23 febrero, 2016

¡Se sienten, coño!


Fue en Madrid, España, el 23 de febrero de 1981, hace ahora 35 años, que se oyó una de las exclamaciones de ¡Coño! más sonadas de la historia cuando el ex guardia civil Antonio Tejero Blanco entro a tiros en el Congreso de los Diputados. La realidad española estaba muy resquebrajada. Los años previos habían sido negros por el elevadísimo número de atentados mortales de ETA: sólo en 1980 se registraron 99 víctimas, muchas de ellas miembros de las fuerzas armadas y de las fuerzas de seguridad.

A tenor con ello, el país vivía sumido en una profunda crisis económica que se tradujo en elevados niveles de desempleo y en el deterioro industrial. En el orden político, los cuatro principales líderes de la transición, Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, Felipe González y Manuel Fraga sufrían problemas serios en el interior de sus formaciones políticas. Se daban, por tanto, las condiciones esenciales que darían al traste con una situación pre-golpista: democracia débil, un orden público deteriorado por la brutalidad del terrorismo, desgaste político que terminó originando la dimisión de Suárez y el consecuente vacío de poder y, finalmente, el malestar social creado por el agudo incremento del paro y la crisis económica que padecía el país.

LOS COÑOS CÉLEBRES
Fue entonces cuando el célebre ¡se sienten, coño! de un finalmente abortado golpe de Estado popularmente conocido como 23-F quedó unívocamente relacionada con el hecho histórico. En cualquier caso, el 23-F es de esos días en que el recuerdo tira a lo anecdótico y así evocamos otras exclamaciones de coño célebremente registradas en la historia universal. Estas son algunas de ellas:

¿Cuándo coño va a parar esta lluvia? –lo dijo Noé, en el año 4314 Antes de Cristo (A. C.).

¿Cómo coño se te ocurrió eso? –exclamó a Pitágoras su madre en el 126 A. C.

¡Qué calor, coño! –Juana de Arco, en 1431.

¿Cuándo coño vamos a llegar? –Cristóbal Colón, en año 1492 en su viaje del descubrimiento.

¿Cómo coño quieren que pinte el techo? –Miguel Ángel, año 1566.

Y otros:

¿Qué coño tomaste, Julieta? (Romeo, año 1595)

¿De dónde coño salieron todos estos indios?(General Custer, año 1877)

¿Cómo coño no van a entender esto?(Einstein, año 1938)

¡Vamos, Mónica! ¿qué te pasa? ¿Quién coño se va a dar cuenta?(Bill Clinton, año 1997)

¡Coño, no me lo puedo creer!(Zapatero, 14 marzo 2004)

Y a todos estos se añade la anécdota del ya célebre ¡Vete pa’l coño de tú madre! de Fidel Castro.

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