En un segundo plano el destino de los cubanos
Uno de los más atinados análisis a tenor con el reciente traspaso de poderes en el seno del régimen cubano, lo publicó el diario estadounidense The New York Time: "ha sido la edad y la enfermedad, no la voz libre de los cubanos, la que finalmente ha hecho que Fidel Castro anunciara que renuncia como presidente de Cuba".

Al paso de tres semanas de la retirada de Fidel y el ascenso a presidente de su hermano menor, Raúl, y a juzgar por lo que ha difundido sobre los cambios cubanos la prensa en todo el mundo, salta a la vista que fueron portadas enteras las dedicadas al líder octogenario en los más influyentes diarios de las principales urbes, como una del rotativo español La Razón: "Castro, el comienzo del fin".
Si a lo largo de la historia toda la fuerza mediática hubiese mirado con más fuerza y rigor hacia la realidad cubana de estas décadas, entonces hoy no se habría hablado de casi medio siglo de poder radical que ha marcado el detrimento económico y social de una nación que mira desaforada a su futuro.
Hoy, tres semanas después de que asumiera Raúl Castro en Cuba, dígase con toda propiedad que es y ha sido siempre Fidel Castro lo que ha interesado al mundo mediático y no tanto el destino y la suerte de todo un pueblo. Corresponde a los cubanos correr ahora y atenuar su propia suerte.
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