Por Luis Machado Ordetx (Cubanos de Kilates)
A partir del impactante concierto de julio en Madrid fue una desbordante gira europea de música y acogida la que protagonizó en el verano de 2007 Chucho Valdés Quintet & Bebo Valdés.

Obligada referencia hago al bajista Lázaro (Fino) Rivero, y también a Juan Carlos (Peje) Rojas, «El Hidalgo del drums», oriundos, uno y otro de extremos antinómicos que van desde la serranía de Manicaragua a las costas de Caibarién (centro de Cuba), tal como prefiere denominarlos el propio Chucho, quien del elogio pasa a la exigencia artística y musical y queda extasiado ante los solos de improvisación que ejecutan sus discípulos en cada actuación.
El público aplaudió, y muchas veces de pie, cada presentación. Estuvieron acompañados por Bebo Valdés, el inconfundible Patriarca del piano, casi ya nonagenario, padre de Chucho y de María Caridad —acompañante también en la gira—, además de Yaroldis Abreu, hacedor de la conga.
Todos brillaron por igual en auditorios españoles de Segovia, Alicante y Zaragoza, provocaron la euforia en Paris hasta arribar a Roma y otras ciudades europeas en una travesía que entre julio y agosto pasados llevó el ruido del buen jazz caribeño allende los mares.

Los europeos, en la península Ibérica como en el resto del continente, tanto en teatros, como en calles y plazas de las ciudades donde hicieron gala de su música los «muchachos» de Chucho Valdés, incluido Bebo, congratularon el ya épico periplo europeo de 2007 con aplausos, y mucha respetuosidad ante una música que jamás agota esas riquezas armónicas en que confluyen las huellas africanas y españolas como herencia única en la futuridad.
* Luis Machado Ordetx es periodista cubano afincado en Villa Clara.
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