20 noviembre, 2013

EL CÁNCER SE DETECTARÁ EN CINCO MINUTOS Y DESTAPARÁ EL NEGOCIO DE LACIENCIA Y LA TECNOLOGÍA

GOLPE A LA INDUSTRIA DE LOS LABORATORIOS 

"La ciencia no debería ser un lujo; debería ser un derecho humano fundamental, no sólo de los que pueden pagar".
(Jack Andraka, un joven de 16 años, inversor de un sensor de papel capaz de detectar un cáncer en pocos minutos)

UN método que podría revolucionar la medicina y afectar a la millonaria industria médica.

Quizás sea uno de los descubrimientos más importantes del 2013, de la medicina actual. Se trata de un nuevo método que podría golpear a la millonaria industria de laboratorios y prestadores médicos que combaten al cáncer. A Jack Andraka, joven estadounidense de 16 años de edad, se atribuye un sensor de papel, capaz de detectar tres tipos de cáncer en tres minutos: el de páncreas, ovario y pulmón.

Los especialistas consideran que con este mismo sensor, se podría detectar otras enfermedades como el Alzheimer, otras formas de cáncer y el VIH. 

Pero Jack se encuentra ahora con una paradoja. El permiso para la utilización de su invento podría tardar de 5 a 10 años. Una vez conseguido, su costo sería de 3 centavos de dolar, 26 mil veces más barato, 168 veces más rápido y 400 veces más sensible que los métodos actuales.

El joven de 16 años contó que tomó la iniciativa cuando uno de sus familiares murió de cáncer de páncreas, y se interesó por investigar sobre esta enfermedad.

La mecánica fue utilizar anticuerpos y entretejerlos en una red de nanotubos de carbono, de modo que se obtiene un marcador que únicamente reacciona a cierta proteína. 

Jack Andraka es contundente: "La ciencia no debería ser un lujo; debería ser un derecho humano fundamental, como el derecho de acceso a la información debe ser de todos, no sólo de los que pueden pagar".

El descubrimiento se basó en pruebas de laboratorio llevadas a cabo por el joven Jack Andraka en su propia escuela. 

El método podría revolucionar la medicina y afectar a la millonaria industria médica.

El descubrimiento de Jack podría resultar uno de los más importantes en los últimos años, aunque no tenga la difusión necesaria por diferentes factores.
Uno de ellos es las directas consecuencias que podría traer este nuevo método sobre la millonaria industria alrededor del cáncer, manejada por los grandes laboratorios y prestadores médicos.
El joven inventor del sensor de papel capaz de detectar en minutos el cáncer y que revolucionará sin dudas las esperanzas de alargar la vida, nació en Crownsville, Maryland, 
Jack es ya un prodigio agradecido a la ciencia y a la vida.



17 noviembre, 2013

UN PARAÍSO EN "LA GARGANTA DEL DIABLO"

Las imágenes que deja un día en Iguazú son imborrables: el agua, rojiza como la tierra, pareciera el fin del mundo mismo. Pero No!, Iguazú es un paraíso, un edén maravilloso que se sumerge en el encanto de un entorno pocas veces visto. 

Las Cataratas de Iguazú, una de las Siete Maravillas Naturales del mundo, son un patrimonio innegable de la humanidad, un destino paradisiaco perdido entre el extremo noreste de Argentina y una pequeña porción del Brasil. Saltos de agua de más de 80 metros, llenan allí de vitalidad a la vida. Son casi 3.000 metros de naturaleza pura que retrotraen a todo el que las visita. Yo viví un día sanamente envenenado en Iguazú. Es espléndido, incomparable, y todo lo que diga es poco.

El Parque Nacional que encierra, constituye una de las zonas con más saltos de agua del mundo: en total hay 275 caídas de agua maravillosa en juego impenitente entre la tierra y el río. Pero hay más en Iguazú. Intrincado en la selva misionera, alberga más de 80 especies de mamíferos, 450 de aves y más de 2.000 especies de flora  autóctona. 




Llegué a Iguazú con los primeros destellos de la primavera argentina, un día agradecido de octubre pasado, con los ecos refulgentes todavía de luna llena, y estuve a tiempo de comprender que sus aguas son un edén incomparable.

La profundidad del silencio de la selva que atesora su entorno, interrumpido por el constante zumbido de las aguas, parece una avasalladora sinfonía, pero es más bien un regalo a la vista y la vida.

La Garganta del Diablo, el epicentro de las cataratas, bautizado así por una leyenda guaraní, es un imponente anfiteatro donde millones de toneladas de agua caen permanentemente desde casi 100 metros de altura, generando sonidos que inspiraron a los nativos a llamarla con nombre de demonio, aunque, en realidad, el destino que allí  descubrí, que descubren miles de visitantes cada día, justifica que no hay felicidad más pura como la del mundo natural en que vivimos.