José Legrá Utria, cubano excampeón mundial de boxeo, estuvo este otoño en el IV Encuentro de Cubanos residente en Europa.
Hijo de dos Patrias, a cual de las dos ama más. José Legrá Utria, tan cubano como español, estuvo este otoño en el IV Encuentro que concentró en Barcelona a residentes de toda Europa.
No vino a hablar de boxeo, no vino a hablar de su gran pasión, Legrá viajó hasta Barcelona como un símbolo de lo que han hecho y lo que están haciendo desde la Asociación Solidaria Amigos de Baraca (su tierra) en el ámbito de los ayuntamientos granadinos de La Herradura y Almuñecar con la mano puesta en Cuba.
José Legrá es activo brazo en el puente solidario con la tierra de sus ancestros, "porque son mis raíces y es mi identidad", dice.
Nos dejó un libro, testimonio imperecedero de lo que la solidaridad ha hecho en Baracoa. Allí bien le reconocen: "A mi buen amigo José Legrá con cariño y amistad por su gesto solidario a su querida Baracoa, de Joaquín Barbero, presidente y fundador de la Asociación".
Y por hacer ha hecho. Su impronta entre la de todos los baracoenses y españoles agrupados en la solidaria "Amigos de Baracoa", sólo en siete años (1999-2005) se describe en un ecógrafo valorado en mas de 18 mil euros, donado al Hospital Octavio de la Concepción y la Pedraja.
En el 2003 se concretó la donación de los sistemas frigoríficos para una red de carnicerías de nueva creación y en 2004 la Asociación, de la que José muestra orgullo, se volcó a los trabajos de construcción y puesta en marcha de un hogar de ancianos en Baracoa sustentado en una donación de 25 mil euros que gestionaron ante la Junta de Andalucía.
José Legrá, el delegado campeón de Cuba y de España, tiene razones para hablar orgulloso de un reencuentro con su identidad -el IV Encuentro de residentes en Europa-. "Yo primero que nada soy cubano de Baracoa", expresa con satisfacción.
A cada empresa de la vida, José Legrá Utria, excampeón mundial de pesos plumas, se entrega, "las abraza con esperanza" y como buen cubano-español enraizado en Madrid, por Madrid se fue a la cita de Barcelona.
En plena calle, el negro más conocido de España tiende su diestra a cuantos le saludan, lo hizo en el Prat de Llobregat cuando llegó a Barcelona, porque Legrá es natural. Su diestra es siempre una mano amiga, la misma derecha con que en 1967 tumbó a Yves Desmarets para arrebatarle el título de campeón de Europa del peso pluma (57 kilos) en el Palacio de los Deportes de Madrid. "Fue mi mejor pegada".
En Madrid vive y de Madrid habla este negro especial. No ve derrotas en la vida, se impone y se ofrece. Nos deja un dato más, en Porthcawl tumbo a Howard Winstone, el brujo galés que desplazó para coronarse como el segundo español campeón del mundo.
Y Legrá lo cuenta todo como si fuera parte de un idilio olímpico que nunca acaba, desde el título del orbe que se colgó el 24 de julio de ı968 hasta el Madrid que le enamoró como una gran ciudad.
El excampeón se pasea a diario por las calles y no niega satisfacción. Habla con tanto orgullo cubano como español. Ha conocido a Fidel, a Franco y al Rey.
De este último cuenta: "Siempre que me ve, pregunta: “¿Cómo está el campeón?”
Y ¿qué le decía Fidel?: "Tus triunfos son nuestros triunfos".
José Legrá en su casa de Madrid. En Baracoa (Cuba)está su familia. Allí le llaman "El Puma", tal vez por su dominio del ring. Hoy su salto es solidario, porque nunca ha dejado de mirar a Cuba, "mi Cuba", a pesar del medio siglo que lleva ya fuera de ella.
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