16 marzo, 2008

ESPECIAL DE @TRIO PRESS POR SEMANA SANTA

Cuba: La hora del sincretismo extremo

En La Habana como en cualquier otra ciudad el repique de campanas atrae a fieles de todas partes. Sucede con mayor furor cada domingo de Ramos. Así comienza la Semana Santa en Cuba.
Como nunca antes en todo un año, las iglesias se llenan de feligreses y parroquianos que ven y sienten como suya la pasión sufrida por el Redentor.

En los rostros de hombres y mujeres se mezclan las expresiones de dolor, frustración y sufrimiento, pero en ellos también se dibujan las expresiones de solidaridad, confianza y fe, porque así miran los cubanos su derrotero.

Los de Semana Santa, en Cuba, son días de asueto y sin cambios en la actividad laboral, liturgia y procesiones que se practican hace una década después de casi cuarenta años de prohibición, se han convertido en un reflejo del sincretismo religioso del país.

Las escasas procesiones que se vienen celebrando en toda la isla, se concentran mayormente durante el Viernes Santo.

En Cuba, las procesiones se convierten en verdaderos acontecimientos de los pueblos y ciudades que cada año por estas fechas reúnen a cientos de fieles católicos con la distinción particular de encontrar entre ellos a los seguidores de la religión yoruba, un culto afrocubano bien enraizado en la isla.

Esas expresiones religiosas en las calles estaban prohibidas desde la Cuba de los 60, y reaparecieron en 1998, tras la histórica visita del Papa Juan Pablo II.

Todo este movimiento aperturista en la iglesia católica ha traído consigo un fenómeno bautizado por sociólogos y teólogos como "religiosidad espontánea"y que reúne en las ceremonias, sobre todo en el Domingo de Ramos, a católicos, santeros y espiritistas.

El guano bendito, extraído de la hoja tierna de la palma real, el árbol nacional de Cuba, adorna estos días viviendas, edificios, automóviles y hasta centros de la gastronomía popular. En la intimidad de las familias es utilizado como amuleto para alejar a los malos espíritus y atraer energía.

En cualquier caso, para los cubanos, cada semana santa es vivificante de su espíritu por el bien. Escenificaciones del vía crucis, coros de jóvenes y niños, y las procesiones públicas, son comunes en las iglesias cubanas en estos días.

Si bien las festividades de Semana Santa en otros países de tradición católica va acompañada de vacaciones, en Cuba no sucede igual. Lo dejan claro los feligreses que así se expresan:
"Crecimos sabiendo que la Semana Santa es para cantar, ir a misa, pero nunca para vacaciones ni salidas de la ciudad", una idea en la que coinciden muchos devotas apasionados de estos días, en los que la entrega al sincretismo es la mayor razón.

Repercusión mediática

Todos los cubanos esperan que procesiones o alguna expresión litúrgica tenga su efecto en transmisiones especiales en los medios de comunicación.

Como en años anteriores la comunidad creyente está expectante ante la decisión de las autoridades para la transmisión por la televisión oficial del Vía Crucis encabezado por Benedicto XVI en Roma. En los últimos años, los católicos cubanos han protagonizado Vía Crucis callejero por las calles de La Habana.

Jóvenes con playeras blancas arrastraron además por todas las estaciones del martirio de Jesucristo una enorme cruz, mientras otros feligreses cargaron imágenes de una Virgen y un Cristo. Es la imagen que se recuerda estos días y se espera que se repita en una Cuba abierta al credo.

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