UNA ESPAÑA EN QUE LOS POLÍTICOS
NO PREDICAN CON EL EJEMPLO
Tomado del blog Tolerancia Real
Europa
viene siendo invadida por una ola de pánico. Miedo por la crisis de su economía
y terror de perder un status que, consideraban, iba a ser perpetuo porque habían
hecho bien las cosas. Sin embargo, llegó la crisis hipotecaria y la consiguiente
pérdida de credibilidad en el sistema financiero y crediticio, que cometió
grandes excesos otorgando dinero a corporaciones sólidas sólo en el papel.
Surgió la falta de confianza y el pavor en los mercados. La inflación y la
recesión comenzaron a asomar como indeseables fantasmas. Las materias primas
llegaron a alcanzar precios estratosféricos, el petróleo superó el margen de los
100 dólares por barril, mientras se daba una nueva crisis energética. Los
alimentos se volvieron onerosos y su escasez se avizora más que dramática.
Estados Unidos y Europa experimentaron el desempleo y las restricciones para su
propia población, orgullosa de su nivel de bienestar. Los Estados tratan de
realizar rescates financieros que agravan la crisis y los endeuda a niveles
inmanejables. La población se deprime y el suicidio se convierte, en países como
España, en la tercera causa de muerte después de las afecciones cardiovasculares
y el cáncer.
Luego
vienen los gurús y proponen salidas de todo tipo, se genera una oportunidad para
estos genios que asesoran a bancos y gobiernos, viajan por el mundo dando
conferencias y cobran fortunas para proponer remedios que suelen ser más
perniciosos que la enfermedad; siempre habrán explicaciones luego para
justificar porqué no funcionaron sus recetas. Se habla de la expansión fiscal
para remolcar la economía, emisión de deuda y más gasto público, aumentar el
consumo, virar hacia políticas exportadoras y devaluar las monedas. Otros
proponen incentivos para la agricultura y la pesca responsable para garantizar
los alimentos. Algunos economistas sugieren que la baja de la natalidad ha
envejecido a los países desarrollados y es responsable de la situación vigente.
Los ecologistas y feministas también tienen algo qué ofrecer y qué ganar. Lo
cierto es que se afectan países como Japón, Nueva Zelandia, Australia, Singapur,
además de EEUU y los miembros de la Eurozona, siendo críticos los casos de
Finlandia, Grecia, Irlanda, Portugal y España.
España
inicia una política de ajuste, reduce su nómina de funcionarios y congela los
salarios de los que quedan, afectando a 3 millones de personas(funcionarios). Se hacen
reducciones en las pensiones para obtener mil quinientos millones de Euros para
el Estado. Se pone fin a los denominados “cheque bebé” con los que se asistía la
maternidad con 2,500 Euros, para las madres de toda condición social. Se reduce
la inversión del Estado en 6,000 millones de Euros y se aplican alzas en las
tasas del impuesto a la renta. Como siempre pasa, estos fenómenos aumentan la
brecha entre ricos y pobres y potencian la conflictividad en una nación. En
España se dan una serie de protestas en diferentes sectores y regiones,
destacando la lucha por la enseñanza y el Movimiento 15-M de los indignados,
expresando su intención de promover una democracia real, distanciada de los
tradicionales PSOE y PP y del poder del poder económico de las grandes
corporaciones y los bancos. El adelanto de las elecciones para el 20 de
noviembre, es una evidencia que nos muestra la incapacidad del gobierno de
Zapatero de alcanzar la confianza de los españoles.
Una
noticia que ha caído como una bofetada en la opinión pública es el reciente
anuncio de un pago para los ex diputados y senadores, por la disolución de las
Cortes. A ellos se les abonará el próximo lunes 10 de octubre, la suma de 8,200
Euros. Además aquellos que no postulen o no salgan reelectos, recibirán una
pensión de 2,800 Euros mensuales, más 1,823 Euros para los que residan fuera de
Madrid. Las asignaciones serán superiores para quienes hayan ocupado la
presidencia o vicepresidencia de comisiones, sean miembros de mesa o portavoces.
España exige a sus habitantes que hagan un esfuerzo muy grande para pagar la
factura de una crisis cuyos orígenes se dan en el dispendio del Estado, la
ineficiencia de algunos bancos y corporaciones y el dolo de unos y otros.
Resulta una burla que quienes deben dar el ejemplo de sacrificio y que son
elegidos para representar y cuidar los intereses de los ciudadanos, cometan este
enorme desatino que contribuye a que los ciudadanos se alejen más de los
políticos, confíen menos en el sistema democrático y se instale la desesperanza,
madre de todas las convulsiones sociales.
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