15 julio, 2010

Olga Guillot: La muerte de un mito

Adiós a la Reina del Bolero.

El mundo de la música perdió este julio a una de sus más grandes leyendas- Llora a Olga Guillot: una pionera y visionaria en su arte, cuya extraordinaria voz popularizó el bolero cubano alrededor del mundo.

La legendaria intérprete murió el lunes 12 de julio, a los 87 años, en el hospital Mount Sinai de Miami Beach a causa de un infarto.

La bolerista Vicky Roig, una buena amiga de Guillot, dijo que habló con ella apenas hace una semana y que se estaba preparando para viajar a México para cantar con la Orquesta Sinfónica Nacional, según una nota de Radio Televisión Martí de Estados Unidos.

Esta voz extraordinaria que pasará a la historia como la mujer que llevó el bolero a otras latitudes, se recuerda hoy en todo el mundo.

Nacida el 9 de octubre de 1923 en Santiago de Cuba, Guillot fue la primera en grabar canciones que hoy son clásicos, como "Tú me acostumbraste" y "Sabor a mí", pero sobre todas las cosas, se consagró como la "Reina del Bolero" a juzgar que a lo largo de su carrera ganó 14 discos de oro y 10 de platino.

En 1961, Olga Guillot abandonó Cuba, dos años después de que llegara al poder Fidel Castro. Vivió unos meses en Venezuela antes de instalarse con su hija Olga María en México, donde pasó una buena parte de su vida.

"Cuba es mi esposo y mi amante adorado es México", le gustaba decir a modo de metáfora. Hoy la recordamos en Atrio Press con esta semblanza del colega cubano Rafael Solano, de Radio Exterior de España, quien tuvo el honor de conocer una de las mejores facetas de Olga, su sensibilidad humana.

Olga Guillot:
Una diva del bolero y de lo humano

Por Rafael Solano Morales

La mítica cantante cubana Olga Guillot forma parte del universo musical y emocional de muchos admiradores. Pocos han podido cumplir el sueño de hablar largo y tendido con esta indiscutida gloria de la canción cubana. Gracias a la gestión del amigo y poeta Ogsmande Lescayllers pude cumplir este sueño, que ahora comparto con los lectores.

El destino dirige la vida por derroteros inexplicables, donde el azar, pocas veces, juega en nuestro favor. Así, aquel ansiado deseo de encontrarme cara a cara con Olga Guillot fue realidad.

A la bolerista universal le desgarraba el corazón el abandono que sufren muchos niños, le daba mucha tristeza y se solidarizaba con todos aquellos países en los cuales los chavales padecen hambrunas. “Yo me involucro en la vida de los demás”, dijo, “y los problemas de la gente me hacen mucho daño”.
Me habló también de su sensibilidad ante los problemas ecológicos. Según ella estamos ante un inminente peligro, y culpaba de ello a las ambiciones del hombre. “Debemos por todos los medios intentar salvar algo”.
Olga Guillot era miembro de varias organizaciones de defensa de los animales, de ahí que muchas veces pudiera llegar a las lágrimas cuando se maltrataba a un perro o a cualquier animal, incluso cuando se les utiliza como instrumentos de diversión.

”Las guerras, las drogas, las familias que se separan, los pueblos y especies de animales que desaparecen. Hay que enfrentar todo eso”, me dijo. La artista condenaba que se estuvieran perdiendo los valores familiares, que advertía que estamos ante una generación subida a un buque a punto de naufragar.

Su rostro se iluminaba cuando decía que colaboraba con los hogares CREA, una entidad encargada de reeducar a los niños que están enganchados a las drogas. “Voy a Colombia, donde tenemos centros, y doy algunas terapias para que despierten y salgan de ese mundo horrible de las drogas”.

La “Reina del bolero”, la misma que con su voz maravillosa hizo felices a millones de personas que han disfrutado de su arte, nos deja también en lo humano su infinito amor por los demás.
Hasta siempre Olga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su comentario aquí