26 febrero, 2008

El debate Zapatero-Rajoy, la vibración

Ganador insultante vs. ganador convencido

Bares, residencias, cuarteles de bomberos, hogares, en muchas direcciones tuvo centro de atención la noche del 25 de febrero el debate entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy que, por primera vez en 15 años de democracia, enfrenta a las cabezas claves de los principales grupos políticos de España. PSOE y Partido Popular (PP).

Hubo de todo en una hora y media del cara a cara televisivo: desde una oposicion agresiva hasta un tolerante presidente que en todo momento se refugió en la paciencia.

En cualquier caso fue un debate con cierta nota de vibración y lo más positivo es que se hizo.

“¿A ustedes qué les parece? ¿Estamos mejor que hace cuatro años?”, fue el absolutismo que el candidato del PP a las elecciones del 9-M repitió más de una vez en el debate televisivo.

Fue, sobre todas las cosas, una oportunidad en que candidato gobernante y candidato opositor confrontaron abiertamente sobre los problemas medulares que aquejan a España y se enzarzaron en una discusión que se movió entre el ataque popular y la defensiva socialista.

El mejor juzgador de este enfrentamiento verbal será el pueblo en las urnas, el nueve de marzo, porque cierto es que más de una vez se quedaron sin abundar algunos de los temas planteados.

El debate Zapatero-Rajoy se movió entre la economía, y en ello, la subida de los alimentos, de la vivienda y las hipotecas. También se pusieron sobre el tapete las políticas sociales, y en este determinante se miró hacia la inmigración y, esencialmente, el endurecimiento de la política que quiere imponer el PP.

Sobre terrorismo, Rajoy acusó a Zapatero de “mentir y engañar” al conjunto de los españoles, argumentando que ha cambiado de opinión en varios asuntos, como De Juana, Otegi o ANV y PCTV. Otros temas versaron sobre la política institucional y los retos de futuro.

Dos frases tomadas a la azar, de uno y otro contrincante, pueden dar una idea del climax que matizó el debate:

MarianoRajoy: “No pido el voto para mí ni soy yo lo que está en juego. La que gana o pierde es España entera”.

José Luis Rodríguez Zapatero: “He trabajado con toda mi fuerza y humildad. Me comprometo a trabajar para que todos tengan las mismas oportunidades”.

La última palabra se dará en las urnas cuando los españoles decidan libremente quien llevará en lo adelante los destinos de su país. En cualquier caso, si de debate se trata, mejor hubiera sido que ambos candidatos su hubiesen sometidos al rigor de los cuestionarios de los periodistas. Tal vez la empresión del día después habría sido de más naturalidad.

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