La Opinión
Era un «hoax», un bulo, la noticia del supuesto cambio de sexo del cantautor cubano Amaury Pérez Vidal que recientemente circuló por la red. Provocó insultos y ofensas de todo tipo, pero la farsa no tardó en derrumbarse.
La nota en cuestión, atribuida a un supuesto humorista auto llamado, Rumersindo Garay, con el atributo de antiguo reportero de 14 y Medio, arrojó bastantes consideraciones
—particularmente demagógicas y llenas de necedad— acerca de decisiones muy personales que rápidamente derivaron en una ráfaga de insultos a la persona del artista Pérez Vidal. Otra imbécil actitud del que juzga sin saber.
Literalmente fue un hoax. ¿Qué es un «hoax»? Un bulo de los muchos más que corretean con diferente suerte por Internet.
NO hay derecho a ofender a nadie, y mucho menos a insultar en tiempos en que las libertades de los hombres son el derecho mas preciado sobre la tierra. Ni con Amaury —que no es el caso— ni con los que en realidad lo fueran.
En un mundo en el que se habla de igualdades y cada cual quiere que le respeten las suyas, montar historias insulsas de este calibre es ir contra la intimidad de las personas.
Pero mas fácil se pilla a un mentiroso que aun ladrón, y mas temprano que tarde se destapó la deshonra sobre la persona que ha hecho de su vida una fecunda carrera de artista.
Ni "Tele Son Caribe" existe y mucho menos son reconocidos en Cuba el atrubuido grupo “Gays Somos Todos”, y mucho menos la citada asociación femenina “Lesbianas con Mariela". Es iluso creer en semejante falacia. Es impensado en Cuba.
No ha sido ni será este el único bulo. Ocurre con frecuencia en la Red. A veces aparecen autores fantasmas o salidos de invenciones fantásticas como este tal Rumersindo Garay. Otros, le han colgado bulos a periodistas de renombre como ha sucedido en España con Carlos Herrera o con Alfonso Ussía, a quien le atribuyeron la autoría de un artículo sobre el director de cine Pedro Almodóvar que el columnista nunca escribió y que circulaba de correo en correo; "en él, el autor se despachaba groseramente sobre el director manchego con unas faltas sintácticas impensables en Ussía: aun así, no poca gente tragó", cuenta en su bitácora, Carlos Herrera, y sigue:
Lo mismo le ha ocurrido al diseñador Tommy Hilfiger, al que acusaron de haber dicho en un programa de Oprah Winfrey que él no diseñaba ropa para negros o hispanos, ya que razas como ésas estropean sus diseños.
Según la leyenda, la Winfrey lo expulsó inmediatamente del programa. Evidentemente, los dos jamás se han encontrado en un plató y a Hilfiger no se le ha ocurrido nunca decir una barbaridad así, pero parece haber gente con tragaderas inagotables a la que le gusta recibir noticias que, en el fondo, le gusta oír.
Diversas marcas comerciales han tenido que apañar sutiles campañas de desmentido a informaciones perversas convertidas en hoax: Danone reaccionó con eficacia cuando algún envenenador hizo correr que su producto Actimel era poco menos que cianuro, y Red Bull, tres cuartos de lo mismo ante una supuesta y sesuda información que aseguraba que producía efectos irreversibles sobre el hígado.
Para todos aquellos
admiradores de Amaury o no, pero sobre todo para quienes respetan la información verdadera y en justa razón se han sentido afectados por el contenido de ese hoax: Amaury sigue siendo Amaury Pérez y Vidal por los cuatro costados.
Lamento el disgusto causado por un «hoax» del que erradamente yo también me hice eco.
Saquemos una moraleja del asunto: No nos creamos todo lo que les mandan por correo electrónico y mucho menos de lo que en el ciberespacio se cuenta.
De bulos está llena la red.
De manera que queda claro. Lo de Amaury fue una falsa, en toda regla, como las que circulan cada día en un intento de hacer creer a la gente que algo falso es real.
El término en inglés "hoax", se popularizó principalmente en castellano al referirse a engaños masivos por medios electrónicos especialmente en Internet. Y de "hoax" está lleno el mundo. Ya es una praxis. Estamos avisados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje su comentario aquí