
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