ENTRE "CAMINITO" Y "TORTONI"
«Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal (...)»
Caminito es un barrio bonaerense que atraviesa "La Boca" y llega al corazón.
Para el tango, "Caminito" es una épica canción. Pero aquí en Buenos Aires, "Caminito" es un callejón museo y un pasaje tradicional, de gran valor cultural y turístico, ubicado en el barrio de La Boca. Precisamente, hoy estuve allí. El lugar adquirió significado cultural cuando inspiró la música del célebre tango Caminito, en 1926, obra de Juan de Dios Filiberto.
Buenos Aires es un viaje permanente entre el pasado y el presente. Cuando se abandona "Caminito" la jornada invita al "Tortoni", el paradigma del café porteño. Dicen aquí que un inmigrante francés de apellido Touan decidió inaugurarlo a finales de 1858, y que tomó el nombre de un establecimiento del Boulevard des Italiens, en el que se reunía la élite de la cultura parisina del siglo XIX. El café Tortoni fue adquirido después por otro francés, Celestino Curutchet, el galo que hizo de "Tortoni" un punto de encuentro intelectual en la ciudad.
Ahora "TORTONI" es una peculiaridad de la fisonomía de la capital porteña. Lo es desde 1926, cuando un grupo de pintores, escritores, periodistas y músicos que formaban la Agrupación de Gente de Artes y Música, pidieron a Curutchet, usar la bodega como punto de encuentro de la casta intelectual. Y se quedó para toda la vida.
Desde entonces, Tortoni en el centro, como lo es El Caminito más al sur, son referentes imprescindibles en la ciudad de Buenos Aires. Las visitas allí, parecen como si el tiempo se hubiera detenido en un daguerrotipo, entre juegos de billar, cartas, o simplemente tomando un café.
"El Caminito" se ha inmortalizado en la música; el Café Tortoni, es el más antiguo de Argentina.
Entre sus enmaderadas paredes, junto a sus mesas de roble y mármol verde, se sentaron Alfonsina Storni, Benito Quinquela Martín, Carlos Gardel, Baldomero Fernández Moreno, Luigi Pirandello, Federico García Lorca y Arturo Rubinstein, entre otros artistas, hombres de letras y parlamentarios que traspasaron algo de su personalidad a este tradicional café, inseparable ya de la historia de Buenos Aires.
En este famoso café estuve este lunes, y ahora me queda su aroma para recordarlo, aunque al final, Tortoni como El Caminito, pasarán al tiempo ido en esas ansias infinitas por conocer cada día algo nuevo de este mundo.
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