¡La guitarra está de luto!
"¡Es que hoy no hay música!" (Evelio Domínguez)
HA MUERTO UN HOMBRE BUENO:
EL POETA COSTUMBRISTA
Y GENIAL LUTHIER CUBANO EVELIO DOMÍNGUEZ
Había nacido el 24 de enero de 1930 en la pintoresca provincia cubana de Matanzas, entonces Las Villas.
Tenía 85 años y vivía sembrado en Madrid desde que se vino en 1968.
Tenía 85 años y vivía sembrado en Madrid desde que se vino en 1968.
De puntillas, casi desapercibida, como suelen llegar las noticias ingratas, el maestro Flores Chaviano,
que nos deleitó anoche en la presentación de «Crónicas del Caribe», me despertó hoy con una infausta noticia:
"Ayer, mientras tocaba la guitarra que me hizo, falleció Evelio Domínguez, gran amigo".
Además de genial luthier, Evelio era excelente decimista y la cubania innata viajó con él toda la vida.
Tuve la suerte fortuita de conocerlo, porque tenía una tienda muy cerca de mi casa en Madrid. Intimamos poco, pero estuve a tiempo de palpar la picaresca de su poesía que atrapa al primer instante por esa manera costumbrista de decirla.
Evelio Domínguez lega además, una amplia producción literaria que va desde "La sirena dormida", su libro más buscado, "El héroe del espigón", novela escrita en décima, "Puerta dorada" hasta "Cupido en el monte de afrodita", donde Evelio explaya su picardía mas cubana. Además había escrito "Refranero español en décima".
Ha muerto en Madrid el gran cubano Evelio Domínguez, productor por excelencia de la Guitarra híbrida flamenca/clásica, oficio al que se consagró desde su juventud cubana y que tal vez hizo calar en él su finura de recurrente poeta.
HOY NO HAY MÚSICA
Anoche fui a decirle adiós en la sala 3 del tanatorio de la M30, en Madrid, y estaba allí dormido con el último verso que estuvo entonando ya en el crepúsculo de sus días: "Es que hoy no hay música!". Y ciertamente, desde el último jueves siniestro que se lo llevó, la música se detuvo en un alma buena, aunque la guitarra y la poética de Evelio, le seguirán recordando toda la vida.
Sus instrumentos quedan como piezas excepcionales, hechas con abeto selecto en la tapa y ciprés selecto en aros y fondo, ébano en el diapasón, y aros de filete rojo en lugar de marquetería en la boca.
Recordaba ayer el músico y maestro cubano Flores Chaviano, uno de sus amigos mas cercanos hasta el final, que nada mas aterrizar en Madrid en los 60, Evelio ya estaba innovando con la guitarra, y reuniendo desechos de tabla de madera se fabricó su primer "tres cubano", el instrumento que mas adoraba y aplicaba con suma maestría. Hoy, aquella herramienta artesanal que le abrió el camino a la gran academia de la hechura instrumental, reposa en su casa de Madrid como palosanto sagrado del genio artesanal del amigo que cometió el pecado de pasarse la vida dándole alegría cuerpo.
El sonido de las guitarras de Evelio es impresionante. El mismo jueves de su partida lo pudimos constatar de la mano del maestro Chaviano. Sonaba equilibrada, potente y con mucha proyección. Así salía cada guitarra de sus manos. ¿Cuántas en toda una vida? Decenas, centenares, miles tal vez.
Evelio era como sus guitarras, ni muy alto, ni muy bajo. Pero con su nombre bien en alto se nos espantó la noche del 21 de mayo. Tal vez en ese instante, en muchas partes sonaban las guitarras salidas de sus manos como la aplicaba el jueves Flores Chaviano. Sonaba, suena y sonará impresionante, como solo la magia en el arte de la fábrica de
Evelio lo podría realizar.
EL LLANTO DE LA GUITARRA
Evelio lo podría realizar.
EL LLANTO DE LA GUITARRA
"Se acaba de marchar nuestro querido y gran amigo EVELIO DOMINGUEZ mientras Flores tocaba su guitarra ( construida por él) y yo cantaba, el se iba. Descansa en paz, querido Evelio, no sabes cuanto te vamos a echar de menos, has compartido con nosotros una parte muy importante de nuestras vidas y te quedarás para siempre en nuestros corazones"! (Ana Valdés-Miranda)
GUITARRA a Evelio Domínguez Canta guitarra con tu voz sonora
como el susurro suave de palmeras
con el murmullo leve de sirenas.
Canta guitarra, que tu luz aflora.
Despierta la mañana, halagadora
con esa resonancia de maderas
con ese contoneo de tus caderas.
Canta guitarra, que vendrá la aurora.
Resuena en ti, con fervoroso canto
tu lira y tu impecable melodía
irradia luz con todo su esplendor deslumbra el sol, en toda tu poesía
tras esa llama de virtuoso encanto
Canta Guitarra, canta con dulzor. Ana V. Miranda
DEP Señor y amigo, Evelio Domínguez.
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