02 mayo, 2014

Juan Formell enlutece la armonía musical cubana

LA COMPLICIDAD IDÍLICA CON UN MITO
«Juan Formell durará toda la vida, porque su obra viene de la raíz, de la tierra húmeda y fecunda que lo curtió»
QUIERO ser el contrabajo que acaricias con tus uñas,
quiero ser la guitarra que abrazas con ternura,
la que tocas en cada cuerda haciendo acordes de hermosura;
Quiero ser el saxo en el que las manos se deslizan,
quiero caricias de esas palmas,
con las que pegas a los timbales, tambores y cajas de tu musical melodía;
Quiero un beso de la boca que resopla,
según la flauta dice en cada nota;
Quiero pasarme horas enteras con el latir de tus acordes,
los que laten al ritmo del bongó que en tu pecho retumba como diapasón
golpeado sutilmente para la afinación,
Quiero dormir aferrado a tu música,
y que un cómplice como 
el gran piano nos delate mientras tocas; quiero ser tocado con ese amor pasional,
tu amor musical que es amor de verdad;
amor puro, amor real, amor sensato, amor racional;
La verdad, es que hoy quiero morirme con tu enjundia musical que es amor creativo y real, palpable, audible y sensible... 
Quiero ver el cuerpo en movimiento cuando te escuchen al  oído sonar.
Ya te has ido, pero perdurarás; tu amor musical durará mucho tiempo porque es amor de verdad... 
Nos queda tu creatividad, tu pasión y lo que a partir de hoy sintamos en la música que nos queda por cantar.
Tus notas nunca se apagarán. Te quedarás siempre armónico en tus sonetos.
Que no se apague tu ruido 
Que Cuba entera una sus voces, no para llorar tu lamento
Para cantar con el mismo amor que tu cantabas en las calles, Que todos sepan, aquí y allá, que Van Van seguirá siendo tu gran amor musical, creativo, pasional, duradero y de verdad. 

Hasta siempre, querido Juan. 

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