11 diciembre, 2017

SALISBURY, HOGAR DE LA CARTA MAGNA 📜



6️⃣9️⃣ Años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos 📰

▪️EL 10 de diciembre de 1948, hace ahora 69 años, la Declaración Universal de los Derechos Humanos es adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Paris.
Sin embargo, fue un 15 de junio hace más de 800 años cuando fue firmada la Carta Magna, documento histórico, inspirador, entre otras, de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Hace un año justamente visité la catedral gótica de Salisbury, al sur de Inglaterra, donde se conserva el ejemplar mejor cuidado.
Salisbury es una ciudad que no supera los 40.000 habitantes y es epicentro permanente de visitantes de todo el mundo que vienen aquí a contemplar la Carta Magna, uno de los documentos más importantes de la historia.
Antes que el 10 de diciembre de 1948, se diera en París el momento histórico en que Eleanor Roosevelt, viuda de Franklin Delano Roosevelt –desde 1945– exhibiera en sus manos la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el memorable documento tuvo un proceso de fundamentación hasta ser adoptado en la Resolución 217 A III de la Asamblea General y contenido en 30 sólidos artículos como tratados internacionales que obligan a los Estados a cumplirlos.

La catedral gótica de Salisbury es el lugar donde se conserva la Carta Magna que alimentó la proyección de la Declaración Universal de Derechos que hoy rige en el mundo entero. Fue escrita en 1215, y sentó las bases de la democracia e inspiró otros textos como la constitución de Estados Unidos además de la Declaración Universal.
EL PRECEDENTE DE LA CARTA MAGNA 

La importancia del texto histórico –la Carta Magna– que tuve la suerte de contemplar en Salisbury, radica en que introdujo, por primera vez, derechos y libertades fundamentales.
Por ejemplo, que ninguna persona estaba por encima de la ley, ni siquiera el rey, o el derecho a un juicio justo, así como límites a la subida de impuestos. En definitiva, otorgaba más poderes al pueblo en un tiempo en el que reinaba Juan I de Inglaterra, y que según los historiadores fue uno de los peores monarcas en la historia del país. Llegó a encarcelar a una de sus esposas, matar de hambre a sus oponentes y asesinar a uno de sus sobrinos. De ahí lo imprescindible del documento.

El rey se vio obligado a firmar esta carta de libertades, asediado por los barones ingleses que se rebelaron, hartos de sus abusos. Fue un tratado de paz de 3.500 palabras en latín que puso una solución práctica a un problema político. Se realizaron 250 copias, pero solo cuatro han sobrevivido hasta hoy, siendo el documento de Salisbury el ejemplar que se conserva en mejores condiciones.

Hace un año vi de cerca y pude leer este símbolo de las libertades del mundo, cuyas imágenes para el recuerdo he querido compartir a propósito de este 10 de diciembre, aniversario 69 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Comparto mi satisfacción con esta visita histórica desde el hogar de la Carta Madre, donde solo se respiran aires de justicia y libertad que todavía están ausentes en muchos rincones de este mundo, y por desgracia en mi propio país: Cuba.
La visita a la catedral de Salisbury no tiene desperdicio, no solo por el mérito de contemplar la Carta Magna, sino porque guarda otros tesoros, que no muchos conocen, como el reloj en marcha más antiguo del mundo.


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