Afefé Ikú
LA MUJER DE
«EL PADRINO»
DE LA MÚSICA
Cuando
«El Padrino» caía en trance, el espíritu de un muerto se reencarnaba en él y la
posibilidad real de la solución salía de su boca.
A su vera siempre estaba «La Yaya».
Los devotas de su prenda, pedían por su salud, mejoras económicas y felicidad para sus familiares.
Los devotas de su prenda, pedían por su salud, mejoras económicas y felicidad para sus familiares.
Animándoles, siempre iba «La
Yaya».
Al final de la liturgia, cuando giraba en redondo una, dos y tres veces, «El Padrino» volvía en sí con una diabólica afirmación: '¡Aché!'.
Al final de la liturgia, cuando giraba en redondo una, dos y tres veces, «El Padrino» volvía en sí con una diabólica afirmación: '¡Aché!'.
Arropándole estaba «La Yaya».
No sé como lo hacía, pero «El Padrino» con «La Yaya» siempre a su vera, salvaba a mucha gente de la frustración.
Había personas que entraban en su casa de la plaza de Marianao, allá en La Habana, todo atormentadas y salían por sus pies con unos deseos inmensos de seguir viviendo.
Ahora la muerte (Afefé Ikú) nos arrebata a «La Yaya», y yo le dedico un Ituto, la forma en que se despiden a los fieles dentro de la Regla de Ocha e Ifá, porque «El Padrino» y «La Yaya», fueron también ángeles de mis designios.
HA MUERTO EN LA HABANA Lourdes Rodríguez Izquierdo «La Yaya», la mujer de «El Padrino» de la Música, Lorenzo Loyola Vera, mi tío más adorable.
Otra mujer hermosa, dulce y buena, deja la existencia. Lourdes Rodríguez Izquierdo sucumbió a los 55 años, llena de sueños irrealizados.
La hora final le llegó antes que el alba entrara en La Habana este 30 de diciembre. Eran las 4:30 de la madrugada.
No sé como lo hacía, pero «El Padrino» con «La Yaya» siempre a su vera, salvaba a mucha gente de la frustración.
Había personas que entraban en su casa de la plaza de Marianao, allá en La Habana, todo atormentadas y salían por sus pies con unos deseos inmensos de seguir viviendo.
Ahora la muerte (Afefé Ikú) nos arrebata a «La Yaya», y yo le dedico un Ituto, la forma en que se despiden a los fieles dentro de la Regla de Ocha e Ifá, porque «El Padrino» y «La Yaya», fueron también ángeles de mis designios.
HA MUERTO EN LA HABANA Lourdes Rodríguez Izquierdo «La Yaya», la mujer de «El Padrino» de la Música, Lorenzo Loyola Vera, mi tío más adorable.
Otra mujer hermosa, dulce y buena, deja la existencia. Lourdes Rodríguez Izquierdo sucumbió a los 55 años, llena de sueños irrealizados.
La hora final le llegó antes que el alba entrara en La Habana este 30 de diciembre. Eran las 4:30 de la madrugada.
A su vera estaba «El Padrino». Hoy le
lloran sus devotas.
Todos saben en La Habana que «La Yaya» era mucho más; era en cuerpo y alma toda la sabiduría del padrino espiritual.
«El Padrino» tiene seguidores en todas partes. Le reluce un gorro blanco que no se quita nunca. Su muerto
-nkinse- es Atilano Valdés. Le rige el espíritu de un negro africano que habitó en el Caibarién de sus ancestros.
El muerto se reencarna en «El Padrino» cada vez que su casa se vuelve un rincón de veneraciones.
En el altar, está la prenda –nganga- que atesora los restos de aquel antepasado y que celosamente «La Yaya» cuidó toda la vida.
Allí se concentran los poderes del santo. Es un lugar sagrado, donde nunca acaba el desfile de fieles en busca de alguna tranquilidad espiritual.
Hoy, sin embargo, los fieles de la nganga de «El Padrino» desfilan por su altar en manifestación de recuerdo y admiración hacia «La Yaya».
Hoy se toca el tambor y hay cantos afrocubanos por el alma que se fue.
Cuando yo lo visitaba en La Habana, «El Padrino» decía tener remedio para todo. Para mujeres infértiles, parejas mal llevadas, enfermedades malignas, y todo el mundo le seguía. Esto decía, y esto hacían.
Cuando «El Padrino» caía en trance, daba vueltas en medio del suelo, y su mirada y su voz y su andar, todo, todo se le transformaba, porque bajaba el espíritu del muerto reencarnado.
Ahora el demonio se ha llevado a «La Yaya», su mano derecha. En las fiestas de la nganga que cada diciembre reparte dulces y aguardiente, la liturgia fue esta vez para la mujer del varón.
HA MUERTO EN LA HABANA Lourdes Rodríguez Izquierdo, «La Yaya», mujer de «El Padrino» de la Música, embajador del bolero, autor, compositor y vocalista, miembro activo de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)
Lourdes «La Yaya» abandonó el último viernes de diciembre su existencia abatida por el desgaste físico que le consumió.
Dice la Regla de Ocha que servirás a Ifá mientras la conciencia te acompañe. Lourdes, «La Yaya», le sirvió toda la vida; adorarás a Olófi, y adorarás a Óddu, la Madre Primordial. Lourdes «La Yaya», les adoró con devoción.
Dice también La Regla: inclinarás tu cabeza, solo ante la presencia de Orísha, ante los Espíritus de Ifá, y ante los Mayores; guardarás en secreto lo que se te confíe: Lourdes los guardó siempre con una devoción suprema. Su nombre ya en el recuerdo, forma parte del amplio espectro de la religiosidad popular cubana que le rodeó.
«El Padrino» Lorenzo Loyola es hoy una vida de encarnación.
Todos saben en La Habana que «La Yaya» era mucho más; era en cuerpo y alma toda la sabiduría del padrino espiritual.
«El Padrino» tiene seguidores en todas partes. Le reluce un gorro blanco que no se quita nunca. Su muerto
-nkinse- es Atilano Valdés. Le rige el espíritu de un negro africano que habitó en el Caibarién de sus ancestros.
El muerto se reencarna en «El Padrino» cada vez que su casa se vuelve un rincón de veneraciones.
En el altar, está la prenda –nganga- que atesora los restos de aquel antepasado y que celosamente «La Yaya» cuidó toda la vida.
Allí se concentran los poderes del santo. Es un lugar sagrado, donde nunca acaba el desfile de fieles en busca de alguna tranquilidad espiritual.
Hoy, sin embargo, los fieles de la nganga de «El Padrino» desfilan por su altar en manifestación de recuerdo y admiración hacia «La Yaya».
Hoy se toca el tambor y hay cantos afrocubanos por el alma que se fue.
Cuando yo lo visitaba en La Habana, «El Padrino» decía tener remedio para todo. Para mujeres infértiles, parejas mal llevadas, enfermedades malignas, y todo el mundo le seguía. Esto decía, y esto hacían.
Cuando «El Padrino» caía en trance, daba vueltas en medio del suelo, y su mirada y su voz y su andar, todo, todo se le transformaba, porque bajaba el espíritu del muerto reencarnado.
Ahora el demonio se ha llevado a «La Yaya», su mano derecha. En las fiestas de la nganga que cada diciembre reparte dulces y aguardiente, la liturgia fue esta vez para la mujer del varón.
HA MUERTO EN LA HABANA Lourdes Rodríguez Izquierdo, «La Yaya», mujer de «El Padrino» de la Música, embajador del bolero, autor, compositor y vocalista, miembro activo de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)
Lourdes «La Yaya» abandonó el último viernes de diciembre su existencia abatida por el desgaste físico que le consumió.
Dice la Regla de Ocha que servirás a Ifá mientras la conciencia te acompañe. Lourdes, «La Yaya», le sirvió toda la vida; adorarás a Olófi, y adorarás a Óddu, la Madre Primordial. Lourdes «La Yaya», les adoró con devoción.
Dice también La Regla: inclinarás tu cabeza, solo ante la presencia de Orísha, ante los Espíritus de Ifá, y ante los Mayores; guardarás en secreto lo que se te confíe: Lourdes los guardó siempre con una devoción suprema. Su nombre ya en el recuerdo, forma parte del amplio espectro de la religiosidad popular cubana que le rodeó.
«El Padrino» Lorenzo Loyola es hoy una vida de encarnación.
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