LA POLÉMICA MUERTE del sacerdote Miguel Pajares afectado por el virus del ébola.
Tal vez habría sido mejor que Pajares se hubiera quedado en África y recibiera allí la Extremaunción.
¿Cuanto costará ahora la desinfección del hospital Carlos III?
¡Después de una escala española hacia la muerte, que costó más de un millón de euros y, lo peor, la importación del temible ébola! hoy emprendió su viaje definitivo el cura que provocó la discordia.
El sacerdote Miguel Pajares, fallecido hoy en Madrid por el virus del ébola, en una imagen captada por la agencia EFE.
Esta mañana se volvió la más ingrata de su marcada existencia, porque el padre Miguel Pajares, afectado por el virus del ébola, sucumbió sin mayores esperanzas en el Hospital Carlos III de Madrid. En realidad, esperanzas no las hubo nunca porque Pajares se vino a España a morir.
En poco menos e una semana había recibido el medicamento experimental con el que están siendo tratados otros dos pacientes en Estados Unidos, pero no le valió de nada, aunque parecía que en los últimos días se estabilizaba de su padecimiento mortal.
EL ÉBOLA
La carga viral y el estado del paciente influyen en la rapidez con la que avanza la enfermedad y esa velocidad es clave, pues el cuerpo humano puede no tener tiempo suficiente para generar anticuerpos, que son proteínas que fabrica específicamente para atacar y eliminar el virus.
Si una persona, como era el caso del padre Miguel, sufre además una enfermedad previa, tiene más riesgo de fallecer debido a que su organismo no está en buenas condiciones como para responder a una infección de estas dimensiones.
Miguel Pajares, de 75 años, había contraído la infección al estar en contacto con el director del Hospital de San José en Monrovia (Liberia), el camerunés Patrick Nshamdze, al que le habían realizado un test que dio un falso negativo.
Según la crónica del diario El Mundo, el sacerdote, que había tomado medidas preventivas, "se relajó en su trato y, debido al contacto con los pacientes, terminó infectado con este virus".
MI OPINIÓN
No estoy en absoluto en contra de que se preste atención a un enfermo ni en contra del padre Pajares que ha dedicado su vida a ayudar a los más necesitados, lo que critico es la forma en que se ha gestionado el caso para terminar en una ingrata muerte.
Cuando se está negando el pan y la sal a un montón de enfermos en poco menos de una semana se ha llevado a cabo un dispendio inaudito y desconocido que se recuerde se haya llevado a cabo a cualquier español.
El caso del padre Miguel y del resto de trabajadores del Hospital San José es uno más en la larga lista de médicos, enfermeras, cooperantes y religiosos que han contraído la enfermedad por estar en contacto con pacientes. Los últimos casos han sido el médico nigeriano que trató al que de momento es el único fallecido por el ébola en Nigeria, la hermana Chantal y del religioso George Combey, compañeros de Pajares.
Analiza hoy el periódico El Mundo desde la perspectiva de los expertos que "las dos primeras semanas con el padecimiento del ÉBOLA son vitales, ya que la mayoría de las muertes se producen en este plazo".
El extraño virus que azota al mundo, tiene una gran capacidad de multiplicarse rápidamente en el cuerpo humano y, una vez en él, bloquea el sistema defensivo, lo que por sí mismo puede originar la muerte. Y Pajares muere por su estado debilitado.
El ÉBOLA no sólo produce una inhibición de las defensas sino que también genera una alteración de la permeabilidad de los vasos sanguíneos y de la coagulación.
Eran las 09:28h de esta mañana fatídica para el paciente y para España cuando el sacerdote Miguel Pajares, falleció en el Hospital Carlos III de Madrid fulminado por el virus del ébola.
El religioso, primer español y europeo en contraer esta enfermedad, había sido trasladado hace una semana en un polémico viaje desde Liberia, donde se encontraba prestando ayuda humanitaria y había contraído el virus.
El pasado sábado recibió la primera dosis del suero experimental procedente de EEUU, ZMapp. Pero de nada le valió, ni a Pajares ni a España. Un caso que pasará a la historia como la manera más absurda de gastarse un millón de euros en un viaje hacia el fin. Tal vez habría sido mejor que Pajares se hubiera quedado en África y recibiera allí la Extremaunción, porque ya era un enfermo mortalmente condenado.
LA HISTORIA DE
ESTA HISTORIA
El 4 de agosto se conocía que el sacerdote permanecía aislado en el hospital San José de Monrovia (Liberia), junto a otros trabajadores del centro sanitario, tras la muerte por ébola de su director, el hermano Patrick Nshamdze.
Al día siguiente, los análisis confirmaron que Pajares había contraído la enfermedad, y pocas horas después de confirmarse su estado de salud, el Ministerio de Sanidad español informó de que sería repatriado a España respondiendo a un reclamo desesperado del enfermo.
Sin pensarlo mucho, aparentemente, tres días después, el 7 de agosto, el Airbus A310 del Ejército del Aire medicalizado, en el que viajaba el sacerdote, aterrizó a las 08.10 horas en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Junto al ahora extinto viajaba también la monja de origen guineano con pasaporte español, Juliana Bonoha. Hasta ahora no hay síntomas de que ella padezca la enfermedad, pero en medio de los presagios que le rondan, hoy sería sometida a una nueva prueba para ratificarlo.
En el Hospital San José de Monrovia se quedaron ingresados otros tres religiosos compañeros de Pajares infectados de ébola. Dos días después de la llegada a España de Pajares y Bonoha, el 9 de agosto, murió la monja de la Inmaculada Concepción Chantal Pascaline y ayer (lunes) falleció el religioso y enfermero George Combey.
Precisa El Mundo que "permanece ingresada en el Hospital ELWA de Liberia, gestionado por la ONG Médicos Sin Fronteras, la hermana Paciencia Melgar".
Desde el pasado mes de marzo se intensificó el brote actual de ébola en Guinea Conakry, que se ha extendido a poblaciones de Liberia, Sierra Leona y Nigeria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), reveló hoy que este brote es del tipo ébola-Zaire y ha infectado a 1.848 personas, de las cuales más de 1.013 han muerto.
SIN ESPERANZAS EN SU RECUPERACIÓN
TRAJERON A PAJARES Y EL ÉBOLA A ESPAÑA
TRAJERON A PAJARES Y EL ÉBOLA A ESPAÑA
NADIE confiaba en absoluto en la recuperación de Miguel Pajares, ni su propia familia, pese al medicamento ZMapp.
Aún así, tras la muerte hoy del religioso español, la propia familia confía en que ahora el esfuerzo español no ceje y se vuelque en ayudar a los países afectados por el ébola como Liberia. "Lo único que pido es que todo esto que se ha organizado sea para que los países ricos ayudemos a los que lo necesitan", dijo a la prensa en Madrid, Begoña Martín, una sobrina del difunto.
A pesar de un tema que ha levantado polémica, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD), a la que pertenecía Pajares, ha agradecido las muestras de apoyo recibidas desde que se conoció que el religioso estaba infectado. "Agradecemos todas las muestras de apoyo que ha recibido -señala la orden en un comunicado- desde las administraciones públicas, de la sociedad en general y particularmente el buen hacer de los profesionales del hospital que han atendido al hermano Pajares".
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